El cambio climático está estrechamente relacionado con el resurgimiento o la ampliación a otros sectores de enfermedades transmitidas por mosquitos vectores, como dengue, paludismo y mal de Chagas, así como con la desnutrición, alergias, ondas de calor y estrés, entre otras.
En un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la profesora de la Facultad de Medicina Ana Rosa Moreno Sánchez dijo que la relación entre enfermedades y cambio climático se incrementa sobre todo en grupos vulnerables, como los de menor ingreso económico, indígenas, niños y ancianos.
Al participar en el seminario permanente del Programa de Investigación en Cambio Climático (Pincc) de la UNAM, expresó que se trata de un fenómeno inequívoco que ocurre desde 1950 a nivel global.
Agregó que el periodo 1983-2012 en el hemisferio norte del planeta fue el más cálido en los últimos mil 400 años, según datos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
La también maestra en salud pública expuso que el aumento del calor, con el incremento de 40 por ciento en las concentraciones de dióxido de carbono a la atmósfera, ha generado modificaciones en el ciclo del agua, y este siglo será irregular en los periodos de lluvia en muchas partes del mundo.
“La salud de las poblaciones depende del acceso al agua potable, a alimentos suficientes y a una vivienda segura, recursos que se ven afectados por inundaciones, sequías y desastres naturales ocasionados por ese fenómeno de calentamiento”, subrayó.
Para 2050, según el IPCC, mil millones de personas tendrán condiciones críticas de abastecimiento de agua, mientras que hoy 150 millones de individuos ya viven con escasez.
Dijo que sin acceso adecuado a esos recursos básicos para vivir aumenta la morbilidad, la discapacidad y la aparición de enfermedades en regiones no endémicas.
“Por ejemplo, en México no hemos resuelto el problema del dengue en el sur, pero ya tenemos la chikungunya, que se transmite por el mismo mosquito vector, aunque por diferente virus”, comentó.
Moreno Sánchez explicó que el cambio en los patrones migratorios de esos mosquitos ha incrementado la distribución de padecimientos infecciosos que antes eran exclusivos de zonas tropicales.
“Los extremos climáticos favorecen el contagio de enfermedades y generan fenómenos como las olas de calor, que aumentan la mortalidad y las crisis por alergias”, puntualizó la especialista.
Fuente: El Siglo de Torreón