A menos de dos semanas del inicio de Copa del Mundo de 2014 en Brasil, la noticia de la investigación de un posible arreglo del amistoso entre Nigeria y Escocia de esta semana no podría haber llegado en peor momento.
El partido, disputado el miércoles en Londres, finalizó en empate a dos. Un día antes, la Agencia Nacional del Crimen británica (NCA, por sus siglas en inglés) se puso en contacto con la FIFA en relación a un eventual intento de amañar el encuentro.
Debido a otras revelaciones recientes, la integridad del fútbol ya se encuentra en el centro de atención.
Sin embargo, la Copa del Mundo en sí misma se ha mantenido alejada de un escándalo de este tipo.
Podría pensarse que quienes amañan partidos se asustarían de un torneo de tan alto perfil, visto por miles de millones en todo el planeta y con el organismo rector del fútbol en alerta.
No es tan así, asegura el jefe de seguridad de la FIFA, Ralf Mutschke.
El expolicía y exejecutivo de Interpol dice que no puede dar a la Copa del Mundo un certificado de garantía, e incluso ha identificado los partidos más riesgosos.
Según Mutschke, todo lo siguiente es verdad:
Ciertos equipos y grupos ya han sido identificados como vulnerables frente quienes arreglan partidos.
La última ronda de partidos de la fase de grupos, con equipos que ya no tienen algo en juego, es más peligrosa.
Los partidos de preparación también están amenazados.
Quienes amañan encuentros ya se han acercado a jugadores y árbitros.
El arreglo preferido será el de número de goles en un partido.
Durante los últimos dos años, Mutschke y su equipo se han preparado meticulosamente para evitar que los partidos del Mundial sean víctimas de amaños.
«No esperamos que quienes arreglan partidos viajen a Brasil y golpeen la puerta del hotel de los jugadores o árbitros, pero sé que habrá acercamientos a unos y otros», explica.
Como parte de esta campaña contra el arreglo de partidos, cada partido de la Copa del Mundo tendrá una calificación para un potencial ilícito, determinada por el trabajo de inteligencia y los antecedentes.
«Todo el mundo tiene una historia», señala Mutschke. «Los equipos tienen historia, los jugadores tienen historia, los árbitros tienen historia».
Los dos mercados que preocupan
Hay más probabilidades de que quienes busquen arreglar un partido intenten influir en dos mercados de apuestas: el hándicap asiático y el de más/menos goles.
Más del 99% de las apuestas en Asia se realizarán en estos dos mercados.
En el hándicap asiático, se clasifica a los equipos en función de su forma y se busca evitar el desequilibrio, por lo que el más fuerte debe ganar por más goles para que una apuesta sea exitosa.
Los mercados de más/menos son más simples.
Los apostadores tienen la oportunidad de apostar si habrá más o menos 2,5 goles, 3,5 goles y así sucesivamente.
«Diría que estoy más preocupado por estos dos mercados», dice Mutschke.
«El resultado del partido es una posibilidad, pero es mucho más difícil de organizar, ya que se necesitan muchos jugadores. Con el hándicap asiático o más/menos, puede que sólo necesites el árbitro o uno o dos jugadores», agrega.
Mutschke y su equipo tienen la intención de hablar con los responsables de las selecciones y los encargados de los partidos a su llegada a Brasil para el torneo, que comienza el 12 de junio.
«Tuvimos sesiones de entrenamiento con los árbitros en Zúrich. También vamos a encontrarnos antes del inicio en Río y visitaremos a los equipos y los jugadores para las sesiones de seguridad. Les recordaremos que informen si hay un acercamiento de quienes quieren fijar partidos», señala.
«Estableceremos canales de información para atletas y funcionarios. Tendremos también a un director de integridad que coordinará las medidas con el Sistema de Alertas Tempranas de la FIFA (EWS, por sus siglas en inglés), que controla los patrones de apuestas».
Y entonces qué
¿Qué sucede cuando los canales de información dan frutos o, durante un partido, el EWS alerta a los investigadores de algo ilícito?
«Tenemos un oficial en el estadio y actuará si yo decido», explica Mutschke. «Esto dependerá de la información y la respuesta requerida».
«Él sólo puede supervisar la situación de jugadores, árbitros, u otros. Podría acercarse a la gente durante el intervalo o directamente después del partido. También puede utilizar equipo técnico para identificar posibles ‘arregladores’ en el estadio».
Mutschke dice que estos se han vuelto más audaces en su intento de arreglar encuentros, haciendo ofertas directas a jugadores o árbitros en lugar de intentar seducirlos con tiempo.
«He tenido informes de gente que ofrece US$20.000 a jugadores sin un período de seducción (…) Ahora van al jugador o al árbitro. Si no está de acuerdo, buscan a otro. Esto sucede muy a menudo. Es bastante audaz», explica.
Chris Eaton, el predecesor de Mutschke en la FIFA, cree que el nivel de amenaza en la Copa del Mundo es «bajo», pero dice que los criminales podrían verse tentados por los enormes beneficios potencialmente en oferta.
«Es bajo por la magnitud del evento», considera Eaton, ahora director del Centro Internacional para el Deporte y la Seguridad (ICCS, por sus siglas en inglés).
«Eso disuade a los ‘arregladores’. Es más fácil para ellos apuntarle a ligas europeas menores o amistosos internacionales».
«Sin embargo, el monto apostado en la Copa del Mundo será de muchos miles de millones de dólares y la mentalidad criminal no será capaz de dejar pasar la oportunidad», considera.
No es difícil de entender, considerando que se espera que el mercado de apuestas en Asia genere cerca de US$1.000 millones por partido.
Para poner esa suma en contexto, la industria regulada de apuestas en Reino Unido tendrá ese volumen para todo el torneo.
De largo aliento
El ICCS se asoció recientemente con la Universidad de la Sorbona en París para analizar la corrupción en el deporte.
Un informe publicado a principios de mes estima que el crimen organizado lava unos US$140.000 millones al año a través de la corrupción de apuestas deportivas.
Es la cantidad de dinero en juego que facilita que los delincuentes permanecen ilocalizables, considera el Dr. Andrew Harvey.
Durante los últimos dos años, Harvey ha estado trabajando con la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro) para prevenir ilícitos.
«Todos los partidos serán cubiertos por el sistema de monitoreo de apuestas FIFA EWS (…), pero los sistemas no pueden controlar los volúmenes de apuestas en los mercados no regulados».
Mutschke, Eaton y Harvey difieren en cuanto al nivel de amenaza para la Copa del Mundo, pero están de acuerdo en un aspecto: el torneo puede representar la cumbre de un jugador o de un árbitro, pero eso no significa que no pueda haber un arreglo.
BBC Mundo
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