Ayer varios panistas como Tere Ortuño, José Luévano, Roberto Lara y César Jáuregui, pusieron el grito en el cielo al darse cuenta que de la noche a la mañana los habían inscrito como militantes del Partido Revolucionario Institucional a pesar de ser panistas desde hace décadas.
No se trató de una jugada estilo Miguel Jurado, a quien convencieron vaya usted a saber cómo de dejar la victoria segura con su partido y afiliarse al PT, pues hasta la fecha no se sabe si fueron los desprecios y presiones de la dirigencia panista, el ánimo genuino de un gobierno de unidad o si, de plano, le llegaron al precio.
El escándalo se antoja grande, pues los panistas aludidos ya exigieron una investigación y ahora falta ver quién los registró como priístas y con qué firma, pues aquí podría haber hasta un delito qué perseguir. Alejandro Domínguez respondió una mera insensatez, por no llamarlo de otra manera: salió con que quizá se habría registrado para votar en los procesos abiertos del tricolor, algo que quizá podrían mandar a hacer a las bases, pero nunca ellos mismos.
Y hablando de registros, está buena la zarandeada que le puso el Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, al Partido Acción Nacional, pues a pesar de haber llegado dos veces a la presidencia, parece que fue precisamente eso lo que hizo huir a los panistas, tras las desastrosas administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón.
En enero de 2014 Morena llevó ante las autoridades electorales un padrón de 603 mil 927 afiliados para cumplir con el requisito que marca la ley y poder constituirse en un partido político. La fuerza política reunió esas afiliaciones en un año de trabajo en toda la República Mexicana, con lo que superó los 360 mil 491 militantes que el PAN presenta en su Registro Nacional de Miembros (RNM) publicado en la Internet.
En Chihuahua Morena no le gana al PAN, pero aún así el partido azul ha languidecido notablemente en los últimos años por la asfixiante corrupción interna encabezada por cruces, borrueles, muertos votantes, nepotismo y todo vicio político sabido y por conocer. Chihuahua está harta del panismo actual y el PRI es un partido que sabe sobrevivir pese al hartazgo, comprando votos.
Un panista que ni panista parece es Javier Corral, quien se ha opuesto incluso a su partido y ha votado en contra de todos los puntos inconvenientes para la sociedad, y aunque ni lo pelan, al menos lleva la voz de descontento de muchos mexicanos a las cámaras alta y baja.
Ayer dio una muestra, pues a diferencia de Lilia Merodio, Patricio Martínez y Graciela Ortiz, votó en contra de las modificaciones a 17 leyes secundarias de la Reforma Energética, la cual trae puntos muy preocupantes como el permiso para despojar a indígenas, campesinos y a quien quieran de sus tierras si es que debajo de ellas hay hidrocarburos, la entrada de gasolineras extranjeras al país y el adiós al subsidio a las tarifas eléctricas. Si le prometieron que iba a bajar la luz y la gasolina, como siempre, le mintieron en su cara.
El problema en el sector energético del país es de fondo y no se puede corregir con leyes y reglamentos que establezcan nuevas supervisiones y contralorías. La creación de dos grandes monopolios gubernamentales, con poderes mucho más amplios de los de las empresas preponderantes en televisión o telecomunicaciones, condena a la industria energética mexicana a la ineficiencia y a la corrupción. La violación al derecho de propiedad, al despojar sistemáticamente a los propietarios de terrenos con hidrocarburos, es la otra razón del desastre de nuestra industria de energía. Pobre de nuestro país.
Pero nos queremos despedir con una buena noticia y es el legítimo reclamo que hizo el gobernador César Duarte a los empresarios y dependencias federales como Hacienda, Trabajo y Economía, pues reclamó que se aumente notablemente el salario mínimo, pues por dónde se le mire no alcanza.
Esto acalambró a las maquiladoras, acostumbradas a pagar hasta 600 pesos semanales por turnos esclavizantes, en labores riesgosas y pesadísimas, lo cual se traduce en explotación. Muy sentida la propuesta del mandatario, y muy urgente.
El que no trae urgencia de venir es el presidente Enrique Peña Nieto, quien pasó esta semana tratando a cuerpo de rey, literalmente, al secretario de Estado de El Vaticano, Pietro Parolin, quien recibió honores muy por encima de su investidura y todo para cabildear la visita del papa Francisco a nuestro país. A Chihuahua vendrá Chuayfet, este viernes.
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