Las relaciones virtuales representan hasta 75 por ciento de las interacciones sociales que establecen las personas de 6 a 52 años de edad, señaló Julio Horacio Villegas Olguín, especialista del Instituto Jalisciense de Salud Mental.
El responsable de Educación en Salud Mental del citado instituto agregó que las actividades predilectas de las personas son los juegos virtuales, intercambio de imágenes y los chat.
Las adicciones sociales con mayor crecimiento en México, precisó, están relacionadas con Internet, en concreto con juegos y amistades establecidas a través de diversas redes sociales.
Manifestó que las actividades que normalmente realiza la gente en la red son chatear o publicar comentarios, bajar música, actualizar o visitar las redes sociales y enviar o recibir correos electrónicos.
“Las adicciones no pueden limitarse exclusivamente a las conductas generadas por sustancias químicas, existen hábitos de conducta aparentemente inofensivos, que pueden convertirse en adictivos e interferir gravemente en la vida cotidiana de las personas afectadas”, alertó.
Por lo anterior, comentó que es necesario conocer las principales modalidades de las adicciones psicológicas, ya que también son factores de riesgo.
Las drogas auditivas y visuales, dijo, tienen como nuevo conducto el Internet, pero responden a un viejo funcionamiento: el cerebro, como órgano central que comanda las reacciones bioquímicas y, por lo tanto, de los estados de ánimo, que pueden modificarse a través de las frecuencias sonoras.
Subrayó que las adicciones que se inician por los canales perceptuales auditivos y visuales comienzan con la disposición del sujeto a la autosugestión, donde a través de asociaciones de estímulos y reforzadores pueden alterar los estados de conciencia y sus emociones.
El especialista destacó que la euforia desmedida es una de sus principales características y es la sensación que buscan principalmente los jóvenes.
Si la persona ya consumió alguna droga, “estas nuevas drogas inciden sobre la asociación que la gente tiene entre la experiencia de consumo y los sonidos que la evocan”.
Afirmó que la tecnología ofrece una cantidad inalcanzable de objetos que encubren los deseos de las personas, “es más fácil, por complicado que parezca, acceder a la marca y modelo de un smartphone, que consolidar objetivos de un proyecto de vida”.
“Esta falsa seguridad de resolver las complicaciones de la vida con el poder de un touch, de sentirse siempre acompañado por cualquiera de los mil contactos, así como de modificar nuestra apariencia en photoshop, llega a crear falsas expectativas de nuestra identidad y personalidad y, por lo tanto, de sentir el fracaso”, concluyó.