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10 personas a las que deberíamos eliminar

Todos tenemos a alguien indeseable en nuestro Facebook, recorremos el timeline y nos encontramos con cada cosa que desearíamos nunca haber sido parte de esto. Por eso es mejor que antes del 2013 hagamos un buena limpia y borremos a todas las personas a continuación:

1- Los que viven deprimidos
Hay dos tipos de personas: los que ponen todo el día “alegría, pajaritos, felicidad, plenitud, feliz semana de amor” y los que ponen eso mismo, pero lo combinan con estatus depresivos: un día despiertan y ponen “máxima felicidad” y al siguiente “estoy deprimido, todo es oscuridad y tinieblas”. Eso nos saca mucho de onda, ¿a poco no?

2- Los que no paran de mandar request para apps
No es nuestro asunto que ustedes estén clavados con aplicaciones aburridas y tontas de Facebook. No se vale llenar nuestros celulares de notificaciones de este tipo: “tu amigo Juanito quiere tener un vaca más en la granja imaginaria, ayúdalo”. Pónganse a trabajar.

3- Amantes de Paulo Coelho
Mensajes con paisajes, citas de libros de superación personal, ideas ridículas y melosas. Este tipo de personas solo comparten contenido que parece escrito por el peor escritor del mundo. No son forevers, no se confundan, estas personas son ñoños que necesitan autoconvencerse de que todo está muy bien.

4- Tías que se asustan de todo lo que dices y haces
Es muy molesto tener a una tía abuela en el Facebook, limita todas nuestras publicaciones: “ay cómo voy a poner eso, lo va a ver mi tía…”. Hay familiares que es mejor no tener. No se arriesguen, eviten chismes y denle borrar.

5- Peleoneros
Los grinchs pueden ser muy divertidos cuando tienen bases, pero cuando odian todo y pelean sin fundamentos se vuelven una pesadilla. Alegar con inteligentes sí por favor, con tontos bye.

6- Ególatras a muerte
Comparten miles de fotos: 9 de cada 10 son de su cara, su cuerpo y su mirada. Viven obsesionados con hacer notorias sus cualidades físicas. Llenan el timeline de contenido sin ningún significado «me amo» «soy lo máximo» «viajen, yo conozco el mundo». Dan mucha flojera.

7- Los que escriben todo mal
Las faltas de ortografía y la redacción tipo reggeatonero es una pesadilla: “*chikita 4ever xq kambiazte mi mundouuu*”. Hay que tener respeto por el idioma. Cuando leemos cosas como ésta nuestras esperanzas sobre un mundo mejor se derrumban.

8- Fantasmas
¿Para qué tenemos gente que no se hace presente?, no tiene ningún tipo de caso. Si los amigos de los amigos nos van a agregar, que sea porque les interesa tener algún tipo de intercambio amistoso; de lo contrario solo están como murciélagos escondidos.

9- Desconocidos
Nuestra seguridad en estos medios es fundamental. Aceptar desconocidos puede resultar muy peligroso. Mejor evitemos que esos individuos entren en nuestras vidas. No es suficiente tener amigos en común.

10- Ex parejas
Si ya se terminó la relación no tiene ningún caso tener a las ex parejas ahí pendientes de qué hacemos. Dejar velas prendidas es como de la secundaria. Hay que tener pantalones para cerrar ese capítulo de nuestra historia y decir NEXT.

Fuente:maspormas

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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