«Es hora de quemar la boina y enterrar el vestido azul», escribió Monica Lewinski en su primer texto sobre su romance de la década de 1990 con el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
«Yo misma lamento profundamente lo que pasó entre el presidente Clinton y yo. Déjenme repetirlo: Yo. Yo misma. Lamento. Profundamente. Lo. Ocurrido», dice Lewinsky —quien ahora tiene 40 años— en el próximo número de la revista estadounidense Vanity Fair.
Lewinsky sostiene que su romance con Clinton fue un romance entre dos adultos que dieron su consentimiento.
«Cierto, mi jefe se aprovechó de mí, pero yo siempre me mantendré firme en este aspecto: fue una relación consensual. Cualquier ‘abuso’ ocurrió después, cuando me usaron como chivo expiatorio para proteger su poderosa posición», escribe Lewinsky.
En 1995, Lewinsky era becaria en la Casa Blanca e inició una relación sexual con Clinton. El escándalo político y la investigación que surgió de esa relación extramarital culminaron con el juicio político del presidente demócrata en la Cámara de Representantes bajo el dominio de los republicanos. Se exoneró a Clinton de todas las acusaciones en las que se fundó el juicio político en un juicio ante el Senado.
Durante la pasada década, Lewinsky ha guardado silencio sobre el romance. En el artículo de Vanity Fair escribe que «en algunos círculos se dice que los Clinton deben haberme pagado para que me fuera; ¿por qué otra razón me habría contenido? Les puedo asegurar que no hay nada más alejado de la verdad».
Sin embargo, agrega que es hora de dejar de «tener cuidado con mi pasado y con el futuro de otras personas. Estoy decidida a darle un final diferente a mi historia. Decidí, finalmente, asomar la cabeza sobre el parapeto para poder recuperar mi narrativa y darle un propósito a mi pasado (cuál será el precio de esto, pronto lo sabré)».
Lewinsky figuró constantemente en los medios durante y poco después de la controversia. A finales de 1999 empezó a vender una línea de bolsos para dama y al año siguiente figuró en los comerciales de la empresa de dietas, Jenny Craig. En 2002 figuró en un programa especial de la cadena estadounidense HBO sobre el romance y al año siguiente condujo un reality show de citas en la cadena Fox TV.
Sin embargo, Lewinsky cambió el rumbo en 2005 y se mudó a Gran Bretaña para estudiar una maestría en Psicología Social en la Escuela de Economía de Londres. Desde entonces se ha mantenido lejos de los reflectores.
En el artículo de Vanity Fair, Lewinsky responde a los reportes que se publicaron en febrero, en los que se dice que Hillary Clinton tildó a Lewinsky de «loca narcisista» en la correspondencia que intercambió con su amiga cercana, Diane Blair, durante la década de 1990.
Lewinsky escribe que lo primero que pensó «mientras me enteraba de todo, es que si eso es lo peor que ella ha dicho, he tenido suerte. Leí que la señora Clinton supuestamente le había confiado a Blair que se culpaba en parte por el romance de su esposo (por haberlo descuidado sentimentalmente) y que al parecer lo perdonaba. Aunque consideraba que Bill se había ‘conducido de forma incorrecta y desagradable’, hubo ‘consentimiento (no fue una relación de poder)'».
Los escritos personales de Blair, que se publicaron a principios de este año, arrojaron luz sobre la opinión de la ex primera dama sobre el escándalo de Monica Lewinsky y sobre otros temas. La familia de Blair donó los documentos a la Universidad de Arkansas.
Respecto a esos intercambios entre Hillary Clinton y Blair, Lewinsky escribe: «Sí, lo entiendo. Hillary Clinton quería que se supiera que se estaba desquitando con la amante de su esposo. Tal vez culpó a su esposo de comportarse de forma incorrecta, pero me parece que su impulso de culpar a la mujer —no solo a mí, sino a sí misma— es preocupante».
Además, rechaza la etiqueta de «loca narcisista» y dice que se negó a cooperar con los que la interrogaron y que le ofrecieron no encarcelarla si usaba un micrófono para monitorear sus conversaciones con dos de los confidentes de Clinton.
«Tal vez fue valiente o tonto», escribe Lewinsky, «¿pero narcisista y loco?».
El artículo completo se publicará en el número de junio de Vanity Fair, que se podrá comprar en Nueva York y Los Angeles y en formato electrónico para iPhone, iPad, Nook y Kindle el 8 de mayo o en puestos de revistas el 13 de mayo.
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