Hoy llega el presidente Enrique Peña Nieto a Guachochi, como parte de la ‘Cruzada contra la Pobreza’, una reedición de los programas que por décadas han mantenido estancados a México y a Chihuahua, pues es precisamente su función.
En México las autoridades juegan un juego macabro reeditando programas que funcionan muy mal en lo social pero muy bien en lo electoral: paternalismo sin fin. Darles, pero poquito para que se mantengan jodidos y no les quede de otra que pedir y pedir más, claro, a cambio de su voto leal.
Este tipo de programas asistencialistas no han sacado jamás a nadie de la pobreza, ¿usted conoce a alguna persona que haya salido de pobre gracias a un costal de maíz y una caja de galletas de animalito? ¿O que haya progresado un pueblo dándoles ‘apoyos’ a sus habitantes? No nos hagamos: esto es pura compra de votos.
Y para confirmarlo, no hay mejor ejemplo que la intención de entregar casi 14 millones de televisiones digitales en hogares marginados. Imagínese cómo nos ven en otros países, con gravísimas deficiencias en salud, educación, seguridad e incluso pueblos donde la gente se muere de hambre, literalmente, muchos de ellos sin electricidad, y ahí llegan las autoridades a darles una televisión ¿en qué abona eso a ayudarlos a salir adelante? En fin, México es un país cada vez más surrealista.
Pero eso nadie lo ve ni lo critica, al contrario: ya se prepararon todos para ir al besamanos a Guachochi, y desde el fin de semana se movilizaron desde el gobernador hasta los grillos más bajos de la cadena alimenticia federal, estatal y municipal.
Todos quieren una foto con el presidente, o cuando menos con la secretaria del Desarrollo Social, Rosario Robles, que ya estuvo tanteando las aguas desde el jueves pasado. Incluso estarán Enrique Serrano y Javier Garfio, pues el programa contra el hambre incluye atención para sus municipios.
Tremenda estuvo la purga dentro del PAN, y es que Gustavo Madero rasuró parejito a toda la gente afín a Ernesto Cordero y sin compasión los sacó de la Comisión Permanente del Partido Acción Nacional, donde los neocalderonistas querían hacer valer su 43 por ciento de votos, pero de nada les sirvió. De los 40 lugares, 38 fueron para la gente de Madero y apenas dos para los corderistas, y eso por pura coincidencia.
Y siguiendo el ejemplo de papá grande, Mario Vázquez aplicó la misma y desterró a quienes cometieron la osadía de no votar por él. Cruz Pérez Cuéllar, Carlos Borruel y Maru Campos, las cartas fuertes del corderismo en Chihuahua, vieron frustradas sus aspiraciones y ahora deberán esperar a que soplen tiempos mejores para su causa.
Pero a quien parecen alineársele los astros a su favor es a Juan Blanco, un político hábil, experimentado, bien relacionado y, sobre todo, un político que sabe ganar elecciones, quien ahora con el visto bueno de Madero y Vázquez podría resurgir en la política y volverse diputado.
El tema del Aeroshow se ha politizado tanto que causa naúseas: Marco Adán Quezada se ha cansado de disculparse, pero ante los medios, no ante los deudos y las víctimas, en un intento no de reparar en lo posible el daño o de asumir cabalmente su responsabilidad, sino de salvar su proyecto político que iba viento en popa hasta que ocurrió este incidente.
Pero si a escándalos y pantomimas nos referimos, ahí está la actuación de la CNDH, que ha intervenido con inquietante ímpetu en el caso del Aeroshow, algo que es muy plausible, pero extraño, ya que asuntos por lo menos igual de sensibles como las miles de ejecuciones, desapariciones forzadas, trata de blancas, abusos policiacos y hasta el bullying, eso ni lo pela ¿qué habrá detrás?
Otro que raya en lo grotesco es César Jáuregui, a quien hasta las familias de las víctimas ya le pusieron un alto, pues es obvio que le importa un comino la justicia y la reparación del daño. Él lo que quiere es golpetear tanto como pueda a los rivales políticos y hacer de una tragedia una cantaleta de campaña. Bien estaría que los ‘defendiera’, pero no de forma tan oportunista y mezquina.
Los que parece que sonreirán al último, y mejor, son los chamacos de Palacio, quienes pese a haber sido bloqueados por el amparo que promovió Maclovio ‘guerrillero’ Murillo para que CTC mantenga la ruta troncal del ViveBús, al fin verán a los concesionarios hincarse solitos.
Y es que las vacaciones traerán una baja importante de pasaje, y eso en tiempos de crisis financiera acabará por doblegarlos, pues el sistema no es rentable y se les están vaciando los bolsillos que por décadas llenaron a raudales. Tendrán que negociar.
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