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Opinión

8 M. Por Raúl Saucedo

Ecos anunciados

La presencia destacada de dos mujeres como principales contendientes en las elecciones presidenciales durante ese proceso 2024 está marcando un cambio radical en la tradicional dinámica política del país y refleja la creciente influencia las mujeres en la toma de decisiones a nivel nacional.

Durante los últimos años, México ha sido testigo de una creciente y vigorosa agenda de género que ha permeado diversas esferas de la sociedad. Desde políticas públicas hasta conversaciones de sobremesa incomodas para algunas familias, la lucha por la igualdad de género obtiene sumerecido lugar impulsada por la demanda de cambios sociales estructurales. Este período ha sido crucial para consolidar la participación de las mujeres en la política, abriendo el camino para que dos candidatas presidenciales emerjan como líderes prominentes.

El día de mañana (8 de marzo), Día Internacional de la Mujer, se presenta como un punto de inflexión crucial en el contexto de la carrera presidencial, dado que hace apenas hace una semana inicio formalmente la contienda. Este día no solo simbolizará la conmemoración de la lucha histórica de las mujeres por sus derechos, sino que también en este año se convertirá en un catalizador para evaluar el apoyo público a las candidatas. La atención se centra en cómo estas aspirantes aprovecharán esta fecha para presentar propuestas específicas que aborden las preocupaciones y aspiraciones de las mujeres en la sociedad mexicana.

Ambas candidatas presidenciales, conscientes de la importancia de este día emblemático, habrán probablemente delineado propuestas destinadas a impulsar la igualdad de género y abordar las desigualdades persistentes. La expectativa ciudadana en torno a estas posibles propuestaspuede ser un factor que por primera vez en meses cambie los dígitos de las encuetas. La capacidad de estas líderes para conectar con las demandas y aspiraciones de la población femenina será determinante en su carrera hacia la presidencia.

La agenda de género ha sido impulsada por una combinación de factores, incluyendo el activismo de base, el cambio cultural y el liderazgo progresista en diversos sectores. La consolidación de dos mujeres como principales contendientes presidenciales no solo es un logro histórico, sino que también representa la culminación de esfuerzos sostenidos para crear un entorno político más inclusivo y representativo. Este fenómeno desafía las nociones arraigadas sobre el liderazgo político y redefine las posibilidades para las generaciones futuras de mujeres en México.

Las campañas apenas empiezan y el día mañana será determinante para la agenda mediática y el reguero de tintas a lo largo del país, cuando menos hasta el primer debate, aquí la verdadera pregunta será si las propuestas de las punteras presidenciales estarán a la altura del clamor social femenino, quizá el “nuevo” político sorprenda y proponga algo de nueva masculinidades…lo dudo, pero mañana estén atentos que mañana se juega la estabilidad de las campañas al menos si la marea purpura no dispone otra cosa.

@Raul_Saucedo

resaucedo@uach.mx

Opinión

Ken Salazar: ¿Embajador o Actor de Telenovela? Por Caleb Ordoñez T.

¡Ah, Ken Salazar! El embajador de Estados Unidos que nos ha dejado perplejos con sus altibajos políticos, sus declaraciones dignas de un guión de serie, y su relación complicada con la Cuarta Transformación. Si algo ha demostrado este diplomático es que puede pasar de ser el mejor amigo de la 4T a su crítico más feroz, dependiendo de cómo soplen los vientos en Washington. Vamos, que ni él mismo parece saber en qué equipo juega.

La historia de Salazar en México comenzó con un apoyo incondicional a la estrategia de seguridad de López Obrador. “Queremos ayudar a México”, decía con entusiasmo. Todo iba viento en popa: AMLO estaba contento, Salazar estaba contento, y la relación bilateral estaba, si no perfecta, al menos pacífica. Pero, de repente, Salazar empezó a lanzar críticas, como si su personaje hubiese sufrido un cambio drástico de dirección. ¿Qué pasó? Pues, para sorpresa de todos, ¡Donald Trump volvió al juego! Y al parecer, eso trajo consigo una versión “Ken Salazar 2.0”, una más crítica y menos amigable.

Caleb Ordoñez T.

Caleb Ordoñez T.

La situación llegó al punto de que Marcelo Ebrard, nuestro ex canciller, tuvo que enviarle un mensaje directo (aunque con tono irónico y de pulida diplomacia): “Dear Ken, what are you talking about?”. ¿Qué habrá pensado Salazar al leer esa frase? Porque para el diplomático promedio, una indirecta así es casi un grito. ¡Imagínense! Si hasta los memes en Twitter le daban vuelta, como si se tratara de una pelea entre amigos que ya no se soportan.

Por si fuera poco, Sheinbaum, en una de sus mañaneras, no perdió la oportunidad de hacer un comentario jocoso sobre los vaivenes del embajador. “Es que Ken se confunde”, dijo en tono irónico, como quien habla de un viejo amigo algo despistado. Claro, el comentario causó risas entre los presentes, pero también dejó en claro que el equipo de AMLO ya no se toma muy en serio las críticas de Salazar. Tal parece que la figura de Salazar es ahora vista como una especie de personaje excéntrico, más digno de un episodio de sátira política que de una embajada.

Pero lo realmente intrigante es: ¿quién podría suceder a Ken Salazar si Trump llega a la Casa Blanca nuevamente? ¿A quién enviaría el expresidente a continuar esta telenovela diplomática? Tal vez podríamos ver a alguien de su círculo más leal, como un Mike Pompeo, experto en lanzar dardos con una sonrisa, o, por qué no, a alguien más peculiar y polémico, como un Rudy Giuliani, quien seguramente haría de la embajada un espectáculo.

La verdad, sea quien sea, seguro nos traerá más drama. Porque, al parecer, la embajada de Estados Unidos en México ya no es un puesto diplomático, sino un auténtico reality show político, donde el que llega, o es nuestro mejor amigo, o el villano de la temporada. Así que preparemos las palomitas, porque la novela de Ken Salazar, o de su posible sucesor, seguro aún nos tiene reservadas muchas sorpresas.

Y un edificio nuevo.

La embajada de Estados Unidos en México está casi lista, con un avance notable, y no podemos evitar preguntarnos: ¿vendrá Trump a cortarle el listón si gana en 2024?

Imaginemos el espectáculo: Sheinbaum dando la bienvenida en la mañanera y un Trump republicano hablando de “buenos vecinos” (entre ironías y sonrisas forzadas). ¿Cómo gestionarán esta relación diplomática? Seguro veremos un juego interesante de diplomacia y un poco de sarcasmo, donde ambos bandos tendrán que bailar al ritmo de las relaciones exteriores. Con Trump y Sheinbaum, podríamos estar ante el evento del año… o de la más extraña comedia política.

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