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México

Destinan sólo $363 al año para capacitar a maestros de nivel básico

La diferencia de los recursos destinados para la formación profesional de los docentes en México es abismal entre la educación básica y la educación media superior, ya que para un profesor de primaria o secundaria apenas se canalizan 363 pesos anuales para su capacitación, mientras que para uno de bachillerato la cantidad para el mismo lapso es de 10 mil pesos en promedio.

“(La cifra para el nivel básico) es mucho menor a lo que se considera necesario, (sin contar que) esta formación continua se proporciona en condiciones inadecuadas”, establece un informe del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

Esta situación entre otros factores como el que los egresados de las escuelas normales de acuerdo con la Ley General del Servicio Profesional ya no tengan prioridad para ingresar como maestros, ha provocado que la formación para la docencia “pierda atractivo” entre los jóvenes que aspiran a ser maestros y con ello una caída del 30 por ciento en la demanda de los lugares disponibles en escuelas normales.

“En los últimos dos ciclos hay menos demanda por educación normal, 30 por ciento menos y se ha reducido la matrícula de la educación normal, puesto que se ocupan solamente el 72.6 por ciento de los lugares disponibles”, advirtió la presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Sylvia Irene Schmelkes del Valle.

Al presentar ante la comisión de educación del Senado el informe anual 2014 del INEE sobre “Los docentes en México”, la funcionaria también detalló que las escuelas normales son las que más bajo rendimiento tienen en el sistema de educación del país y lo atribuyó en parte a la pobreza en la que vive la mayoría de sus alumnos.
“La pobreza de los hogares de los estudiantes es probablemente un factor que explica el bajo rendimiento de las escuelas normales en el país”, aseveró.

Los normalistas en su mayoría —agregó— son mujeres y el 59 por ciento procede de familias cuyo ingreso se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo definida por el Ceneval.

De hecho aseveró que los alumnos que egresan de las normales “no están siendo adecuadamente preparados para ejercer la docencia”.

Explicó que en México existen 484 escuelas normales —210 privadas— donde estudian 132 mil 205 alumnos, donde la mitad de ellos, es decir, más de 65 mil alumnos, obtiene resultados insuficientes en los exámenes que se aplican a la mitad de la carrera, “lo que indica que no están siendo adecuadamente preparados para ejercer la docencia”.
Schmelkes del Valle advirtió que la proporción de maestros normalistas ha disminuido en los últimos años en México y auguró que esta tendencia continuará, pues las condiciones de capacitación comparadas con las de los docentes de nivel medio superior son bastante desiguales.

Agregó que los maestros de preescolar y de primaria son contratados por tiempo completo, pero en telesecundarias, la mayoría tiene contratos para cubrir toda la jornada laboral semanal; sin embargo, en las secundarias generales y técnicas se observa una tendencia preocupante a la pulverización del tiempo en horas, que la Ley General del Servicio Profesional Docente aspira a evitar.

Asimismo subrayó que la desigual distribución de los salarios docentes afecta de manera visible a los maestros indígenas, quienes no solamente perciben menores ingresos sino que además se enfrentan a mayores dificultades en su ejercicio profesional, debido a las desfavorables condiciones de las escuelas en las que prestan sus servicios.

Fuente: La Crónica

México

Apagones podrían costarle a México 200 millones de dólares por hora, advierte industria maquiladora

México enfrenta una amenaza energética que podría traducirse en pérdidas millonarias por hora. De acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index), una hora sin electricidad en el país podría representar hasta 200 millones de dólares en pérdidas económicas, encendiendo las alarmas en sectores clave de la economía nacional.

La advertencia llega en medio de crecientes preocupaciones por la estabilidad del sistema eléctrico nacional. Especialistas del sector señalan que el Margen de Reserva Operativo (MRO), es decir, el porcentaje de capacidad adicional disponible para responder a picos de demanda, podría caer por debajo del 3% durante las horas críticas entre las 8:00 y 10:00 de la noche. Este umbral es considerado de alto riesgo, ya que pone en juego la capacidad del sistema para mantenerse estable ante cualquier eventualidad.

“La falta de electricidad interrumpe cadenas de suministro, frena líneas de producción y debilita la competitividad nacional”, señala el comunicado de Index. Además de afectar a la industria manufacturera y de exportación, el impacto alcanza a sectores esenciales como salud, telecomunicaciones, logística y alimentación.

Los riesgos se agravan en el contexto del cambio climático. La reciente ola de calor que golpeó al país entre el 14 y el 21 de mayo deterioró significativamente las reservas eléctricas, provocando cortes programados en distintas regiones. Expertos como el consultor energético Cadena advierten que “el riesgo es real y creciente”, y que el sistema eléctrico se encuentra bajo una presión sin precedentes.

En Nuevo León, la situación ya es crítica. La Cámara de la Industria de Transformación (Caintra) y el Clúster Energético del estado alertaron que, de no incrementarse la capacidad de generación y transmisión eléctrica en los próximos seis meses, podrían registrarse apagones sistemáticos. Esta advertencia cobra relevancia si se considera que tan solo el pasado 4 de marzo, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) recibió 141,618 reportes por interrupciones en el servicio en ese estado.

Pero el problema no es exclusivo de la industria. En el plano doméstico, la ausencia de electricidad implica vivir sin refrigeración, agua caliente, internet o iluminación, afectando directamente la calidad de vida de millones de mexicanos. La dimensión del problema trasciende el ámbito económico y se convierte en una amenaza para la estabilidad social del país.

El verdadero desafío, advierten expertos, está en no solo responder al aumento en la demanda energética, sino hacerlo mediante soluciones sostenibles, eficientes y confiables. Frente a un futuro marcado por temperaturas extremas y fenómenos climáticos más severos, urge acelerar la transición hacia fuentes de energía alternativas y reforzar la infraestructura eléctrica nacional.

La advertencia del sector industrial es clara: sin acción inmediata y decidida, el país podría pagar un precio demasiado alto.

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