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¿Cuál es la función del orgasmo femenino?

El clímax sexual de la mujer ha sido un tabú social y un enigma biológico que ha sido tema de discusión durante siglos. No obstante, según el autor de este artículo, su función va más allá de brindar placer.

Voltaire ridiculizaba en «Cándido» la idea de que todo ha sido creado para el mejor fin de los posibles. «Observen que las narices se han hecho para llevar anteojos, por eso usamos anteojos», decía su personaje, el optimista profesor Pangloss.

Según aquella primera visión de la evolución biológica, que Darwin y Wallace describirían un siglo después, todos los rasgos de las especies servían, como las narices de Pangloss, para un propósito ventajoso. En la segunda mitad del siglo XX, el paleontólogo Stephen Jay Gould introdujo la idea de que la utilidad podía aparecer posteriormente, como sucede con los anteojos de Pangloss.

En dos artículos anteriores, ¿Por qué los hombres somos los primates con el pene más grande? y ¿Por qué el parto humano es tan doloroso?, me ocupé de algunos de los cambios provocados en el linaje humano como consecuencia de la tendencia evolutiva hacia la bipedestación que distingue al género Homo entre los primates.

En ambos destaqué que caminar sobre las extremidades inferiores había trastocado la forma de la cópula, que en los humanos es frontal, cara a cara, una circunstancia excepcional en los mamíferos (salvo su práctica ocasional por los bonobos). También las características de nuestro paroxístico orgasmo, cuya importancia evolutiva ha sido discutida, pero que puede ser interpretado como otra adaptación a la bipedestación.

A pesar de su complejidad neuro-endocrino-muscular, el orgasmo masculino puede ser resumido como una compleja cadena de movimientos de contracción que culminan con una repentina sensación de intenso placer. Esta va acompañada de la eyaculación, una violenta eyección de fluido que impulsa a los espermatozoides dentro de la vagina.

En el hombre el orgasmo es un requisito obligado para que se produzca la eyaculación, pero las mujeres no lo necesitan ni para producir cada uno de los 300 óvulos mensuales que producen durante su vida fértil, ni para tener hijos.

Entonces, ¿qué función tiene el orgasmo femenino desde el punto de vista evolutivo? Aunque ha sido un tabú social y un enigma biológico, algunas evidencias permiten clarificar el asunto.

En su libro «Sexo en solitario» el profesor de Berkeley Thomas Laqueur sostiene que «desde la antigüedad hasta el siglo XIX, la asunción general era que las mujeres experimentaban orgasmos al igual que los hombres, pero también que el orgasmo era necesario para la concepción».

Si lo primero es absolutamente cierto, lo segundo es incorrecto. Así lo había adelantado en 1967 el zoólogo Desmond Morris en El mono desnudo y también lo demostraron los estudios de Masters y Johnson, basados en diez mil actos sexuales humanos (La sexualidad humana).

Esto confirmó que lo que provoca en la mayor parte de los casos el orgasmo femenino es la estimulación del clítoris. Un área que no es contactada por el pene durante la copulación y que, por lo tanto, no interviene en el proceso de la inseminación.

En el ensayo «Pezones masculinos y ondas clitorídeas», parte del libro «Brontosaurus y la nalga del ministro», Stephen Jay Gould sostenía que, como lo importante es que los espermatozoides lleguen hasta los óvulos y para conseguirlo basta con el orgasmo masculino, el femenino debía ser contemplado como «superfluo». Una especie de accidente evolutivo, un resultado secundario de la necesidad del orgasmo masculino.

Según Gould, hay un orgasmo femenino simplemente porque el clítoris es el equivalente anatómico del pene (ambos tienen el mismo origen embrionario). Por ello, estimulación, erección y orgasmo se dan en ambos. Para Gould, el orgasmo vía clítoris es un artefacto del desarrollo. No tiene significación adaptativa alguna.

La polémica provocada por Gould resucitó en 2005 cuando Elisabeth Lloyd, profesora de Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Indiana, publicó un libro, «The Case of the Female Orgasm: Bias in Evolutionary Science» (El caso del orgasmo femenino: Prejuicios en la ciencia de la evolución). En este concluye que el orgasmo femenino no tiene ningún sentido evolutivo (salvo el de disfrutar, que no es poco). Como Gould, considera que es un subproducto de la evolución.

La idea del «subproducto evolutivo» es de Darwin, quien lo consideraba como cualquier rasgo que sea arrastrado de otros. Los pezones de los hombres son un ejemplo claro. Los poseemos porque compartimos con las mujeres la misma arquitectura fijada por un diseño embrionario común, hasta que la aparición de la testosterona y de los estrógenos dirige al feto indiferenciado hacia uno u otro sexo. Mientras que en las mujeres sirven para la lactancia, en los hombres serían un subproducto sin valor adaptativo alguno.

Fuente: BBC

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Publicidad Caleb Ordoñez 

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Claves para estimular clítoris y punto G

La realidad es que, cuando se trata de sexo, los hombres suelen estar listos más rápido que las mujeres, no obstante, esto no quiere decir que tengan que iniciar con la acción de inmediato. La mayoria de las mujeres necesitan de mucha estimulación física y emocional para excitarse, lubricarse y prepararse para un orgasmo. Es por eso que los juegos previos son muy importantes.

La clave es enfatizar en los juegos previos. 

No deben apresurarse ni tratarse como una tarea obligatoria. De hecho, los juegos previos pueden comenzar horas antes de que realmente ocurra el sexo, y cada minuto se prepararán para un orgasmo inolvidable.

Los dos puntos de excitación en la mujer

Hay dos lugares del cuerpo que son fundamentales para el orgasmo femenino. He aquí cómo estimularlos para que pueda alcanzar el orgasmo.

El clítoris

Este pequeño órgano contiene una alta concentración de terminaciones nerviosas y se puede encontrar cerca de la parte superior de la vulva. El clítoris está cubierto por un poco de piel llamada «capucha del clítoris», que evita que se estimule todo el tiempo, por lo que es posible que tenga que sacar el clítoris tocándolo o lamiendo. Una vez que está excitada, la capucha se retraerá y el clítoris se pondrá erecto.

El punto G 

Esta otra área orgásmica se encuentra dentro de la vagina. Es un conjunto de terminaciones nerviosas a unas dos pulgadas del hueso púbico en la pared interna superior de la vagina. Para encontrar el punto G, se debe deslizar suavemente el dedo dentro de la vagina con la palma hacia arriba, luego dobla el dedo hacia arriba. Ten cuidado: a algunas mujeres les encanta que les estimulen directamente el punto G, mientras que otras prefieren menos presión en esta área sensible. Exploren diferentes técnicas y reconozcan cuál es la mejor para lograr un orgasmo increíble.

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Orgasmos más duraderos: esta es la clave para lograrlos

El deseo es grande cuando se trata de querer alcanzar un orgasmo durante el máximo tiempo posible, después de todo ¿quién no desea multiplicar dicha sensación?

Debes de saber que sí existe una manera en la que se puede lograr que, tantos tus orgasmos como los de tu pareja, duren más tiempo.

El sexo tántrico

El sexo tántrico es la clave. Esta práctica sexual es de gran utilidad cuando del tiempo en orgasmos se refiere, además se trata de una práctica sumamente erótica que puede llevarte a un nivel de placer nunca antes experimentado.

Para el sexo tántrico se debe de valorarcada beso, caricia y abrazo. Se adora al máximo a la persona con la que estás, cómo siente y lo que siente.

Esta práctica de origen hindú no tiene como objetivo llegar a la eyaculación sino disfrutar de cada momento. No solo se centra en los genitales sino en todo el cuerpo en conjunto. Surgió hace más de 4.000 años y las parejas que lo han probado aseguran que sus emociones aumentan y su conexión entre cuerpo y mente mejora muchísimo.

¿Cómo lograrlo?

El secreto está en contener la eyaculación ymantener la respiración a un buen ritmo junto con tu pareja, de esta manera se estará realziando una conexión especial entre ambos.

Lo primero que hay que hacer es sentarse uno enfrente del otro mirándose a los ojos. Una vez así, se empieza a acariciar el cuerpo de la persona que tenemos delante, siempre de cara y sin dejar de lado la respiración y sin que se convierta en una competición.

Si la excitación no aparece rápidamente no te preocupes, no tiene porqué ser así, si no de manera progresiva, siendo conscientes de cada paso y pensamiento que se hace, disfrutando de cada sentido y cada caricia.

Recuerda que se debe aprender a disfrutar del sexo sin etiquetas, sin tabúes, ni presiones, ni ansiedad, solo con libertad.Es muy importante que te recrees en los masajes estimulantes, caricias y besos y si es posible, que ambientes donde lo hagas: un sitio cómodo, con buena temperatura, luz adecuada o música relajante.

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