Alrededor de 800.000 niños se han visto obligados a huir de sus hogares a causa del conflicto en el noreste de Nigeria entre Boko Haram, el Ejército nigeriano y las milicias ciudadanas, informó este lunes Unicef en base a datos recopilados en Nigeria, Níger, Chad y Camerún.
En un informe publicado en la misma semana en la que se cumple un año del secuestro de las niñas de Chibok, la agencia de Naciones Unidas advierte de que las consecuencias del conflicto han tenido un efecto devastador y en el último año se ha duplicado el número de niños que han huido de Nigeria hacia países vecinos.
Sin embargo, huir de sus hogares es solo una parte del drama que viven estos niños, pues Unicef tiene pruebas de que muchos han sido reclutados por Boko Haram para participar en los combates o en tareas logísticas, mientras que las menores son sometidas a matrimonios forzosos.
«Tenemos pruebas de que está pasando, pero es demasiado pronto para valorar la magnitud del problema, ya que el noreste de Nigeria todavía es una zona de riesgo y es complicado hacer un trabajo de campo exhaustivo», explicó a Efe Laurent Duvillier, portavoz regional de Unicef para África Occidental y Central.
Otra de las grandes perjudicadas en la cruzada de Boko Haram es el precario sistema de enseñanza nigeriano: el número de niños que no van a la escuela primaria ha pasado de 8 millones en 2007 a 10,5 millones en la actualidad, un cifra que la Unesco y Unicef califican de «la más alta del mundo».
Asimismo, Unicef calcula que 196 profesores y 314 alumnos fueron asesinados entre 2012 y 2014, mientras que unas 300 escuelas sufrieron daños o fueron destruidas.
En un esfuerzo para concienciar a la comunidad internacional, Unicef ha creado la etiqueta de Twitter #bringbackourchildhood (devolvednos la infancia), muy parecido a la de #bringbackourgirls (devolvednos a nuestras chicas) que se utilizó justo después del secuestro de casi 300 chicas en Chibok.
En su respuesta al conflicto, Unicef ha proporcionado asesoramiento y apoyo psicosocial a más de 60.000 niños traumatizados por el estrés de haber abandonado sus hogares, pero no puede llegar a todos los necesitados por escasez de fondos.
«La gente percibe a Nigeria como un país con recursos y suficiente capacidad económica para resolver sus crisis humanitarias, pero Chad, Níger y Camerún eran países pobres antes de la crisis, así que ahora, a pesar de la buena voluntad política, no pueden hacerse cargo de la situación», lamentó Duvillier.
A causa del conflicto de Boko Haram más de 1,5 millones de personas han huido de sus hogares en el noreste de Nigeria, de los cuales 1,25 millones son desplazados internos y casi 300.000 son refugiados en Camerún (146.000), Níger (100.000) y chad (41.600).
Más de la mitad de estos desplazados están asentados en comunidades de acogida que tienen poco o ningún acceso a la escasa ayuda internacional que llega a la región y eso supone un esfuerzo extra para zonas en las que los servicios sociales y sanitarios están al límite de su capacidad.
Nairobi (Efe)