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Uso de teléfonos inteligentes causa síndrome de sueño insuficiente

El director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ulises Jiménez Correa, indicó que más del 20 por ciento de la población padece alteraciones en el sueño por el uso de teléfonos inteligentes antes de dormir.

“Las personas que padecen este síndrome dejan de tener sueño en el día y, por lo mismo, se les dificulta atender sus actividades escolares, laborales o familiares”, dijo el especialista en un comunicado.

Indicó que el problema se presenta por igual en hombres y mujeres durante la adolescencia y en los primeros años de la edad adulta, pues es la etapa donde ya no se tienen límites en horarios y, por lo tanto, empiezan a privarse de horas de sueño.

Puntualizó que por grupos de edad, el 100 por ciento de la población estudiantil de entre 15 y 25 años que acude a la clínica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es para atenderse por este síndrome.

“Los pacientes duermen tres o cuatro horas por noche, de lunes a viernes, y tratan de recuperarse en fin de semana, lo cual lejos de ser una solución, ocasiona que se acumule una deuda importante de sueño”, detalló.

Dijo que la causa fisiológica de este atraso es la estimulación luminosa que nos imponemos al usar dispositivos electrónicos sin límite.

“Por ejemplo, ahora los estudiantes ocupan las noches para hacer sus tareas en equipo por Internet o revisar las redes sociales y su correo electrónico”, resaltó.

Esa estimulación, explicó, no permite que el cerebro identifique que ya es hora de dormir, pues ocurren cambios importantes en la química cerebral y se deja de producir la melatonina en un horario adecuado, lo que dificulta el inicio del sueño.

Aunado a ello, agregó, se encuentra el hecho de que las personas llevan a cabo conductas que no les permiten iniciar el descanso, como cenar tarde, leer o llegar muy noche a casa.

“El problema es que por lo regular las actividades laborales y escolares empiezan temprano y es cuando se presentan los síntomas diurnos de esta afectación, que son: somnolencia, dificultad para hacer bien las actividades, irritabilidad, ansiedad, problemas de atención, concentración y memoria”, dijo.

El experto agregó que la falta de sueño se refleja en una baja productividad laboral o rendimiento escolar inadecuado, además de cambios en el estilo de vida e incluso en las relaciones sociales.

“Hoy se sabe que los choques durante las primeras horas de la mañana se presentan porque hay privación de sueño”, dijo.

El especialista indicó que el principal tratamiento para el paciente es seguir con las indicaciones precisas como no automedicarse, dormir entre siete y nueve horas diarias y realizar alguna actividad, física, pues una rutina deportiva ayuda a descansar.

Subrayó que cada caso tiene sus particularidades, por lo que es necesario acudir con un especialista a fin de conocer el estado general de salud y las rutinas escolares o laborales.

Fuente: La Crónica de Hoy

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Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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