Sigue haciendo ruido la rebatinga sobre si el próximo gobernador deberá durar dos o cinco años en el cargo, pues lo que se juega es mucho más que un par de años más o menos en el poder, sino que supone una de las jugadas más importantes del panorama electoral en el que no sólo juegan azules contra colorados, sino que involucra a los juegos de poder dentro de los propios partidos e impacta directamente al panorama político nacional.
La reforma política parte de la idea de que en el país deben realizarse elecciones cada tres años, no dos como ocurre actualmente en Chihuahua, con el fin de aminorar costos y sobre todo el desgaste que sufre la ciudadanía, funcionarios y políticos, entre guerras de lodo, acarreos y mapachería.
Uno de los escenarios, aseguran, es que el gobernador César Duarte pudiera extender dos años su mandato, tal como lo hizo el ex rector de la UACh Raúl Chávez Espinoza, o como José Luis Armendáriz, el comisionado ‘de cartón’ de la CEDH, quien logró un nuevo periodo.
Este escenario sería políticamente muy rasposo pues cada vez surgen voces que reclaman que César Duarte debe irse por los señalamientos de corrupción que se acumulan día a día y que sólo a atinado a ignorar, no a aclarar, como su enriquecimiento repentino e inexplicable, al igual que el de sus más cercanos colaboradores. Quizá serían más las complicaciones que los beneficios al durar dos años más en el puesto.
Los otros posibles escenarios son que el próximo mandatario dure en el poder dos o cinco años, para así convocar a elecciones normales en 2018 o 2021, según sea el caso. Aquí Duarte podría buscar ventajas estratégicas más para su grupo que para su partido, pues crecen las posibilidades de que el próximo candidato del PRI no sea de sus allegados, y en ese caso le caería de maravilla dejarle un estado con una pesada deuda y apenas un año de acción real si se consideran las próximas elecciones y los procesos de entrega-recepción.
También está la posibilidad de que el PRI pierda, pues los números se vuelven poco a poco más alarmantes en el ‘war room’ del PRI, pues en las próximas elecciones van candidatos impresentables, unos una mera parodia y otros con señalamientos graves de endeudamientos y corrupción. Está complicado.
Esto forma parte de los esfuerzos para conquistar el voto de los 2 millones 567 mil 731 ciudadanos registrados en el padrón electoral de Chihuahua, de los que 1 millón 300 mil 222 son mujeres y 1 millón 267 mil 509 son hombres.
Mientras, el gobernador ya está en plena campaña, presumiendo los logros en el ramo donde son más notables: la seguridad, pues a pesar de que de La Junta hacia la Sierra es territorio ingobernable y que la región Centro-Sur es un polvorín, hay notables avances en Juárez donde han surtido efecto programas federales e internacionales como USAID para recomponer el tejido social. Ahí la llevan.
Ahora el alarde lo hizo de la detención de Jesús Salas Aguayo, alias «El Chuyín», identificado como líder del cártel de Juárez, detenido en Chihuahua por fuerzas federales, pues desde la presidencia se está haciendo mucho énfasis en capturar capos de relumbrón, y no les ha ido mal. El ‘Chapo’ y La ‘Tuta’ están entre sus mayores trofeos.
Incluso señaló Duarte que los narcos no son tan fuertes cuando se les combate unidos, una declaración que sonaría muy bien si no estuviera en un contexto irreal, pues para algunos la actual mejora de la seguridad en la frontera es un notable éxito del mandatario mientras para otros es un frágil periodo de paz en una serie de reacomodos de cárteles. Miles de homicidios, algunos al parecer cometidos por las fuerzas del estado, siguen en la total impunidad.
Un ejemplo es que se llevó a cabo una presentación de reos ante jóvenes estudiantes, esas presentaciones que hicieron famoso al ‘Wicked’, acusado del asesinato de la activista Marisela Escobedo y asesinado en circunstancias misteriosas dentro del Cereso. Las autoridades sólo han dado a conocer versiones que enlodan más el asunto, pero ni el caso Marisela ni el caso Wicked dejaron satisfecho a nadie.
La estrategia oficial no busca resolver dudas, sino sepultarlas con lodo. Por eso hay toda una planeación para ensuciar al senador Javier Corral, principal crítico de Duarte, y quieren pegarle en su cancha: las redes sociales.
Desde la parodia de la página de Facebook de Unión Ciudadana organizada desde la Facultad de Filosofía y Letras hasta la propagación de ‘memes’ y ‘bots’ para atacarlo, le tiran con todo y saben que no falta quien se la crea. Usan desde el caso de sus hermanos narcos hasta su cabaña de Basaseachi, para lo cual acarrean a indígenas a que le protesten. El lodazal no es nada nuevo, lo interesante es que por fin la administración estatal está volteando a ver el potencial de las redes sociales. Alguien pudo convencer al mandatario y su equipo de que no bastaba con comprar plumas en los principales (y no tan principales) medios de comunicación.
Corral, por su parte, enfocó sus baterías a través de activistas, intelectuales y académicos que anunciaron la integración de un grupo de observadores a nivel nacional para dar seguimiento a la denuncia penal que se tienen abierta en contra de César Duarte por presunto enriquecimiento ilícito, peculado, y uso indebido de atribuciones y facultades.
La que parece ir por su cuenta, discreta y sin hacer ruido, es la senadora Lilia Merodio, quien le apuesta a crecer su capital político en la Cámara Alta y después canalizarlo a Chihuahua. Poco a poco va sumando éxitos, pues fue incluida en el convenio de colaboración con la Fundación del Foro Global de Mujeres en el Parlamento (WIP), con lo cual salta a instancias y experiencias internacionales.
Merodio ha permanecido lejos de politiquería, de cacicazgos, y se enfoca más bien en tejer política de altura como dicho foro que se llevará a cabo la segunda semana de octubre en la Ciudad de México, donde participarán 500 parlamentarias de todo el mundo para analizar temas de género desde un punto de vista global y legislativo.
Para finalizar, no podemos dejar de mencionar otro tiro de lodo, el que encabezan Juan Blanco y Liz Aguilera, pues el equipo de la candidata acusa al del ex alcalde de rayonearle los pendones y atacarla por lo más bajo. Blanco responde que él no fue ni sabe nada, y que todo es una estrategia del PRI por ensuciar la elección en un distrito que de antemano ve perdido. Mañana abordaremos con más detalle el caso de Juan Blanco…
De pilón felicitamos a la licenciada Alba Herlinda Flores Domínguez, recién electa como presidenta de la Federación Estatal Chihuahuense de Colegios de abogados, ganadora por voto unánime.