Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como “El Chapo”, es un personaje que ha causado gran revuelo con su detención este fin de semana.

Considerado como el máximo líder del Cártel de Sinaloa, logró mantenerse prófugo desde el 19 de enero del 2001, cuando logró fugarse del Penal de Puerta Grande, en Guadalajara.

Su nombre comenzó a cobrar peso a principio de la década de los 90, cuando consolidó su rivalidad con los hermanos Arellano Féliz, con quienes comenzó una lucha encarnizada.

Las balaceras, atentados y asesinatos se convirtieron en una constante en el norte del país, pero la lucha se volvió más mediática después del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, a causa de un atentado planeado para eliminar a “El Chapo”.

Esto ocurrió el 24 de mayo de 1993, cuando los Arellano Félix confundieron el auto de dicho narcotraficante, con el del clérigo, quien salía del Aeropuerto de Guadalajara, Jalisco.

La muerte de este personaje llevó al gobierno federal a iniciar una cacería contra El Chapo, misma que concluyó  dos semanas después, cuando lo detuvieron en Guatemala.

El Chapo Guzmán permaneció menos de ocho años preso en diferentes penales federales de máxima seguridad como el de Almoloya de Juárez, en el Estado de México, y Puente Grande, en Jalisco.

Durante ese periodo, recibió tres sentencias por los delitos de cohecho y asociación delictuosa, que sumaron 20 años y nueve meses, sin ser juzgado por narcotráfico.

Fuentes oficiales aseguran que Guzmán Loera logró corromper a custodios, funcionarios y reos del penal para obtener beneficios durante su cautiverio, hasta su fuga.

Posterior a ello, se convirtió en uno de los hombres más buscados por el gobierno federal y por el gobierno de Estados Unidos.

Algunas personas aseguran que nunca se escondió no pasó mucho tiempo fuera de México, ya que existen testimonios de que el capo se paseaba por Durango, Chiapas, Morelos, Chihuahua, Sinaloa y Baja California.

En Ciudad Juárez, circula la versión de que el capo comía en diferentes restaurantes muy lujosos y que al final, él y su escolta integrada por más de 100 hombres, se marcaban del lugar y pagaban la cuenta de las personas que estuvieran el lugar.

El 17 de abril de 2009 Héctor González Martínez, el arzobispo de Durango, aseguró que El Chapo vivía en la región de Guanaceví y que todos los locatarios lo sabían.

Incluso, muchos elogiaron sus habilidades de omnipresencia, ya que los habitantes aseguran que podía ser visto en diferentes lugares con muy poco tiempo de diferencia.

En 2011, el entonces presidente de Guatemala, Álvaro Colom, dijo que El Chapo había sido visto varias veces en su país y que era habitual que circulara a través de él y de Honduras.

Para febrero del 2013, circularon versiones sobre la supuesta muerte de El Chapo, durante un enfrentamiento en Guatemala, situación que fue negada por las autoridades de dicho país.

Ahora, los rumores giran en torno a la veracidad de su captura, ya que diferentes agrupaciones han manifestado que no es en realidad Joaquín Guzmán Loera, sino alguien que se parece a él.

Existen versiones extraoficiales en las redes sociales, que señalan al hombre detenido como Gregorio Chávez, originario de Mazatlán, Sinaloa.

Las autoridades mexicanas y estadounidenses llegaron a ofrecer hasta 96 millones de pesos, a quien proporcionara datos útiles para su captura.

De acuerdo con datos ofrecidos por la Procuraduría General de la República, utilizaba diferentes nombres como Joel Sánchez Ruiz, Jorge Ramos Pérez o Sánchez, Raúl Guzmán Ruiz y Francisco Villaseñor.

Fue señalado por la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna mayor a mil millones de dólares.

El Chapo no aparece en la lista de los 10 más buscados del Buró de Investigaciones Federal de Estados Unidos (FBI).

Actualmente podría ser extraditado a Estados Unidos y en México enfrenta ocho órdenes de aprehensión emitidas por la PGR.