Los ataques han vuelto sobre Israel y sobre Gaza al expirar sin acuerdo a las siete de la mañana (las ocho en la España peninsular) el alto el fuego de tres días acordado entre el Gobierno de Benjamín Netanyahu y las facciones palestinas. No obstante, las partes mantuvieron abiertas las vías de negociación a través de los mediadores internacionales en El Cairo. Poco minutos después de concluir el alto el fuego de 72 horas, las milicias palestinas dispararon varios cohetes sobre Israel (dos fueron interceptados) y sonaron las alarmas antiaéreas. Más de dos horas después de que expirara el cese de hostilidades, pasadas las diez, el Ejército israelí reanudó los bombardeos sobre la Franja, en los que al menos un niño ha muerto y nueve palestinos han resultado heridos, según fuentes médicas de la Franja citadas por Reuters. Además, dos soldados de las fuerzas de Israel han resultado heridos. Netanyahu, ordenó lo que denominó una “respuesta contundente” y añadió que no reanudará «las negociaciones con los palestinos mientras Hamás continúe con el lanzamiento de cohetes».
Poco antes de que terminara el alto el fuego, los palestinos acusaron a Israel de negarse a las demandas mínimas que les plantearon a través de los mediadores egipcios. Hamás se negó a extender el alto el fuego, como quería Israel, para darse más tiempo para acordar una solución duradera. Las negociaciones son indirectas, no se ven las caras. La principal condición palestina es que Israel y Egipto aflojen el bloqueo que pesa desde hace siete años sobre la franja mediterránea y que faciliten la reconstrucción de la zona, devastada por un mes de intensos bombardeos en los que han muerto casi 1.900 palestinos. Según la ONU, 1.869 palestinos han muerto desde el 8 de julio pasado como consecuencia de la ofensiva armada de Israel sobre Gaza, de los que 1.380 son civiles. De los fallecidos, la organización internacional considera que sólo 217 pertenecían a grupos armados, según EFE que cita a la organización internacional. Desde que empezó la operación militar Margen Protector, el 8 de julio, han muerto 67 personas en el lado israelí. 64 eran soldados que participaban en la invasión de Gaza.
Las autoridades israelíes elevaron el nivel de alarma y reabrieron los refugios en un radio de 80 kilómetros alrededor de la Franja. En las grandes ciudades, Tel Aviv y Jerusalén, la guerra se nota por la fuerte caída del número de turistas en las terrazas de los restaurantes y cafeterías, donde apenas se escucha otro idioma que el hebreo. Según el Ejército, Hamás disparó 20 cohetes en las primeras horas de la mañana. La delegación israelí regresó a su país para consultas, según medios locales citados por Israel.
Mientras los aviones y la artillería israelíes volvían a tirar sobre el este y el norte de Gaza, miles de palestinos reemprendieron el éxodo hacia zonas centrales de la Franja. Según cálculos de Naciones Unidas, las bombas de Israel han destruido o dañado las casas de 65.000 gazatíes. Las escuelas de la ONU convertidas en refugios están atestadas y escasean bienes de primera necesidad, como el agua limpia. Israel bombardeó la red de distribución de agua y el sistema de alcantarillado. También destruyó más de 150 fábricas y talleres en Gaza, así como varios centros de salud. Las precarias infraestructuras civiles, tanto las públicas como las privadas, han quedado seriamente dañadas.
El alto el fuego de Gaza concluyó en medio de la confusión sobre su posible ampliación por otros dos o tres días. Las explosiones en gaza y los cohetes sobre Israel confirmaron el fracaso.
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