De todos es bien sabido que el evento que dio un vuelco radical al sexenio de Enrique Peña Nieto fue la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, después de ese acontecimiento vinieron un sin número de desaciertos, derivados del descontrol sembrado y muchos otros factores. Se
trató de responder de la mejor forma, manejarlo mediáticamente vía Osorio y dar las respuestas de la investigación vía Murillo Karam, pero hay eventos que simple y sencillamente se tratan de un perder perder, esto significó el quebrante para el gobierno pasado aun cuando el 2014 fue el año
con menos homicidios en la última década, lo mismo en el país que en Guerrero. No fue suficiente eso, ni el famoso “mexican moment”, el pacto por México, las evaluaciones externas en los primeros dos años, ni siquiera la aprobación del paquete de reformas, la tragedia de Iguala fue para Peña, lo que la guardería ABC para Calderón, son ese tipo de golpes que dejan mancha y por más que se trate de sanear, la sombra sigue presente y es capaz de terminar con una administración.
La seguridad es y seguirá siendo un lastre para el gobierno, no hace muchos días la participación de Jorge Ramos en la mañanera donde increpaba al presidente, exponía las cifras de homicidios y señalaba la participación de la milicia, por primera vez no era el presidente quien marcaba agenda
y esto se convertía en la nota del día, muchos llamaban insolente a Ramos, muchos otro le
aplaudían.
En cuanto la tragedia de Minatitlán se dio a conocer, inicio la guerra mediática, la oposición no tuvo piedad, el gobierno señalaba que fue un acto para desestabilizar al gobierno. Llamaban la atención twitts que atribuían al presidente de varios años atrás, donde tajantemente contaba los días de gobiernos anteriores para dar resultados, señalaba la ineficacia de presidencia ante la ola de violencia, hacia también mención de citas Napoleónicas que trataban de lo mismo, señalando ineptitud, corrupción, filtraban videos donde en un cruce de palabras con Ciro Gomez Leyva aseguraba que la seguridad en su gobierno se daría desde el día uno de su gobierno, al siguiente día de la tragedia en un evento dijo textualmente, “nos dejaron un cochinero”.
Hoy por medio de redes sentimos más cercanas las tragedias, en Chihuahua lamentablemente hemos vivido episodios similares, salvarcar y creel por mencionar algunos, en este ultimo los rostros de las víctimas pintados en el muro frontal del lugar de la tragedia nos recuerda a los Chihuahuenses que la herida es latente. El pasado viernes 19 de abril alrededor de las 21:00 horas, un comando armado irrumpió en una fiesta privada que se celebraba en la palaba Los Potros de la colonia obrera, municipio de Minatitlán. Han pasado horas de lo ocurrido en Veracruz y me sorprende como ya han sido evidenciados videos de la fiesta que se llevaba a cabo solo momentos antes de que los homicidas irrumpieran, se han filtrado fotos de Julio Cesar N., alias “La Becky” a quien según se informó buscaban los homicidas, murió en el lugar, también hoy ya son públicos los perfiles de Facebook de algunas de las víctimas. Si la prensa puede de inmediato dar con todos estos datos, ¿dónde está la fiscalía?. El gobernador no deja de culpar al fiscal, quien es su opositor político, también reparte la culpa a Yunes, este último en su momento hacia lo mismo con Duarte, en esta cadena la culpa propia se diluye y seguimos en lo mismo.
Hoy se lloran trece pérdidas, entre ellas a un pequeño de tan solo un año. La prudencia es una virtud y lamentablemente el mensaje del ejecutivo desde un palco observando los festejos del puerto dice mucho. Todos debemos respeto a las víctimas, a los llamados daños colaterales de la guerra, debemos exigir justicia para esas personas, la investigación debe realizarse con eficacia y celeridad, ya no estamos para mas chivos expiatorios, ya no.
Elementos federales señalan a dos integrantes de la organización criminal Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como responsables, Jesus N. alias “El Lagarto” y otro individuo identificado como “El Pelón”. La pesquisa ha iniciado, estos datos son solo una línea de investigación, el gobernador Cuitláhuac García ha señalado… “de que se resuelve el crimen de Minatitlán, se resuelve, a pesar del fiscal”, pero en su administración van 730 homicidios y de ellos 90 son feminicidios, la ineficacia es palpable.
Algo innato a la condición humana es la contradicción, tomamos decisiones o realizamos actos según el tiempo y lugar en el que nos encontremos, después muchas veces nos encontramos realizando exactamente lo opuesto, esto es en todos los ámbitos, pero en política los costos son mayores. Cuestionar anteriormente con ahínco al gobierno en turno cualquiera que haya sido, es válido en su momento vivir los hechos desde la oposición. Decir como deberían de hacerse las cosas desde nuestro punto de vista es una postura cómoda, estar en el gobierno y dar resultados es un arte, es complicado, solo el trabajo da frutos, es más me atrevería a decir que aun trabajando 24/7 la exigencia persiste y las felicitaciones por resultados nunca llegaran, pero las exigencias a faltas y errores estarán a la orden del día, esas posiciones de poder traen consigo responsabilidades, estar en esa posición privilegiada y encumbrarse en un pedestales no es gratis, los costos son altos.
Hay muchos actores políticos que sentados desde la oposición se crecen cual gigantes, desde sus palcos y su oratoria sienten el apoyo popular porque precisamente sus exigencias vienen del pueblo, el prometer no empobrece, pero cuando se sientan en la silla del poder las cosas cambian radicalmente, pocos se jactan de tener la habilidad política y dar resultados, los mismos que exigían. De esto vaya que sabemos mucho los chihuahuenses en estos tiempos, es hora de dejar el pasado en el pasado y que se empiece a dar resultados, a cinco meses de gobierno ya no es excusa
el que se fue y solo queda la pregunta en el aire, ¿cuántos Tlahuelilpan o cuántos Minatitlán resistirá la cuarta transformación?.