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Opinión: 2 de Octubre, ¿por qué no se olvida?, por Diana Avitia

Los ciudadanos que residimos lejos de la CDMX vemos lejanos los acontecimientos que allá suceden, la distancia es un problema a pesar de que las redes sociales han acortado esa brecha desde hace algunos años, la realidad es que no existe una conexión o empatía entre los problemas del norte y los que pasan en el resto del país y viceversa, aun y cuando al estar unidos en un pacto federal nos afectan las decisiones que desde la centralización del poder se hacen. Lo mismo ha pasado siempre, los acontecimientos históricos no los sentimos propios, a excepción de fechas que desde la escuela nos marcan y nos explican. El centralismo de información ha sido un problema desde siempre más aun cuando los medios de información no contaban con las ventajas de hoy, por ello la falta de empatía.

Todos hemos escuchado el famoso “2 de octubre no se olvida”, pero, ¿por qué no se olvida?, es un acontecimiento complicado de explicar ya que tiene tintes sociales, políticos, culturales. Los invito a documentarse sobre el tema a profundidad, aquí están los generales del evento. México fue un país distinto después de esa matanza en la Plaza de las Tres Culturas. Ayer muchos columnistas no paraban de hablar del tema, leí a varios, el que más me gusto fue Leo Zuckerman, también lo escuche en una participación radiofónica, le apasiona el tema, lo expresa de una forma muy sentida. El periodista señalaba acertadamente que, en esa época esta tragedia sucedió porque; “el régimen autoritario, no supo ni quiso ceder un milímetro en el monopolio que tenían del poder”.

El panorama de ese México de 1968 era muy distinto al actual, las libertades estaban sometidas por el estado; hiperpresidencialismo, concentración del poder, esquemas cuadrados, prohibiciones, centralismo, los ciudadanos estaban hartos de ello, los jóvenes más aún. El incidente de ese 2 de octubre no surgió por generación espontánea, al ambiente social y político fueron el caldo de cultivo perfecto para que surgiera este movimiento que exigía libertades, hubo varias manifestaciones similares antes de la de Tlatelolco, desde julio de ese mismo año la policía las fue sofocando con exceso de violencia, sitiaron la ciudad y en los planteles que había indicios de esa flama se colocaban elementos del ejército inmediatamente, los jóvenes hartos de un sistema represor y de una ciudad sitiada llevaban mucho tiempo coordinándose, 14 liderazgos fuertes organizados, hoy sobreviven 5, entre ellos una mujer. Los pensamientos libertadores se nutrían de esperanza, juventud, ideales, corrientes ideológicas diversas, autores que invadieron la mente de todos esos jóvenes.

Gustavo Díaz Ordaz era el presidente, no importa que mejoras al país o como controlo la crisis interna de su partido en esos años, nada de eso importa cuando una represión de esa magnitud se realizó bajo su mando, ese día la mano de hierro del estado reprendió el mitin de Tlatelolco con tanques de guerra, bayonetas, ametralladoras. El número de víctimas que dejaron las balas del Batallón Olimpia, hasta el día de hoy sigue sin saberse, algunos dicen que fueron 38 otros elevan la cifra a 78 y más de 1600 agraviados, la mano de un estado fuerte y represor cayo ese día sobre la multitud.

Cada año se recuerda esta fecha que marcó la nueva era de un México demócrata y la apertura al nuevo régimen político, la marcha la organiza el Comité del 68, gracias a esas personas inundadas de esperanza hoy vivimos un país donde libremente nos expresamos, pero todo esto también dejo a un estado que quedo tocado, una cicatriz profunda provocada por el exceso, después los gobernantes no supieron cómo manejar el uso legítimo de la fuerza que es monopolio del estado, hasta el día de hoy no saben hasta donde la apertura y la permisibilidad o hasta donde la represión y la vigilancia, después de ese evento el estado jamás se recuperó y no sabe cómo manejar las manifestaciones del México actual.

Hoy grupos de hombres y mujeres que se autoproclaman anarquistas, vándalos que se filtran a manifestaciones legitimas de diversas causas y provocan daños al patrimonio público y privado sin razón alguna, las cámaras empresariales están furiosas, la ciudadanía con miedo y la autoridad inexistente, el miedo de pasar la delgada línea inunda a este joven gobierno, es algo muy complicado, pero para ello se les coloco en la posición de poder; para proteger libertades, brindar seguridad y salvaguardar la integridad física de los ciudadanos.

Hoy caemos en absurdos de formar una “cinturón de paz” en donde los ciudadanos fueron el muro de contención en contra de vándalos infiltrados, un panorama bizarro e irreal en donde se obliga a burócratas del gobierno de la CDMX a participar, se posicionan a merced del estado, de entrada esto falló, la realidad es que esta cadena como movimiento político es vil, ya que exponen a ciudadanos haciendo las funciones de contención, es ridículo, con el fin de limpiarse las manos y que una vez más el manto inexistente y protector del pueblo bueno nos cubra, pero si la cadena de paz o la tardía reacción de los efectivos no es suficiente, no se preocupe, seguimos teniendo un plan secundario; el presidente nos confirmó que su estrategia es infalible, acusar a los delincuentes con sus padres y abuelos, éste es el México de rodillas en el que vivimos.

 

 

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Opinión

Diplomacia. Por Raúl Saucedo

Estirar la liga

En un mundo interconectado y globalizado, la diplomacia como máxima de la política entre las naciones se erige como un pilar fundamental para el mantenimiento de la paz, la estabilidad y la cooperación. La importancia de la diplomacia radica en su capacidad para resolver conflictos, fomentar el diálogo y promover el entendimiento mutuo en un escenario internacional cada vez más complejo y diverso.

La diplomacia, en su esencia, consiste en el arte de la negociación y el manejo de las relaciones internacionales entre los países. A través del diálogo y la negociación, los diplomáticos buscan alcanzar acuerdos y soluciones que beneficien a todas las partes involucradas. En un mundo marcado por la interdependencia y la multiplicidad de actores internacionales, la diplomacia se convierte en una herramienta indispensable para abordar los desafíos globales, como el cambio climático, las guerras, la migración y la inequidad de la riqueza.

Conforme a lo antes expuesto querido lector usted habrá de traer a su pensamiento lo recientes sucesos en el país de Ecuador, donde la diplomacia (si es que existió) fracaso a tal modo dejó como estela imágenes de la irrupción de las fuerzas del orden ecuatorianas en la sede diplomática de México en aquel país Sudamericano.

Pero que es lo que esconde este “asalto” y falta grave a la diplomacia internacional, permítame tratar de resumirlo, antes de ello pongo a referencia para su consulta una columna que escribí en el pasado mes de enero donde hablo precisamente del perfil del presidente de ecuador Daniel Noboa (1).

Vayamos pues. La interrupción a una sede diplomática no es una acción tomada a la ligera, sino que implica la participación de fuerzas armadas, empresarios, partidos políticos y miembros del gobierno, y se planifica cuidadosamente considerando sus repercusiones. En el caso del asalto a la embajada de México en Quito por parte de la policía ecuatoriana, se sugiere que esta acción fue plenamente planificada, lo que lleva a cuestionar la verdadera autoridad del presidente ecuatoriano sugiriendo que su padre, el empresario Álvaro Noboa (Perdedor de 5 contiendas presidenciales), ejerce el poder en la sombra. Aunque la crisis diplomática resultante pueda revertirse a corto plazo, Ecuador logra momentáneamente su objetivo de impedir la salida al exilio del ex vicepresidente Jorge Glas Espinel.

Jorge Glas Espinel quien es el epicentro de la disputa diplomática fue vicepresidente de dicho país durante 2 periodos (Rafael Correa y Lenin Moreno), durante ese periodo Glas fue condenado a 8 años de cárcel por recibir sobornos de la constructora brasileña Odebretch, en un caso que abarca diferentes gobiernos de toda América Latina,  entre ellos México.

Jorge Glas Espinel. Salió del gobierno de Lenin Moreno y se entregó a las autoridades para cumplir su condena, pero por medio de los recursos jurídicos pudo obtener la libertad condicional a la mitad de su condena. Los procesos en su contra se mantuvieron y a finales de 2023, ya durante el gobierno de Daniel Noboa, lo citaron para que diera explicaciones

sobre el manejo de fondos sobre el terremoto que había ocurrido en la provincia de Manabí, (7 años antes).

Glas entonces buscó refugio diplomático en la embajada de México. Durante estos meses, las acciones judiciales para que el gobierno de México lo entregara no tuvieron éxito, acogiéndose nuestro país a la figura de “huésped” misma que no existe en el derecho internacional, no fue sino hasta las declaraciones del ejecutivo federal sobre el pasado proceso ecuatoriano donde empezó la tensión entre las naciones, declarando la no gratitud de la presencia de la embajadora de México en Ecuador y la declaración del asilo político de Glas misma que quizá fue tardía y sobre reaccionada ya con el conflicto encima.

Todo lo anterior expuesto desencadenó que la madrugada de este sábado un grupo de uniformados entró por la fuerza y en forma irregular a la sede diplomática y se llevó por la fuerza al dos veces vicepresidente Glas.

A la fecha México ha sido arropado por diferentes naciones y organizaciones internacionales referente a los sucesos, esto no puede marcar una directriz referente al futuro de las naciones, la respuesta tiene que ser enérgica y contundente.

Mientras los juristas y jugadores de padel definen como territorio mexicano la Embajada, yo apelo solamente a la condición de extraterritorialidad en el espacio de las casonas. Mientras tanto hago votos para que la situación se resarza silbando y cantando aquella del maestro Joaquín Sabina…. “De Sobra sabes que eres la primera.”

(1) https://segundoasegundo.com/el-milenial-por-raul-saucedo/

@Raul_Saucedo rsaucedo@uach.mx

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