El Municipio de Chihuahua adquirirá la casona conocida como Quinta Touché, ubicada en avenida Independencia y Paseo Bolívar, con el proyecto de remozarla y rehabilitarla para uso de tipo comercial o turístico.
Hasta el momento se han mantenido pláticas con el actual dueño, Emilio Flores, así como se han analizado presupuestos de avalúo, lo que se espera que en los próximos días se cierre el trato. La ubicación de dicha Quinta abarca el inicio del Centro Histórico de la ciudad lo que podría incorporarse como parte del circuito turístico o habilitarse como un majestuoso Museo de la Ciudad para darle mantenimiento y evitar que se siga deteriorando.
Junto con el jardín 25 de Marzo, que se encuentra justo frente a ella, la Quinta Touché es un referente obligado de la confluencia de la avenida Independencia y el Paseo Bolívar. Sin duda, uno de los símbolos del Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua.
Es, de hecho, una de las fincas que precisamente le da la condición de histórico al Centro, porque verdaderamente, con sus 110 años a cuestas, si el lugar hablara ¡cuántas historias no podría contar! Desde las apegadas al devenir de los tiempos, hasta las anécdotas curiosas y hasta aquellas que enchinarían el cuero del más temerario.
Lecciones de historia:
Actualmente, la antigua casona ocupa el número 101 del Paseo Bolívar esquina con avenida Independencia. Antes de ella, a principios del siglo XIX, en sus terrenos se ubicada el antiguo panteón de San Felipe, que dio paso al mencionado jardín (hoy parque del mismo nombre) y a la finca.
Ya como tal, se inauguró en 1904, con don Jacobo Touché como su propietario. Su constructor fue el inglés George E. King, el mismo arquitecto que edificó el Teatro de los Héroes (el antiguo, donde ahora está el edificio conocido como «el sillón de King Kong» y la Quinta Sisniega (la de Juárez y Colón), de ahí su similitud.
Como ocurrió también con la legendaria Quinta Gameros, la Touché fue habitada en un principio por la propia familia de don Jacobo, pero luego de pocos años la abandonó, al inicio de la Revolución Mexicana, temiendo algún ataque de los rebeldes.
La finca no quedó sola por mucho tiempo y durante la misma lucha revolucionaria fue utilizada por los diversos bandos, según el momento del proceso.
Por ejemplo, fue ahí donde, usándose la casa en calidad de hospital, murió de tifoidea el primer revolucionario que se levantó en armas en nuestra ciudad, el general Toribio Ortega, en 1916.
Mas no fue el único episodio histórico que se registró en sus entrañas. La casa misma fue la protagonista de uno de los incendios más voraces de la época, en 1924. A sus veinte años, la finca pareció estar condenada a quedar en el olvido.
Pero no fue así. En 1927 fue reconstruida con bóveda catalana por los ingenieros Carlos Ochoa, Miguel Márquez y Francisco Terrazas Falomir, para ser de nuevo habitada por la familia Touché hasta 1975, año en que fue definitivamente desocupada.
De leyendas:
Siendo un inmueble que supera el centenario, no está exento de leyendas de origen popular que la vinculan a fantasmas y apariciones. La más famosa es quizás aquella que habla de una joven que vaga con los pies descalzos sobre los pisos entarimados de las plantas de la edificación.
Algunas versiones se atreven a ir más lejos, diciendo inclusive que a veces se escuchan ruidos como si hubiera un gran baile, con música de vals, pues además de la mujer descalza se habla de que habría otros espectros rondando la morada.
El libro denominado Leyendas urbanas de la ciudad de Chihuahua del Último Siglo hace alusión a la extraña chica. «El vigilante (de la casa) sacó la llave para abrir la puerta y subió junto a su compañero, pero ya no encontraron a la muchacha. Se preguntaron cuál sería la puerta por la que entró, si ellos usaron su llave para entrar y salir, y nunca antes habían dejado abierta alguna puerta. El guardia recordó que la muchacha había dicho que andaba descalza y que sus zapatos estaban en los jardines, así que fue a buscarla; al no encontrarla en los jardines subió nuevamente pero sus compañeros que estaban en la puerta principal no la habían visto salir. Aun cuando registraron la casa entera, no la volvieron a ver jamás.
«Después de dos años restauraron el segundo piso, se llevaron varias cosas y sólo quedó una capita de polvo sobre el piso. Cuando los guardias volvieron a las ocho de la mañana se dirigieron al segundo nivel y vieron las pisadas de una mujer, las cuales no tenían salida a ninguna puerta», cita el referido texto.
Otra de las leyendas habla de que, antes de su siempre misterioso abandono de 1975, la Quinta Touché fue supuestamente jugada a las cartas y el perdedor lloró su desgracia en su pasillo principal, por lo que, además se ganó el nombre de Quinta de las Lágrimas.
Una para el anecdotario:
Lo que sí consta, de acuerdo al archivo histórico del Supremo Tribunal de Justicia, es que una esposa engañada ganó la finca en un litigio por divorcio. Y si nos atenemos al drama que se vivió dentro de sus paredes, el mote referido de «Quinta de las lágrimas» es más antiguo de lo que dicta la anterior leyenda.
De hecho, en la averiguación del incendio de la casa, ya se refería a ella como «Quinta Las Lágrimas» (sin la preposición «de»), fechada el 12 de marzo de 1925.
El mismo expediente cuenta como su propietario, durante la época revolucionaria mandó a su familia a El Paso, Texas, y él acá contrajo nupcias eclesiásticas con una segunda mujer, quien se dio cuenta del engaño y comenzó a salir con un juez, quien promovió su divorcio y lo despojó de la Quinta y otros bienes.
Sus intentos por recuperarla:
Alguna vez, hace cerca de 10 años, hubo la propuesta de convertir el inmueble en hotel boutique. En aquel tiempo se planeó su remodelación en un proyecto que combinaría lo moderno con lo clásico, pues respetaría su fachada, una de las más representativas del Paseo Bolívar, pero incluiría la más avanzada tecnología en sus servicios.
Además se aprovecharía su privilegiada ubicación para promover recorridos turísticos por la Quinta Luz, la Quinta Gameros, la Plaza de Armas o la Fuente Danzarina, entre otros. Sin embargo, el proyecto fue abandonado.
Un nuevo intento, más fundamentado que el anterior, se dio apenas el año pasado, cuando por fin la casa abrió sus puertas en noviembre para permitir a los visitantes recorrer sus pasillos y observar un bazar, donde más de 20 expositores presentaron artículos originales de temas navideños, decorativos, reciclados y joyería, entre otros.
Durante toda esa temporada navideña, el primer piso del emblemático inmueble que se ubica en la esquina del Paseo Bolívar y la avenida Independencia, actualmente propiedad de la familia Flores, abrió sus puertas durante sábados y domingos satisfaciendo así la curiosidad de las personas que se preguntaban por este singular edificio, debido a todas las historias que resguarda.
Fuente: El Heraldo de Chihuahua.
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