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Salud y Bienestar

16 razones por las que debes de hacer ejercicio ¡ya!

Algunas personas tenemos la idea errónea de que el ejercicio y la actividad física sólo nos ayuda a bajar de peso y reafirmar nuestros músculos, pero la verdad es que realizar ejercicio de forma regular tiene muchos más beneficios de los que nos imaginábamos, e incluso podría ser mejor que tomar medicamentos.
Un estudio realizado por científicos del London School of Economics, el Instituto de Salud Pilgrim del Harvard Medical School y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford reveló que el ejercicio físico y los medicamentos eran comparables en términos de resultados para prevenir muertes.

Por otra parte, un informe sobre los beneficios de la actividad física publicado por el consejo Europeo de Información sobre Alimentación destacó que existen numerosos estudios que demuestran que las personas relativamente activas, en especial durante la edad adulta y la vejez, tiene el doble de posibilidades de evitar una enfermedad grave, como el cáncer el riesgo se sufrir de enfermedades cardíacas.

Además de lo que te acabamos de contar, existen muchas más razones por las cuales deberías empezar a ejercitarte hoy mismo.

1. En las mujeres, incrementa el deseo sexual.

2. Ayuda a prevenir las diabetes.

3. Incrementa los niveles de colesterol bueno y reduce el malo.

4. Reduce la inflamación de las vías respiratorias en la gente que padece asma.

5. Ayuda a construir huesos fuertes y reduce el riesgo de osteoporosis.

6. Eleva los niveles de vitamina D.

7. Acelera tu metabolismo y provoca la quema de calorías.

8. Hace más efectivo tu sistema cardiovascular y reduce el riesgo de un ataque.

9. Reduce los niveles de estrés.
10. Aumenta la inmunidad, evitando las bacterias y los resfriados.

11. Ayuda a mantener una memoria activa en los adultos mayores.

12. Aumenta la expectativa de vida.

13. Reduce las posibilidades de contraer cáncer.

14. Aumenta la autoestima y la confianza.
15. Mejora tu calidad de sueño.

16. Las endorfinas generadas ayudan a incrementar tu felicidad.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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