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Le inyectan «biopolimeros» ahora su vida esta en riesgo por perfeccionar su cuerpo, la historia de Eduardo Fierro

Buscar el cuerpo perfecto es el deseo de muchos y más cuando se pueden tener resultados inmediatos a través de las cirugías y métodos fáciles, fue así que Eduardo Fierro Vega de 41, años, en abril del año 2008 conoció en su negocio a quien cambiaria su vida por completo, Patricia Samaniego Villegas dueña de la clínica de servicios estéticos “Jeunesse” la cual se ubica en la avenida Pascual Orozco en la Colonia San Felipe.

Buscar el cuerpo perfecto es el deseo de muchos y más cuando se pueden tener resultados inmediatos a través de las cirugías y métodos fáciles, fue así que Eduardo Fierro Vega de 41, años,  en abril del año 2008 conoció en su negocio a quien cambiaria su vida por completo, Patricia Samaniego Villegas dueña de la clínica de servicios estéticos “Jeunesse” la cual se ubica en la avenida Pascual Orozco en la Colonia San Felipe.

Debido a que lo convenció a ponerse colágeno en los labios por la cantidad de 5 mil pesos, pero como no le puso anestesia, fue tanto el dolor, que desmayo por tiempo indefinido, a pesar de esto  nuevamente fue convencido pero ahora de aumentarse los glúteos a través de una proteína de bovino, la cual aseguró  la dueña de este lugar, no tendría efectos secundarios en su organismo, ya que le aseguró ella ya había se había inyectado, además de tener clientes satisfechos con los resultados.

Fue así que Eduardo, acudió nuevamente a esta clínica el 4 de  octubre del 2008 a aplicarse estas inyecciones que le ayudarían a tener los glúteos perfectos, sin imaginar los resultados que vendrían después, donde señala que todo fue por vanidad y el deseo de quererse verse mejor y aceptarse así mismo.

Fue casi al instante que empezó a sentir molestias en sus extremidades como picazón, piquetes e inflamación, por lo cual acudió nuevamente con quien le había inyectado la proteína de bovina, sin embargo al sentirse “culpable” de lo que había hecho.

Ya que el 15 de febrero del 2013, le confesó que no le había inyectado lo que le había dicho sino “Biopolimeros” y que sabia del daño que le había causado, pero que ella necesitaba dinero.

Por lo cual el afectado acudió a la Fiscalía General del Estado a poner la denuncia correspondiente por los daños ocasionados a su persona, sin embargo relata Eduardo Fierro, que las autoridades hicieron caso omiso a su denuncia, dejándolo dice en un total de “indefensión”

Así mismo se interpuso la denuncia ante la COESPRIS (Comisión Estatal para la protección contra riesgos sanitarios), la cual clausuró la clínica el 29 de agosto del 2013, pero solo fueron unos días y nuevamente se encuentra abierto, sin saber que ha pasado a ciencia cierta con lo que decomisaron para revisión.

Con cara de angustia y desesperación, Eduardo Fierro Vega dice estar preocupado por su salud, la cual cada día se va deteriorando más y con cara de esperanza dice “Hay días que quisiera regresar el tiempo y haberlo evitado”.

Que son los Biopolimeros y su riesgo

Los biopolímeros no son más que silicón líquido para los rellenos corporales, es lo que está dentro del implante. En lugares ilícitos inyectan aceite de motor, aceite para niños y hasta silicón para sellar ventanas.

El riesgo es tan alto que se considera ya un problema de salud pública, ya que con ellos se están produciendo, por ejemplo, lesiones faciales de carácter irreversible, situación que se agrava por la facilidad con que este tipo de sustancias, se usa por personal muchas veces ignorante del riesgo al cual somete al cliente (cosmetólogas, médicos esteticistas, etc.).

Así mismo el número de personas que ingenuamente recibe estos procedimientos cada vez es mayor por creer en soluciones mágicas, económicas y altamente promocionadas.

Redacción: Corina Muruato

eduardo fierro

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Georgina Ledezma vende pulseras hechas a mano. Alumna del CAM 7507

Alumna del CAM 7507 del grupo de proyectos productivos, Georgina Kanakoqui Ledezma de 18 años de edad, joven alegre, entusiasta y trabajadora, con grandes habilidades para estar en un ambiente de trabajo, solicita el apoyo de la comunidad en general para que adquieran pulseras elaboradas con sus propias manos.

 


Bajo la asesoría y acompañamiento de la maestra Gabriela Rivero, en cuyas clases se desarrollan habilidades laborales con la finalidad de auto emplearse y/o realizar prácticas en ambientes reales, fue donde se gestó este emprendedurismo por parte de Georgina en la que de realizarlas como pasatiempo surgió la idea de ponerlas a la venta para generar sus propios ingresos como incentivo además, para que ella se sienta autónoma y feliz ya que debido a su delicada situación de salud no puede ejercer dentro de una empresa.
Este caso de éxito en la elaboración y convencimiento de producir artículos para su venta forma parte de los objetivos de nivel de formación para la vida adulta del CAM 7507 donde las maestras Ivone Santiago y Lydia Stirk del grupo de prácticas Laborales dan seguimiento puntual a todo su estudiantado.
Las pulseras de la joven Kanakoqui Ledezma estarán en venta en el restaurante “MAYÓLICA” ubicado en Blvd. Antonio Ortiz Mena 2033 Colonia Campestre-Lomas con un costo de $30 pesos.

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