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Salud y Bienestar

Estos son los diez trabajos que te hacen engordar

El estrés y la inactividad física que implican algunos empleos te hacen subir de peso. Todo ello depende de las actividades que realices durante la jornada laboral, sin embargo, hay algunos trabajos que son más propensos a que ganes kilos de más. Reseñó Salud180

A continuación los diez trabajos que te harán engordar.

1. Agente de viajes
2. Abogado
3. Trabajador social
4. Profesor
5. Diseñador
6. Asistente administrativo
7. Secretaria
8. Policía/bombero
9. Marketing/ relaciones públicas profesionales
10.Editores

De acuerdo a un nuevo estudio de Harris Interactive, estos empleos forman parte de la lista debido a que los niveles de estrés que se manejan en esas áreas son muy altos.

La falta de actividad  física también es otro factor importante, la mayoría de los trabajadores no tienen tiempo de hacer ejercicio debido a que la jornada laboral puede durar hasta más de 12 horas al día.

El estudio encontró que el 44% de los encuestados han aumentado de peso en su trabajo. Más de la mitad de ellos culparon de esa situación al hecho de estar sentados todo el día frente a su computadora, e incluso comer ahí.

Otras razones para subir de peso en la oficina son comer a causa de las presiones laborales, pedir comida rápida, saltarse comidas, etc.

Para evitar el aumento de peso, los especialistas recomiendan caminar más durante el día y beber más agua. Asimismo, puedes preparar en tu casa un almuerzo saludable que te ayude controlar tu peso. ¡Cuídate!

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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