El gobierno estadounidense ha comenzado a proporcionar directamente armas a las fuerzas curdas que avanzan en su lucha contra milicianos islámicos en el norte de Irak, dijeron el lunes altos funcionarios estadounidenses.
Estados Unidos previamente había insistido en que sólo vendería armas al gobierno iraquí en Bagdad, pero los combatientes peshmerga curdos han estado perdiendo terreno ante los milicianos islamistas en las últimas semanas.
Los funcionarios no dijeron cuál agencia estadounidense está proporcionando las armas o qué armas se están enviando, pero uno dijo que no se trata del Pentágono. La CIA ha hecho históricamente sigilosas operaciones de armado similares.
En tanto, autoridades castrenses dijeron que un avión militar estadounidense destruyó el domingo varios vehículos que eran parte de una caravana del Estado Islámico que se disponía a atacar fuerzas curdas que defienden la ciudad nororiental de Irbil.
La medida para ayudar directamente a los curdos subraya el nivel de preocupación estadounidense sobre las ganancias de los milicianos del Estado Islámico en el norte, y refleja el persistente punto de vista del gobierno norteamericano en el sentido de que de los iraquíes deben tomar las medidas necesarias para resolver sus propios problemas de seguridad.
Para impulsar ese esfuerzo, el gobierno también está cerca de aprobar los planes para que el Pentágono arme a los curdos, dijo un funcionario alto rango. Recientemente, el ejército estadounidense ha estado ayudando a entregar armas a los curdos, proporcionando asistencia logística y de transporte hacia el norte del país.
La asistencia adicional se produce en momentos en que las fuerzas curdas recuperaron el domingo dos ciudades de los insurgentes islámicos, ayudando en parte por los ataques aéreos estadounidenses en la región. El presidente Barack Obama autorizó los ataques aéreos para proteger los intereses y el personal estadounidense en la región, incluyendo las instalaciones en Irbil, así como a los refugiados yazidíes que huyen de los milicianos.
Al mismo tiempo, el gobierno de Obama también observa cuidadosamente la crisis política que se desarrolla en Bagdad, donde el primer ministro Nuri al-Maliki resiste los llamados a renunciar y dijo que presentará una acusación formal contra el presidente iraquí por no nombrarlo.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry, de visita en Australia, instó el lunes a la gente de Irak a mantener la calma mientras el país enfrenta la crisis política.
Kerry aseguró que el pueblo de Irak ha dejado claro su deseo de cambio y que el nuevo presidente está actuando adecuadamente pese a las acusaciones del primer ministro.
Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a discutir públicamente la operación.
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