En Chihuahua la raza se está moviendo, y para muestra está el lleno total que tuvieron Cuauhtémoc Cárdenas, líder moral de la izquierda mexicana, Denisse Dresser, reconocida y aguerrida periodista, y Javier Corral, senador panista con sangre de izquierdista, quienes presentaron el Frente de Comunicación Democrática, que pretende frenar las  leyes secundarias de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, creada a medida de un puñado de grandes medios para fortalecer sus monopolios y el control de la información y la libertad de expresión en el país, ya sabe, para darle más poder a los de siempre.

Ahí brilló Jaime García Chávez, quien pulió su discurso rancio y se lució con una propuesta un tanto renovada, encabezando a lo poco que podría llamarse izquierda en Chihuahua con autoridad moral, la cual se congregó desde todo el estado en el Museo Semilla, a pesar del tremendo calorón.

Corral, con su tono broncudo de siempre, llamó a sus homólogos Patricio Martínez, Graciela Ortiz y Lilia Merodio, a explicar cómo votarán estas leyes secundarias y por qué, si a todas luces son retrógradas, tramposas y contradictorias. La verdad, la verdad, ya todos sabemos cómo votarán y por qué, aunque no lo digan.

Y mientras los vestigios del perredismo de neta se reunieron aquí, en el Ayuntamiento el síndico Héctor Barraza no podría hacer una función más zalamera y lastimosa. De pena ajena, pues en vez de velar (o al menos fingir) por la transparencia y la rendición de cuentas, se ha convertido en el perro guardián del alcalde Javier Garfio y lo defiende más que nadie, a pesar de su extracción perredista.

Enrique Valles señaló muchas más observaciones a Marco Adán Quezada, aun siendo ambos priístas, por el bien propio, de Marco y del Ayuntamiento, pero de plano Barraza sólo llegó a lamer botas. Total, eso es a lo que se ha dedicado siempre. Nos cuentan que hasta al propio Garfio le asquea tanta baba que le deja embarrada en los zapatos.

Pasando a otros temas, por fin se tomaron cartas en el asunto del acoso escolar en Chihuahua, ‘bullying’ para quienes se sienten gringos, pero lo malo es que se hizo de la peor forma imaginable: con burocracia.

Y es que es notoria la ignorancia de Pablo Espinoza, secretario de Educación y Cultura, quien apenas mencionó que se han denunciado 120 caso en el estado, en los últimos 4 años, pero más llamó la atención su intención de ligar el fenómeno con los hogares donde los padres viven separados, señalando que uno de cada tres agresores surgen de ahí.

La consecuencia es lógica si se considera que Chihuahua es número uno en divorcios y ha sido donde más gente han masacrado en todo el país. Las consecuencias están allí. Ahora su solución fue crear una nueva oficina pública que genere más gasto para el erario, que no resolverá absolutamente nada, pues quizá no les alcanza la neurona para comprender que se trata de un profundo fenómeno social que debe atenderse con políticas igual de profundas, y no con tres fulanos sentados atrás de un escritorio firmando oficios.

Y hablando de ‘bullying’, ahí está el que sufre medio Chihuahua, sin agua y sin alivio para el calor, pues los tanques son insuficientes y por más que se les pide que traten de racionalizar el uso del líquido, le entran duro al derroche.

Mientras, el presidente de la Junta Municipal, Maurilio Ochoa, volvió a ponerse su disfraz de candidato (¿alguna vez se lo quitó?) y se dedica a organizar concursos de canto, promociones en Facebook y todo eso a lo que en otros tiempos se le llama campaña.

Y mientras pega el calorón, los concesionarios y choferes también hacen ‘bullying’ y del gacho a la ciudadanía, pues apagan el tan cacaraqueado sistema de refrigeración de los camiones para gastar menos combustible. Si no ponen la calefacción ahorita ¿cuándo?

Pero al gobernador César Duarte sólo le pega el calorcito de los datos alegres, pues presume que hay una recuperación de empleo, omitiendo el ‘detallito’ de que la mayoría de esos empleos ofrecen salarios menos que miserables, los cuales no alcanzan ni para quitarse el hambre.

Es por eso que las maquiladoras, principalmente las de Juárez, prefieren mandar traer gente de las selvas de Veracruz que ofrecer un salario que permita vivir con mediana dignidad a los juarenses, quienes sufren el ‘regalo’ del presidente: su aumento al IVA.