Ciudad de México.- La carencia de una iniciativa articulada para subsanar inequidades de género en salud dificulta la posibilidad de tener mayor impacto en el bienestar de las mujeres, aseguró Marcela Agudelo Botero, del Instituto Nacional de Geriatría, de la UNAM.
A las carencias que las mujeres padecen se suman la falta de tiempo, poca o nula información de calidad y dificultades para recibir atención médica y sanitaria, agregó.
«En el país se observan altas tasas de mortalidad materna, embarazos de adolescentes y dificultades para acceder a los servicios sanitarios», puntualizó al hacer referencia a que en 2011 se registraron 960 muertes maternas, principalmente en habitantes de zonas de alta marginación.
A la situación de pobreza de la mayoría de ellas se suman la falta de tiempo y dinero para asistir a clínicas, centros u hospitales alejados de sus hogares. No existen recursos etiquetados para rubros específicos en el área, lo que restringe el seguimiento y vigilancia de los presupuestos estatales.
En el auditorio Alberto Guevara Rojas de la FM, la especialista explicó que la salud sexual y reproductiva alude al disfrute del cuerpo e implica el derecho a información clara y oportuna, acceso a métodos anticonceptivos y a la atención médica durante el embarazo, parto, prevención y tratamiento de enfermedades venéreas.
Esta concepción no se ve reflejada en los servicios. Por cuestiones presupuestales y de política pública, se limitan a la planificación familiar, al manejo de las adolescentes embarazadas como pacientes de alto riesgo, a la detección de VIH y padecimientos de transmisión sexual, exámenes para tumor de mama y cérvico-uterino y pruebas ginecológicas, en rangos de edad específicos.
En la mesa, moderada por Luz María Moreno, coordinadora del Programa de Estudios de Género y Salud de la FM, expuso que a esto se suman las barreras geográficas, económicas, culturales e institucionales para acceder a la atención médica especializada.
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