Agencias
En el Hospital General de México, el cáncer de piel es el primer lugar de consulta en el servicio de dermatología.
Expertos advierten que esta enfermedad crece de forma acelerada en el país: se diagnostican de 16 mil a 20 mil casos nuevos cada año. Es una epidemia, dicen
La piel se ha tornado roja, muestra manchas cobrizas. En algunos casos se ha generado una especie de alergia al sol o puede que esa parte del cuerpo hasta sangre. No importa si es la tez, los brazos, las piernas, el cuello o en la cabeza. Pueden ser manifestaciones de alergias o un cáncer de piel. En México se ha convertido en epidemia que va en aumento, particularmente entre las profesiones u oficios de los pobres.
Son los campesinos, albañiles, vendedores ambulantes, militares y pescadores, quienes por sus trabajos están muy expuestos al sol, todos los días y muchas horas, quienes enfrentan este padecimiento.
Cada año son entre 16 mil y 20 mil los nuevos casos identificados en niños o en personas adultas, pero se prevé que en los próximos años la tendencia crezca.
Su dermis envejeció, ahora existen pecas, arrugas, manchas o quistes parecidos al acné. Son los efectos de la exposición prolongada a los rayos del sol, ya sea por actividades recreativas o laborales.
Con los nuevos estilos de vida, todos somos susceptibles a estar en la radiación, pero el cáncer de piel se ha ubicado como un mal que afecta principalmente a los pobres, por sus trabajos al aire libre, o en quienes realizan actividades recreativas, como los ciclistas o golfistas.
A este grupo, destaca el dermatólogo, se suman también los que tienen piel clara, aunque cada vez más se presentan casos en pieles morenas, y las personas calvas, que ya no cuentan con la protección que da el cabello.
“La gente no entiende la trascendencia del problema hasta que le sale un tumor, por lo general en el labio, parpado, nariz, frente, mejillas y piel cabelluda, que son los sitios de la cara donde más se asolean las personas”, afirma Vicente Torres, con 30 años de experiencia como dermatólogo.
Exposición prolongada
Advierte que asolearse por muchas horas y en horarios donde los rayos ultravioleta son más fuertes, es una actividad temeraria que en mediano plazo cobra las facturas a la piel.
La organización Conocer para Vivir refiere que 70% del daño que recibe nuestra piel ocurre entre los 10 y 20 años y sólo 3.5% de los mexicanos utiliza una protección adecuada.
Rosa María Ponce, jefa del servicio de Dermatología del Hospital General de México, asegura que desde la niñez se va acumulando un porcentaje de radiaciones solares, que se llaman “capital solar”, que es como tener acumulado en una alcancía de dinero, “igual uno tiene acumulado cuantas horas de sol lleva y que no se manifiesta de inmediato”.
Lo inmediato, precisa, es que te quemes, pero lo tardío es lo que no se detecta. “Y esto es cuando después de 10 años comienzan a salir arrugas y el color de la piel ya no es homogénea. El sol acelera y causa arrugas”, comenta.
Recuerda que un humano sólo necesita de tres a cinco minutos de exposición solar para síntesis de los huesos y vitamina D. “Todo lo demás es un exceso”, expone.
En lo cotidiano, pero aún más en vacaciones, especialistas en dermatología de los hospitales Juárez de México y General de México, así como de la Fundación Mexicana para la Dermatología, piden a la población no exponerse sobre manera a los rayos del sol y de hacerlo, protegerse con ropa de manga larga y usar bloqueadores.
Marco Antonio Navarro Balderas, miembro de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD), señala que aunque en los últimos años tener la piel bronceada es sinónimo de belleza puede llegar a ser dañino para la salud, pues “la piel tiene memoria y el daño por radiaciones ultravioleta de forma continua y cotidiana es acumulativo, elevando el riesgo de padecer cáncer de piel”.
Por ello, dice, se presenta con mayor frecuencia en personas mayores de 50 años, aunque, en la actualidad, aparece en personas más jóvenes, probablemente, porque éstas pasan más tiempo expuestas al sol.
Daño gradual
Rosa María Ponce asegura que la radiación solar es dañina por cuatro mecanismos. El primero es el daño solar agudo, que es la quemadura que se da cuando la gente se va de vacaciones o que no tuvo precaución y se quema al exponerse a los rayos solares.
El segundo sería foto alergia y foto toxicidad, que es como una especie de alergia al sol o reacciones de hipersensibilidad. Por ejemplo, cuando uno toca el limón o toma un medicamento y posteriormente se mancha la piel.
El siguiente efecto, menciona la dermatóloga, no es inmediato, es a mediano plazo, después de que recibimos radiaciones solares continuamente la piel comienza a cambiar, envejecer, le salen pecas, manchas o quistes.
Eso se llama, afirma la experta, foto daño o daño solar, que es un daño cosmético, no es una enfermedad, pero puede ser el precursor del cuarto y último mecanismo que es la oncogénesis o la generación de cáncer.
“La radiación solar es un factor bien reconocido de que podamos desarrollar cáncer en la piel. Este se divide en dos: carcinoma (melanoma, el cáncer con color que nace de un lunar o mancha de nueva creación), y el carcinoma no melanoma, que es el que aparece en dos tipos: carcinoma basocelular y epiderdoime. Al primero se le considera poco usual, pero los tratamientos son invasivos”.
Tipos
Es importante conocer los diversos tipos de cánceres no melanoma: entre los que se encuentran el carcinoma basocelular, que se presenta hasta en 73% de los casos. Éste crece de manera lenta y rara vez se esparce, pero es muy importante tratarlo, porque al crecer en tamaño y profundidad puede causar destrucción de la piel.
Dentro de estas variaciones, con 17% de los casos está el carcinoma epidermoide que tiene mayor potencial de diseminarse en el resto del cuerpo y el riesgo es mayor cuando se encuentra en áreas como los labios o en las orejas. Por ello, el médico aclara que es muy importante revisar nuestro cuerpo de los pies a la cabeza, pues el melanoma, aunque sólo tiene 14% de prevalencia es el más peligroso y aquel con mayor potencial de muerte pues puede causar metástasis y diseminarse rápidamente contaminando otros órganos del cuerpo.
De ahí la importancia de que las personas se examinen sus lunares de forma periódica con la regla del ABCDE, en los cuales debe de checar: “A de asimetría, es decir, lunares que no son redondos y tienen ángulos asimétricos; B de borde, cuánto más irregular es el borde más hay que checarlo; C de color, pues si tiene más de dos colores puede ser peligroso; D de diámetro, pues el tamaño no debe ser superior a los seis milímetros, y finalmente la E de evolución, es decir detectar todos los cambios que pueda tener”, destacan los expertos.
La Secretaría de Salud ha emitido algunas recomendaciones para la gente, sobre todo en temporadas de calor, ya que en algunas entidades se registran temperaturas de hasta 40 grados centígrados.
“Es indispensable evitar la exposición directa a los rayos solares por tiempos prolongados o utilizar protectores solares en caso de exposición necesaria, así como sombreros, sombrillas y cremas bloqueadoras”, sugieren.
Recomienda a los paseantes usar ropa holgada, de algodón, colores claros y manga larga, mantenerse bien hidratados.
Crece incidencia
Vicente Torres Lozada, egresado del Centro Dermatológico Pascua, asegura que hay una epidemia de cáncer de la piel.
“En México se habla del cáncer de mama y uterino como situaciones que matan a las personas, pero en el Hospital Juárez de México operamos un cáncer de la piel todos los días”.
Destaca que la gente acude al médico en fases muy avanzadas. “Campesinos que creen que tienen un mal de ojo o una brujería y prefieren ocultar su tumor hasta por 10 años y cuando acuden con nosotros la enfermedad ya invadió áreas enormes de la cara, que es difícil curarlos con cirugía”, expone. Por su experiencia asegura que hay muchos casos de gente que tiene precáncer y no se ha dado cuenta.
Los dermatólogos coinciden en que la gente debe evitar exponerse a los rayos del sol, de las 10 de la mañana a las 15 horas, y a protegerse con bloqueadores no sólo la cara, sino también todas las partes de la piel expuestas.
En cuanto a síntomas, explican que no se aprecian. “A veces puede ser asintomático, pero en ocasiones, la piel sangra o hay una lesión nueva como lunar, mancha roja, como cicatriz de nueva generación que no se elimina, así es como puede empezar”, señala Rosa María Ponce.