La enfermedad de Alzheimer tiene una incidencia 100 veces mayor que la del cáncer de mama.
Según expertos, es tal su magnitud y ritmo de crecimiento que, como hoy es la diabetes para México, en los próximos años habrá una nueva epidemia: el Alzheimer.
Ahora mismo se estima que al menos 800 mil mexicanos padecen este tipo de demencia, casi 9% de personas mayores de 60 años.
“Sabemos que ocurre en alrededor de 30 personas de cada mil por año, después de los 60 años; para poner esta cifra en magnitud, puedo compararla, por ejemplo, con el cáncer de mama, que tiene una incidencia 100 veces menor”, dimensionó el doctor Luis Miguel Gutiérrez Robledo, director del Instituto Nacional de Geriatría.
El Alzheimer es una enfermedad progresiva e irreversible que inicia con el deterioro de memoria, atención, orientación, juicio y personalidad, comprometiendo funciones tan básicas como comer o ir al baño y tan devastadoras como ser incapaz de reconocerse frente al espejo.
Su origen aún no está bien determinado y afecta a cualquier persona independientemente de su sexo, escolaridad, ocupación o clase social.
La edad es el principal factor de riesgo. Uno de cada 20 mexicanos de 60 años padece Alzheimer, uno de cada tres tiene la enfermedad a los 80 años y en los mayores de 90 crece hasta uno de dos.
“Por el aumento de la esperanza de vida, la enfermedad se está duplicando muy rápido. En 2015 había 47 millones de personas en el mundo con demencia y para el 2030 se duplicará: serán 74 millones y para 2050 llegarán a 131 millones, entonces así como se acelera el envejecimiento van acelerándose las enfermedades que hay a la par”, explicó Sara Torres, investigadora del Instituto Nacional de Geriatría.
Diez síntomas
Entre otros, los expertos alertan de los siguientes síntomas: la memoria comienza a fallar; resolver problemas sencillos se vuelve difícil; no sabe en qué día vive o en qué lugar está; olvida el nombre de objetos comunes; puede tener problemas para leer; no es capaz de recordar lo que hizo; se comporta fuera de lugar; es cada vez más pasivo y retraído, y su personalidad y su carácter cambian.
Fuente: Excelsior