Ayer fue aprobada la reforma energética por los diputados locales, quienes creían que la pasarían como agua pero, aunque así fue en materia de votaciones, nunca se esperaron tener que entrar por la puerta de atrás para no ser agredidos por manifestantes que cercaron la Torre Legislativa, lugar que fue protegido por decenas de policías.
Los diputados llegaron temerosos entre rejas y cercos, algo nunca visto en Chihuahua, donde a pesar de que se dan manifestaciones y se marca una distancia con el pueblo, nunca se había visto a tal grado. Usted ya habrá notado que la gente está má enojada que de costumbre, nada más recuerde el enfrentamiento entre camioneros y tránsitos, el derribamiento de los blocks de la réplica al mausoleo de Villa y las ventanas rotas de Palacio de Gobierno.
Los chihuahuenses, o al menos una parte, ya no tienen –tanto– miedo de levantar la voz. Tampoco hemos llegado al grado de otros estados del sur del país, donde uno de los diputados de Puebla fue golpeado por manifestantes luego de haber aprobado la reforma energética, eso sí son palabras mayores. Acá lo más grave que pasó fue que destruyeron la puerta principal de Congreso.
No se justifican los destrozos pues hay maneras de manifestarse, pero este tipo de actos refleja que la gente está enojada y que busca una forma de hacerse notar. Las consultas ciudadanas no existen, el libre voto tampoco, las decisiones del país queda en manos de unos pocos y ahora nuestros recursos serán mal baratados. Algo está pasando y los mexicanos no se puede quedar con las manos cruzadas.
Ayer también con un plantón se recordó a la activista Marisela Escobedo a quien le mataron a su hija Rubí, supo quién fue, lo localizó por sus propios medios, lo detuvieron y fue liberado por falta de pruebas; luego ella fue asesinada frente a Palacio de Gobierno y su familia sufrió violaciones a los derechos humanos: uno de los múltiples casos que siguen impunes en México.
La Fiscalía General del Estado el año pasado declaró cerrado el caso con la detención de José Enrique Jiménez Zavala, “El Wicked”, pero la familia de Marisela asegura que es un chivo expiatorio. La Comisión de Derechos Humanos ordenó reponer el proceso de investigación y pedir perdón a los familiares.
Volviendo a los curules de Congreso, sorprendió que el diputado panista Rogelio Loya votara en contra de la aprobación de la reforma energética, siguiendo la misma postura que su compañero el senador Javier Corral, quien abogó por un voto de conciencia. ¿Les creeremos o será uno de los muchos juegos políticos para que Corral gane la dirigencia estatal del PAN?
Pese a todo el zafarrancho afuera de Congreso, las abstenciones y votos en contra, Chihuahua aprobó por mayoría la reforma energética. Ahora expertos pronostican que para el 2015 empresas gasolineras llegará a desbancar a Pemex, empresa que durante décadas fue la única que surtió del combustible al país.
Quedan unos días para que se venza el plazo para regularizar los autos “chuecos”, de lo contrario las autoridades ya advirtieron que serán decomisados. A ver si se dan abasto porque se estima que son cerca de 30 mil las unidades que todavía no cuentan con sus papeles en orden.
Los que quieren mantener el orden en la ciudad esta época navideña son los agentes de Vialidad aplicando la famosa caza-borrachos. Ricardo Yáñez dijo que no se permitirán tránsitos corruptos pero no hemos visto que el problema, que es grave, se solucione. Poner en marcha programas no garantiza su efectividad si quienes los aplican son más corruptos que los políticos que ya conocemos.
Por algo la ciudadanía ha creado páginas en Facebook para dar a conocer los trabajos mal hechos de los tránsitos: multas injustificadas, detenciones arbitrarias, mordidas si no quieren que se los lleven al corralón, y los famosos “nos podemos arreglar” que se han disparado en esta temporada de aguinaldos. Los chihuahuenses en verdad sienten temor cuando ven a una patrulla de Vialidad.
Y el que más que temor tiene ínfulas de grandeza es el exalcalde de Juárez, Héctor Murguía, pues no le bastó mandarse a construir una estatua jugando futbol, ahora resulta que ya hasta dos calles de colonias de la periferia de Juárez llevan su nombre, una en la colonia Lomas de Poleo y otra en Granjas del Progreso.
Para cambiar el nombre de una calle el Cabildo debe aprobarlo; sin embargo, esto no sucedió. Algunos dicen que los propios vecinos le pusieron así, otros que “Teto” desde el inicio de su primera administración pidió que se hiciera, y ¿por qué no nos habíamos dado cuenta? porque son colonias abandonadas a las que se visita sólo si hay campañas electorales.
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