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México

Sistema Anticorrupción vera la luz hasta 2017

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El Senado de la República prevé aprobar, mañana martes, la minuta relativa a la creación del Sistema Nacional Anticorrupción; sin embargo, pese a concretar la gran prioridad legislativa del último periodo ordinario de sesiones y calificar como un gran logro la definición del nuevo modelo de combate a la corrupción, éste no será implementado sino hasta 2017.

Según se estableció en el artículo del dictamen relativo a la creación del Sistema Nacional Anticorrupción, a partir de la entrada en vigor de este nuevo modelo, el Congreso de la Unión tendrá un plazo de un año para aprobar las leyes que complementan y hacen aplicables las reformas constitucionales que el Senado espera aprobar el día de mañana.

Es decir, será hasta el año 2016 cuando las cámaras de Senadores y de Diputados, emitan las leyes que regulen la organización y facultades de la Auditoría Superior de la Federación; la ley general que establezca las bases de coordinación del Sistema Nacional Anticorrupción; y una ley general que distribuya competencias entre los órdenes de gobierno para establecer las responsabilidades administrativas de los servidores públicos, sus obligaciones y las sanciones aplicables por actos de corrupción en que éstos incurran.

De acuerdo con el régimen transitorio del proyecto que mañana concluye su andar legislativo, tras el plazo de un año en el que el Congreso buscará complementar la reforma a diversos artículos constitucionales, adicionalmente se otorgará un plazo de 180 días, para que los congresos de los estados y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, realicen las adecuaciones normativas correspondientes.

Con ello se estaría aplazando, al menos, hasta 2017 la aplicación del nuevo Sistema Nacional Anticorrupción. De hecho, en un sexto artículo transitorio el propio Congreso especifica que en tanto se expiden las leyes secundarias continuará aplicándose la legislación en materia de responsabilidades administrativas de los servidores públicos, así como de fiscalización y control de recursos públicos, en el ámbito federal y de las entidades federativas, hoy vigentes.

El reto

El senador Alejandro Encinas Rodríguez (PRD), presidente de la Comisión de Estudios Legislativos Segunda, reconoció que el Congreso apenas está dando el “primer paso” en lo que se refiere a la consolidación del modelo de combate a la corrupción. “El problema final”, aseguró, será la implementación de esta reforma, para lo que se requiere primero modificar entre 10 y 12 legislaciones vigentes, además de la creación de nuevos ordenamientos.

Admitió que no habrá resultados inmediatos tras la creación del Sistema Nacional Anticorrupción, e incluso sostuvo que “difícilmente en este sexenio estará en operación (…) no hay certeza en los tiempos”.

Por su parte, Roberto Gil Zuarth, senador panista e integrante de la Comisión de Anticorrupción y Participación Ciudadana, afirmó que a partir de la aprobación de esta reforma, el Congreso de la Unión deberá iniciar una nueva tarea: concluir los instrumentos para combatir la corrupción y la impunidad.

“De esta reforma constitucional se tendrán que desdoblar leyes de responsabilidad de servidores públicos, una nueva ley de fiscalización, la ley que regule las atribuciones de cada uno de los órganos que están comprendidos en esta reforma constitucional; modificaciones al código penal para revisar los tipos penales y las penas que se aplican a las distintas conductas asociadas a la corrupción”, señaló.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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