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Salud y Bienestar

Fofisanos: La nueva moda

Los “fofisanos” son aquellos hombres, que van al gimnasio sin ser fanáticos, aunque sí los son de la cerveza, la pizza y hamburguesas. Sin complejos estos hombres caminan por la vida luciendo una inflada barriga.

Con información de Mujer y Punto

En todas partes hay hombres con panza cervecera, ahora bien la gracia de los famosos que cumplen con esta característica es que la lucen junto esculturales mujeres, como es el caso del talentoso actor Leonardo di Caprio.

Otro ejemplo es el ex futbolista Ronaldo, cuyo prominente abdomen fue fotografiado por varias revistas faranduleras hace algunos años, durante unas vacaciones familiares en Ibiza.

Para los fanáticos de las redes sociales, existe una cuenta en Instagram, College Dad Bods, que es seguida por más de siete mil personas y donde los “fofisanos” suben imágenes de sus abdómenes abultados.

¿Cómo nace esta tendencia?

Mackenzie Pearson quien es una estudiante de biología de la Universidad de Clemson, fue la responsable de hacer real esta tendencia, cuando se refirió a los “fofisanos” en The Odysseyonline.com, donde señaló que una barriga “saludable” hace a los hombres “más humanos, naturales y atractivos”¿ Las razones? Estás son:

– Como sus cuerpos no son esculturales, no es intimidante sacarse una fotografía a su lado.

– A pesar de que son considerados “lindos”, en realidad siempre ellas serán el centro de atención.

– Son más “abrazables”.

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Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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