La maestra del menor, Denisse Flores, se mostró dolida ante los hechos y aseguró que en el salón de clases, aún permanece su bote de agua.
La joven maestra de kínder de Christopher, Denisse Flores, definió al menor como «brillante y elocuente», un niño sano y sin faltas de conducta.
Christopher estudiaba en un aula móvil, donde además de su recuerdo, queda su bote de agua y su fecha de cumpleaños, el 2 de enero
Christopher estudiaba en el kínder Carlos Montemayor de la colonia Laderas de San Guillermo, una escuela humilde, con carencia de salones, mobiliario y personal, pero donde los profesores destacan por su entusiasmo y jovialidad.
Tras mostrar un evidente dolor por la tragedia, y asediados por los medios de información, los y las profesoras de este plantel, esperan que luego del horror de la muerte de Christopher, las autoridades cuando menos les otorguen más apoyo, como la vigilancia con patrullas que empezó luego del homicidio.
Christopher estudiaba en un aula móvil, donde además de su recuerdo, queda su bote de agua y su fecha de cumpleaños, el 2 de enero.
La maestra explicó que la madre de Christopher lo había sacado de ese jardín de niños, porque tiene otra niña con discapacidad, y que la llevaría a otro centro de atención, cerca de la casa de su madre.
Dijo que por lo general en esa escuela no se ha dado ningún incidente de inseguridad, ya que los padres y madres son muy cuidadosos de sus hijos.
Sin embargo, luego del homicidio de uno de sus alumnos, ahora los padres portan un gafete de identificación, y deben acudir por sus hijos a la hora exacta de salida, para no ser reprendidos por las maestras.
Fuente: Excélsior