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El inesperado y desconocido efecto del paracetamol y otros medicamentos sobre nuestra personalidad

Aunque los efectos secundarios para el cuerpo de medicamentos tan comunes como el paracetamol están bien descritos, las consecuencias de su uso en nuestra personalidad no están tan exploradas. ¿Qué impacto tienen esas sustancias en nuestro cerebro?

El “paciente cinco” tenía más de 55 años cuando un visita al médico le cambió la vida.

Tenía diabetes, y había decidido participar en un estudio para ver si tomar estatinas —un tipo de fármaco para bajar el colesterol— podía serle de ayuda.

Pero poco después de empezar el tratamiento, su esposa empezó a notar una transformación siniestra.

Previamente un hombre razonable, su marido empezó a tener ataques de ira —que surgían de la nada— y desarrolló una tendencia a enfurecerse cuando conducía.

Durante un episodio memorable, le advirtió a su familia que se alejara, para evitar la posibilidad de que acabaran en el hospital.

Por temor a lo que pudiese pasar, el paciente cinco dejó de manejar. Con el tiempo, su esposa empezó a temer por su propia seguridad.

Hasta que, un día, el paciente cinco tuvo una epifanía.

“Fue algo así como ‘Oh, parece que todos estos problemas comenzaron cuando empezó este estudio“, dice Beatrice Golomb, directora de un grupo de investigación de la Universidad de California, en San Diego, Estados Unidos.

Alarmada, la pareja acudió a los organizadores del estudio. “Fueron muy hostiles. Dijeron que las dos cosas no podían estar relacionadas en absoluto, que él necesitaba seguir tomando la medicación, y que debía continuar con el estudio”, dice Golomb.

Irónicamente, en este punto el paciente estaba tan cascarrabias, que ignoró totalmente la recomendación de los médicos. “Los insultó a todos, salió de la oficina y dejó inmediatamente de tomar la medicina”, dice.

Dos semanas más tarde, había recuperado su personalidad.

Otros no fueron tan afortunados. A lo largo de los años, Golomb recogió información de pacientes a lo largo de Estados Unidos: historias de matrimonios destruidos, carreras arruinadas, y un número sorprendente de hombres que habían estado a punto de matar a sus esposas.

En casi todos los casos, los síntomas empezaron cuando comenzaron a tomar estatinas, y todo regresó a la normalidad cuando dejaron el fármaco.

Un hombre repitió el ciclo cinco veces hasta que se dio cuenta de lo que ocurría.

Todos estamos familiarizados con las propiedades alucinógenas de las drogas psicodélicas, pero resulta que los medicamentos comunes pueden ser igual de potentes.
Según Golomb, esto es típico: en su experiencia, la mayoría de los pacientes tienen dificultad para reconocer sus propios cambios de comportamiento, y mucho más para conectarlos con sus medicamentos.

En algunos casos, la comprensión llega demasiado tarde: el investigador fue contactado por las familias de varias personas, incluido un científico de renombre internacional y un exeditor de una publicación legal, que se quitaron la vida.

El efecto placebo: el experimento de la BBC para probar si nuestro cerebro puede realmente curar un dolor de espalda
Todos estamos familiarizados con las propiedades alucinógenas de las drogas psicodélicas, pero resulta que los medicamentos comunes pueden ser igual de potentes.

Desde paracetamol hasta antihistamínicos, estatinas, medicamentos para el asma y antidepresivos, está surgiendo evidencia de que estos pueden volvernos impulsivos, iracundos o inquietos, disminuir nuestra empatía por los extraños e incluso manipular aspectos fundamentales de nuestra personalidad, como cuán neuróticos somos.

En la mayoría de las personas, estos cambios son extremadamente sutiles. Pero en algunos también pueden ser dramáticos.

Fuente: Animal Político

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Cómo denunciar a las escuelas que exigen regresar a clases presenciales

La titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez, informó que, hasta el momento 12,639,915 estudiantes y 1,200,245 docentes regresaron a las actividades presenciales en 135,230 centros educativos a lo largo de la República, luego de más de un año de pandemia.

Sin embargo, debido a que las clases presenciales no son obligatorias, muchos otros estudiantes optaron por continuar su educación desde casa, de manera que las escuelas no pueden obligar a los menores a regresar a las aulas físicamente.

Para realizar este tipo de denuncia y otras inquietudes al respecto, la SEP habilitó el Sistema de Orientación e Información del Sector Educativo (TELSEP), donde se podrá consultar todo lo relacionado con el regreso a las aulas, además de realizar quejas.

En la CDMX, las escuelas de educación básica se podrán denunciar en este número telefónico 55 36 01 87 99 extensión 48543.

Respecto a las y los alumnos de escuelas media superior y superior, podrán denunciar a sus planteles a través del Sistema Integral de Quejas y Denuncias Ciudadanas (SIDEC), que se encuentra aquí.

¿Qué se necesita para denunciar?

Ante cualquier circunstancia, los tutores del menor deberán proporcionar los siguientes datos:

– Nombre completo

– Domicilio

– Correo electrónico

– Nombre de la escuela

Durante la mañana del martes, Gómez también señaló que se han detectado casos de COVID-19 en 88 escuelas del país, lo que representa el 0.06% de los colegios que se encuentran actualmente abiertos. De los centros reportados, solamente 39 han cerrado temporalmente como medida de prevención, es decir, el 0.03%.

“Eso también nos da un buen indicio de que todo lo que se está haciendo, de este esfuerzo, está bien (…) Vamos muy bien y yo creo que vamos a ir cada día mejor”, expuso.

“Se ha incrementado y se sigue incrementando el número de escuelas abiertas, de compañeros trabajadores de la educación y de alumnos (…) Lo agradezco y reconozco el esfuerzo que se está haciendo”, agregó.

Asimismo, Gómez Álvarez se mostró agradecida con las autoridades federales, así como con las familias quienes, aseguró, se han comprometido para el cumplimiento de los filtros de seguridad sanitaria.

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México

Tres pescadores mexicanos pasaron 27 días en altamar sobreviviendo a base de sangre de tortuga, agua de lluvia y pescado crudo

En México, tres pescadores fueron rescatados sanos y salvos en aguas de la bahía de Tehuantepec (Oaxaca) tras estar desaparecidos en altamar cerca de 27 días, informaron esta semana medios locales. Marcos Alfaro Salgado, Mauricio Trinidad Mesinas y Jorge Trinidad Mesinas habían zarpado a bordo de una embarcación tiburonera desde Puerto Madero, en el municipio de Tapachula, en el estado vecino de Chiapas, el pasado 10 de agosto. Tenían planeado regresar a tierra al día siguiente, pero los fuertes vientos del océano Pacífico los arrastraron mar adentro.

El 11 de agosto, los tres hombres se comunicaron con la capitanía del puerto para reportarse e informar que habían perdido la orientación. Fue la última vez que se supo de ellos y, desde entonces, sus familiares solicitaron que se iniciara una búsqueda. El dueño del pesquero que los trasportaba prometió enviar una lancha para rescatarlos, pero las condiciones climáticas lo impidieron.

Luego de algunos días, los intentos por encontrarlos se detuvieron. En ese entonces se esperaba la llegada del huracán Grace a México, que pronosticaba fuertes lluvias e inundaciones. Entre tanto, el oleaje alejaba cada vez más a los pescadores, que se habían quedado sin combustible y sin manera de comunicarse. Como no habían previsto tal calamidad, llevaban pocos víveres y se vieron obligados a sobrevivir con agua de lluvia, pescado crudo y sangre de dos tortugas que lograron capturar, según contaron a la prensa.

El fin de semana pasado, los tripulantes avistaron un peñasco y, remando con sus manos y con la ayuda de las olas, terminaron encallando en esas rocas y pisaron tierra firme. La noche del domingo otra embarcación pesquera que transitaba por aguas de Tehuantepec los detectó y emprendió su rescate. Al llegar a las costas de la bahía, recibieron atención médica y establecieron contacto con sus familiares.

El pasado lunes 6 de septiembre los tres protagonistas de la historia regresaron a sus hogares en Puerto Madero, donde tuvieron un emotivo reencuentro con sus allegados. En diálogo con el diario Milenio, Jorge y Mauricio Trinidad, de 28 y 31 años respectivamente, confesaron haber sufrido mucho con su experiencia y aseguraron que iban a renunciar a la pesca y volverían a su antiguo trabajo en el área de la construcción. Por su parte, Marcos, de 50 años, regresará al mar cuando se recupere. «Los tres coincidieron en que es una lección y oportunidad de vida, que aprovecharán para ser mejores personas», recoge el periódico.

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