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Ser buena mamá puede costarte el empleo

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Yo digo «es una buena madre».
Tú dices: «Es cálida, amorosa, paciente, generosa, protectora, sabia, ¿cómo lo hace?», y muchas cosas más.
La única palabra que no surge en esta libre asociación de ideas es: ‘despedida’.
Sin embargo, en pleno 2014, ser buena madre puede costarte el empleo.
A Rhiannon Broschard, de Chicago, la separaron de su cargo cuando las escuelas públicas cerraron porque hacía demasiado frío y era peligroso que los niños salieran. Broschard sabía que no podía dejar solo en casa a su hijo con discapacidad y llamó a su trabajo para decir que no iría. Su gerente se mostró comprensivo. Sin embargo, al día siguiente, un representante de la empresa le llamó para informarle que la habían despedido por «abusar» de la política de asistencia de la empresa. Si otras personas habían ido a trabajar, ¿por qué ella no?
Es difícil ver que el ser una buena madre y velar por el bienestar de tu hijo se considera abuso.
Brenda, de Milwaukee, perdió su empleo tras dar a luz. Su patrón tenía menos de 50 empleados, por lo que no entraba en el supuesto que se contempla en la Ley de Licencias Familiares y Médicas, con la que Brenda habría tenido un permiso sin goce de sueldo de hasta 12 semanas para cuidar de su recién nacido. Aunque la Ley contra la Discriminación en el Embarazo señala que los patrones no pueden despedir a alguien por estar embarazada, no les exige que respeten el puesto de una madre que se recupera del parto a menos que su ausencia se deba a otra clase de incapacidades médicas. Tratar mal a todos, como hicieron con Brenda, muchas veces es perfectamente legal.
De hecho, casi uno de cada cuatro empleados dijo a los investigadores que los habían despedido o habían amenazado con despedirlos luego de haberse tomado tiempo para cuidar de sí o de un ser querido.
Como te lo recordará Amy Crosby en su blog, muchas mujeres terminan desempleadas porque su patrón se niega a hacer una simple concesión cuando están embarazadas. Crosby era afanadora en un hospital en Florida y en su caso, eso significaba que debía evitar levantar cosas pesadas. Para otras, las concesiones implican conseguir un banco para sentarse o tomar más recesos para ir al baño.
Cuando piensas en las características de una buena madre, tampoco surgen las palabras indigente ni bancarrota. Sin embargo, muchas mamás como Shelby Ramirez, de Denver, se dan cuenta de que no pueden pagar sus deudas tras haber pasado unas cuantas semanas sin obtener ingresos porque están cuidando a un padre, a un hijo o a ambos.
Me vienen a la mente muchas palabras cuando escucho sobre situaciones como estas: indignante, antifamiliar, malo para la economía, ¿cómo se han salido con la suya durante tanto tiempo?, por mencionar solo unas cuantas.
Las madres que han perdido su empleo tienen su propia forma poderosa de describir la experiencia. Broschard dijo: «Me hizo sentir desechable, que no valoraban el tiempo que había dedicado a la empresa». Crosby dijo que la falta de consideración la hizo sentir «desesperanzada».
Sus experiencias tal vez impulsaron a muchas madres como Broschard, Crosby y Ramirez a involucrarse con un movimiento que pretende lograr que se implementen nuevas reglas laborales. Conocen o saben que existen buenos patrones que aplican estas políticas, no solo porque es lo correcto, sino porque en suma es bueno. Propician una mejor salud pública e individual y una mayor seguridad económica para las familias, las empresas y el país.
Sin embargo, estas mujeres también entienden que no todas las empresas tienen buenas políticas, así que debe haber leyes que brinden un mínimo de protección para todos. Ahora luchan por que se creen leyes estatales o federales que hagan obligatorias las incapacidades pagadas, el trato justo para las empleadas embarazadas, acceso extendido a los permisos familiares y médicos y la creación de un fondo conjunto para que sea viable económicamente.
Su activismo ha dado a estas mujeres nuevas palabras que quieren transmitir a otras madres.
«Yo lo pensé, así que ellas probablemente piensen: ‘Nuestro empleo es de salario bajo, ¿quién nos va a hacer caso?'», dijo Crosby. «Quiero que sepan que tienen que defenderse y crear un cambio».
Broschard me dijo que ha compartido su historia «para que las otras mamás que están pasando por una situación parecida, que están en dificultades, que van a la escuela, que son solteras, que no tienen dinero suficiente, (sepan) que no están solas. Todas pasamos por dificultades, pero luchamos para construir una vida mejor para nuestros hijos».
«Quiero que (mi hijo) sepa que no hice nada malo en esta situación. Quiero que sepa que hay mucha gente como mamá. Quiero que sepa que soy fuerte y que puede seguir mi ejemplo».
FUENTE CNN.

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Los retos de la Inteligencia Artificial ante un verano muy caliente

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El término “invierno de la inteligencia artificial” fue introducido por Roger Schank y Marvin Minsky en 1984, en la convención anual de la Asociación Norteamericana de Inteligencia Artificial (AAAI).

En ese encuentro advertían acerca de un probable estancamiento en el ámbito de la IA, caracterizado por una merma en el financiamiento y el entusiasmo hacia esta disciplina. La metáfora vino inspirada por el “invierno nuclear” del que se hablaba durante la Guerra Fría ante el riesgo de ataques con bombas atómicas, para ilustrar un periodo de declive, luego de una etapa de elevadas expectativas, respecto a las capacidades de la inteligencia artificial.

Cambio de narrativa

La revolución de la inteligencia artificial(IA) está marcando un antes y un después en diversas actividades profesionales, redefiniendo roles y automatizando ciertas funciones, particularmente aquellas caracterizadas por su repetitividad o la gestión de extensos volúmenes de datos.

Un informe del Departamento de Educación del Gobierno británico publicado a finales de 2023 evaluaba los posibles efectos de la IA en el mercado de trabajo de Reino Unido, señalando las debilidades de algunos puestos de trabajo. Algunos ejemplos que se encuentran en la línea de fuego de esta transformación tecnológica son: analistas de datos, periodistas, personal de back office, agentes bursátiles y traders, auditores y contables, consultores y analistas económicos, asesores financieros y analistas de riesgos financieros, entre otros.

IA y enriquecimiento global

McKinsey Global Institute ha examinado el impacto de la inteligencia artificial en campos como la economía y las finanzas, con un enfoque particular en su influencia en el ámbito laboral.

Los resultados de la investigación sugieren que, a pesar de los desafíos asociados con su adopción y absorción, la IA tiene el potencial de generar una actividad económica adicional a nivel global de entre 2,6 y 4,4 miles de millones de dólares anuales. Por ejemplo, el PIB español en 2021 fue de 1,4 mil millones de dólares. Esto aumentaría a nivel global el impacto de la inteligencia artificial en la economía entre un 15 y un 40 %.

El panorama de la IA ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, con un marcado incremento tanto en su adopción como en la inversión por parte de las organizaciones. Desde 2017, la implantación de la IA se ha duplicado y actualmente más de la mitad de las empresas dedican más del 5 % de sus presupuestos para digitalización a esta tecnología.

Valor añadido e innovación

Ante el imparable avance de la inteligencia artificial, es momento de encarar la realidad: la entrada de la inteligencia artificial a las empresas afectará al trabajo de las personas, que deben reinventar su lugar en el mercado de trabajo.

Hay que evitar la llegada del “invierno del trabajo”: la formación de valor añadido y la habilidad de pensar de manera innovadora, lo que llaman “pensar fuera de la caja”, ya no son meros complementos sino requisitos indispensables para no verse relegados en sus funciones.

La innovación y la ética deben ir de la mano en este nuevo escenario, pero, sin una dosis de creatividad y aporte único, el desarrollo humano y el crecimiento profesional corren el riesgo de estancarse.

Este cambio de paradigma no admite términos medios: o los trabajadores se mantienen evolucionando constantemente o se quedarán atrás.

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