El estereotipo del viajero de negocios de hace mucho tiempo — predominantemente masculino, blanco, con traje y una maletín en la mano — cambia rápidamente.
De acuerdo con algunos, este panorama se debe a los millennials (jóvenes de entre 18 y 30 años). Ellos son frescos, diversos, conocedores de la tecnología, y viven conectados umbilicalmente a sus smartphones, muchos esperan que la generación posterior a la década de 1980 represente la mitad de todos los vuelos de negocios para 2020. No es de extrañar que las aerolíneas y los hoteles compitan por satisfacer sus necesidades.
La generación del último minuto
«Las dos cosas que los hacen diferentes de otras generaciones, es que quieren espontaneidad, y quieren estar conectados», señala Lee McCabe, director global de viajes en Facebook.
«Esta es la generación que tiene mayor probabilidad de cambiar planes de viaje en el último minuto, mayor probabilidad de reservar en el último minuto, y quieren estar en línea todo el tiempo».
Mientras la industria de los viajes depende tradicionalmente de las reservaciones por adelantado, esta nueva actitud sacude todo considerablemente. McCabe señala que cada vez más, las aerolíneas y los hoteles lanzan opciones de reservación de último minuto para atender a este mercado creciente.
Hoteles del futuro
Debido a que los millennials componen el 50% de las reservaciones de hotel, no es de extrañar que la industria de la hospitalidad fuera una de las primeras en aprovechar su modo de pensar.
Starwood Hotels and Resorts Worldwide decididamente está a la vanguardia, al lanzar Aloft; una marca directamente dirigida al grupo, en 2008.
«Esta generación es colaborativa. Son parte de una comunidad social, y les gusta compartir cosas (con esa comunidad), ya sea sobre un coctel que prueban, o quizá lo que cenan o que hacen este fin de semana», dice Brian McGuinness, líder global de Aloft.
Aunque los deseos de una generación más joven de viajeros de negocios pueden sonar obvios, saber cómo traducir sus inclinaciones sociales no siempre es sencillo. Para hacer esto, Aloft creó hoteles con muchos espacios abiertos y públicos, además de poner a sus huéspedes al centro de la experiencia hotelera. Incluso la recepción está a mitad del lobby, en lugar de estar colocada al fondo, como fue alguna vez lo tradicional.
«(Nuestros huéspedes) son autoexpresadores. Quieren ser los protagonistas, y quieren ser parte de la experiencia de huéspedes, así que hicimos que la recepción tradicional fuera una especie de cabina de DJ», dice McGuinness, quien se refiere a los huéspedes como «talento».
«Nuestro talento controla la luz y la música en el lobby. Francamente, controlan la vibra en general de este espacio público».
Una app al rescate
Tradicionalmente, la vida para los guerreros de los viajes era una existencia particularmente solitaria. Para la nueva generación de viajeros, conocer a personas es más fácil que hacer clic en un botón (o deslizar una pantalla).
Tinder, una aplicación de citas por GPS que crece en un 15% cada semana, de acuerdo con el CEO, Sean Rad, atrae cada vez más a los usuarios que necesariamente no están en el mercado para ligar.
«La uso cada vez que voy a otras ciudades. Generalmente, tan pronto como tengo wi-fi, entro a Tinder para ver quién está en el área», dice Jenny Levy, una suscriptora que viaja regularmente por cuestiones de trabajo.
«Cuando estaba en Los Ángeles, me reuní con alguien y fuimos por un trago. No fue exitoso, pero ahora conozco a alguien que vive en LA», explica.
«Tinder hace que la experiencia de viajar sea menos intimidante, porque en cuanto aterrizas, puedes comenzar a hacer nuevas relaciones sociales en esa área», dice Rad. «Tradicionalmente para los viajeros de negocios, si quieren conocer a personas podrían ir al bar del hotel. Estos jóvenes lo hacen muy diferente».
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