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Resto del mundo

41 migrantes mueren al intentar cruzar el Mediterráneo y llegar a Italia

Al menos 41 migrantes murieron hoy al naufragar su barcaza cuando intentaban cruzar el Mediterráneo para alcanzar las costas italianas, mientras que una riña supuestamente por motivos de fe religiosa acabó con 12 personas echadas por la borda, según las autoridades.

La situación se ha agravado debido a la situación de violencia en Libia, de donde zarpan buena parte de los africanos, quienes antes de partir estaban encerrados en campos para refugiados y fábricas abandonadas y pésimas condiciones.

Según contaron este jueves cuatro sobrevivientes rescatados con avión por socorristas italianos, 41 inmigrantes desaparecieron durante el naufragio de una lancha neumática procedente de Libia.

Cristianos echados por la borda

Por otro lado, la policía italiana anunció que detuvo a 15 inmigrantes de origen africano y confesión musulmana a su llegada a Sicilia acusados de haber arrojado al mar a doce refugiados cristianos después de una pelea en la barcaza en la que intentaban entrar unos 100 africanos a Italia.

«La pelea estalló por razones religiosas», precisó la policía.

Se trata de un caso singular ya que los detenidos, provenientes de países como Senegal, Mali o Costa de Marfil, fueron acusados «de homicidio múltiple agravado por odio religioso», indicó la policía en un comunicado.

La dramática travesía de los inmigrantes, provenientes de diferentes países de Africa, fue descrito en lágrimas por los supervivientes, quienes crearon una cadena humana para evitar ser arrojados al mar.

Unas mil personas, entre ellos varios menores de edad, llegaron este jueves a varios puertos de Sicilia (sur), tras ser rescatados por la guardia costera italiana y la marina militar.

Se desconoce aún el paradero de 400 inmigrantes que naufragaron al parecer el domingo en el Mediterráneo, según contaron sobrevivientes que desembarcaron en Italia, interrogados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la ONG «Save the children».

Algunos de esos sobrevivientes fueron trasladados a Calabria, otra región del sur de la península. Están enfermos y agotados tras la travesía, según informó a la AFP Guiseppe Princi, de la asociación «Nuova Solidaritá», que garantiza una asistencia inicial.

«Se trata de una situación dramática, están traumatizados, durmieron en el piso en carpas», contó a la AFP Princi.

Buena parte de ese grupo proviene de Somalia y Eritrea, son muy jóvenes, están muy sucios y algunos presentan heridas en las piernas, según constató la AFP.

Los indocumentados serán trasladados a centros de acogida del centro y norte de la península, a pedido de las autoridades.

Animados por las buenas condiciones climáticas, numerosos subsaharianos huyen de la pobreza y la guerra en sus países y arriesgan sus vidas cruzando el Mediterráneo en precarias condiciones.

Según el plan de las autoridades serán distribuidos en campos para refugiados de todo el país, de norte a sur, pese a las polémicas y negativas de dos gobernadores de regiones industrializadas que rechazan acogerlos.

«Rechazamos esa invasión, aquí no hay más lugar», declaró el gobernador de Lombardía.

Un peso intolerable para Italia

El ministro de Relaciones Exteriores italiano Paolo Gentiloni manifestó este jueves su indigación por la actitud de la Unión Europea (UE) ante el grave fenómeno.

«La vigilancia y los rescates en el mar pesan en un 90% sobre nuestros hombros: no hemos obtenido ninguna respuesta adecuada por parte de la Unión Europea», afirmó el ministro en una entrevista al diario Corriere della Sera. Italia pide más apoyo financiero para las operaciones de rescate y una «respuesta clara» sobre los lugares adónde estos, una vez socorridos, deben ser llevados.

Para Giovanni Muraca, de la alcaldía de Regio de Calabria, la ciudad sureña está en crisis por la recesión económica y tiene muchas dificultades para acoger a los inmigrantes.

«Hemos recibido siempre a los inmigrantes, pero esta vez hay muchos afectados por enfermedades contagiosas y no tenemos los recursos para hacer frente a esa emergencia», recalcó a la AFP.

La situación en los centros de acogida en Italia está al borde del colapso.

«El número intolerable de víctimas va aumentar si la UE no garantizan las operaciones de socorro», denunció Judith Sunderland, responsable regional de la ONG Human Rights Watch (HRW).

Según cifras de la OIM, cerca de 500 inmigrantes murieron ahogados en el Mediterráneo en los que va de 2015, sin contar los casi 500 desaparecidos en los últimos días.

Las estructuras de acogida y asilo de Italia albergan a más de 80.000 personas.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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