El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el papa Francisco se reunieron por primera vez este jueves en la Ciudad del Vaticano, lo que ofreció una gran oportunidad para un diálogo entre la administración y el liderazgo católico tras años de relaciones tensas.
Ambos líderes se saludaron con una sonrisa, un apretón de manos y posaron para las fotos antes de sentarse a la mesa a dialogar.
La reunión duró más de la media hora habitual en las conversaciones que el pontífice sostiene con los jefes de Estado y Gobierno que lo visitan.
Obama permaneció en el Vaticano un total de dos horas.
El primer papa de América recibió de pie, en la entrada de su biblioteca privada y con una cierta formalidad, al mandatario estadounidense, quien sonreía abiertamente y parecía emocionado mientras Francisco le estrechaba las dos manos.
“Soy un gran admirador suyo”, le dijo Obama en inglés al saludar a Francisco. “Welcome, mister president” (Bienvenido, señor presidente), le dijo el papa en inglés, idioma que no suele hablar, agregó la agencia francesa.
El encuentro se desarrolló en el escritorio papal, sentados uno delante del otro.
El objetivo: centrarse en las áreas donde dos de los hombres más influyentes del mundo están de acuerdo, y pisar con suavidad el suelo donde difieren.
Antes de la visita de Obama, la Casa Blanca dijo en un comunicado que el encuentro se centraría en “el compromiso compartido con la lucha contra la pobreza y de crecimiento (ingresos) desigual” y navegar con cuidado en los temas más espinosos tales como el matrimonio entre personas del mismo sexo, la anticoncepción y el aborto.
“En general, ellos estarán buscando áreas de conversación en la que existe un gran acuerdo entre el Vaticano y el gobierno”, dijo Steve Schneck, director del Instituto para la Investigación de Políticas y Estudios Católicos en la Universidad Católica de América.
Las áreas de «interés mutuo» incluyen la inmigración y la pobreza, temas donde el presidente y el papa pueden encontrar un terreno común.
Un día antes, representantes de los inmigrantes hispanos en Estados Unidos entregaron al pontífice una solicitud para que en su reunión de este jueves le pida al presidente Barack Obama terminar con las deportaciones de indocumentados.
La cita vaticana
«Vengo a Roma para escucharlo», reconoció el presidente estadounidense, quien recalcó que «el pensamiento» del pontífice latinoamericano es «precioso para comprender cómo podemos ganar el reto de combatir la pobreza extrema y la desigualdad en la distribución de los ingresos», dijo Obama en una entrevista al diario italiano Il Corriere della Sera..
Al papa se le vio más relajado y sonriente durante el intercambio de obsequios que al inicio del encuentro.
Como al resto de mandatarios, Jorge Bergoglio regaló a Obama su primera exhortación apostólica, Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio), publicada el pasado 26 de noviembre, y un medallón artístico que representa al «Ángel de la Paz», como el mismo papa explicó a Obama.
También le entregó una colección de monedas de su pontificado, que se cayeron cuando se las mostraba, lo que provocó la risa de ambos.
El presidente de Estados Unidos le regaló al papa un estuche con algunas semillas de árboles y especies que crecen en el jardín de la Casa Blanca. «Si tiene la posibilidad de venir a la Casa Blanca podrá también visitar el jardín», dijo Obama en lo que significó una invitación informal al pontífice, quien contestó en español con un diplomático: «claro».
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