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Opinión

37,129,287 votos necesarios. Por Caleb Ordoñez T.

El periodista Caleb Ordoñez dice que si la maquinaria humana del presidente López Obrador logra que el 40% de la lista nominal salga a votar el próximo domingo, ahí sí estaría demostrando un poder de convocatoria absoluto.

Caleb Ordóñez T.

Caleb Ordóñez Talavera

La polarización política del país tiene una cita el próximo 10 de abril, cuando se lleva acabo la primera votación para que el presidente de la República sea ratificado, o en su caso destituido por parte de la mayoría de los mexicanos inscritos en el listado nominal del Instituto Nacional Electoral.

El debate que ha generado dicha consulta pública ha llegado a los puntos más álgidos, donde se ha puesto en jaque incluso la permanencia del INE pues está en un seriopredicamento; como un juez que tiene muchas variantes para perder y muy pocas para ganar.

El próximo domingo se llevará a cabo una elección donde el único protagonista es López Obrador. Una apuesta fallida a todas luces, pues la intención de esta estrategia era que el ejecutivo apareciera en la boleta de las elecciones intermedias del 2021 con el objetivo de reforzar a los candidatos de su partido Morena, pero también para cumplir con una muy complicada misión: Superar el 41% de participación de los mexicanos que están capacitados para sufragar.

Sin duda el INE ha puesto trabas para que la revocación de mandato no haya sido una gran exaltación hacia la figura de AMLO, quizá con el temor de que esto produjera la intención del mandatario y sus seguidores por una reelección…

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Opinión

Diálogos. Por Raúl Saucedo

El Eco de la Paz

En el crisol de la historia, las disputas bélicas han dejado cicatrices profundas en el tejido de
la humanidad. Sin embargo, en medio del estruendo de los cañones y las balas metrallas, ha
persistido un susurro: El Diálogo. A lo largo de los siglos, las mesas de negociación han
emergido como esperanza, ofreciendo una vía para la resolución de conflictos y el cese de
hostilidades entre grupos, ideas y naciones.
Desde la antigüedad, encontramos ejemplos donde el diálogo ha prevalecido sobre la espada.
Las guerras médicas entre griegos y persas culminaron en la Paz de Calias, un acuerdo
negociado que marcó el fin de décadas de conflicto. En la Edad Media, los tratados de paz
entre reinos enfrentados, como el Tratado de Verdún, establecieron las bases para una nueva
configuración política en Europa.
En tiempos más recientes, la Primera Guerra Mundial, un conflicto de proporciones
colosales, finalmente encontró su conclusión en el Tratado de Versalles. Aunque
controvertido, este acuerdo buscó sentar las bases para una paz duradera. La Segunda Guerra
Mundial, con su devastación sin precedentes en el mundo moderno, también llegó a su fin a
través de negociaciones y acuerdos entre las potencias.
La Guerra Fría, un enfrentamiento ideológico que amenazó con sumir al mundo en un
conflicto nuclear, también encontró su resolución a través del diálogo. Las cumbres entre los
líderes nucleares, los acuerdos de limitación de armas y los canales de comunicación abiertos
permitieron evitar una posible catástrofe global.
En conflictos más recientes, y su incipiente camino en las mesa de negociación ha sido un
instrumento crucial para lograr el cese de hostilidades de momento, esta semana se ha
caracterizado por aquellas realizadas en Arabia Saudita y París.
Estos ejemplos históricos subrayan la importancia del diálogo como herramienta para la
resolución de conflictos. Aunque las guerras pudieran parecer inevitables e interminables en
ocasiones, la historia nos muestra que siempre existe la posibilidad de encontrar una vía
pacífica. Las mesas de negociación ofrecen un espacio para que las partes en conflicto
puedan expresar sus preocupaciones, encontrar puntos en común y llegar a acuerdos que
permitan poner fin.
Sin embargo, el diálogo no es una tarea fácil. Requiere voluntad política, compromiso y la
disposición de todas las partes para ceder en ciertos puntos. También requiere la participación
de mediadores imparciales que puedan facilitar las conversaciones y ayudar a encontrar
soluciones mutuamente aceptables.
En un mundo cada vez más complejo e interconectado, el diálogo se vuelve aún más crucial.
Los conflictos actuales, ya sean guerras civiles, disputas territoriales o enfrentamientos
ideológicos, exigen un enfoque pacífico y negociado. La historia nos enseña que la guerra
deja cicatrices profundas y duraderas, mientras que el diálogo ofrece la posibilidad de
construir un futuro más pacífico y próspero para todos.
Los diálogos siempre serán una vía, aunque el diálogo más importante será con uno mismo
para tener la paz anhelada.
@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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