El Instituto de Verificación Administrativa del Gobierno del Distrito Federal (Invea-DF) informó que el centro comercial Soriana, ubicado en la colonia Juan Escutia, perímetro de Iztapalapa, fue verificado y sancionado por la autoridad delegacional debido a que carece de medidas óptimas en materia de protección civil.
El inmueble fue revisado el lunes pasado y, un día después, se envió la orden de suspensión, por lo que esta tarde fueron colocados los sellos de clausura.
La orden de verificación fue facultad directa de la delegación Iztapalapa, que autoriza que los verificadores del Invea-DF acudan al lugar y realicen los trámites para la suspensión.
Fue justo en esa tienda departamental donde cientos de personas, principalmente del municipio mexiquense de Nezahualcóyotl, acudieron hoy a canjear por productos las tarjetas electrónicas que les entregaron supuestos dirigentes y promotores del voto del PRI, antes y durante la jornada electoral del domingo anterior.
Sin embargo, los residentes de Nezahualcóyotl han comprobado, cuando intentan pagar la mercancía que escogieron, que las tarjetas no tienen el saldo de mil 500 o mil pesos que les ofrecieron los promotores del voto.
En algunos casos sólo tienen 100 pesos de saldo y en otros la tarjeta está en ceros.
A cambio de que votaran por los candidatos del PRI, los vecinos recibieron de personas ligadas a ese instituto político la tarjeta electrónica.
“El PRI estuvo regalado tarjetas de Soriana con un valor de mil a mil 200 pesos, pero en realidad traían 100 pesos, te la daban a cambio de tu voto”, reveló Luis Antonio Fierro Jiménez, un residente de ciudad Neza.
“Son muchísimas tarjetas, hay gente que trae 30 o 40 tarjetas y algunas de costos de 100, 200, mil 500 y hasta 2 mil pesos; la tarjeta a mí me la dieron el domingo a las 11 de la mañana, las empezaron a dar el jueves por la noche y el viernes, todo en un blindaje extraordinario porque te pedían hasta pasar a dentro de tu casa para entregarte la tarjeta.
“En algunos casos te preguntaban si tenías conocidos que te entregaran una copia de su credencial y con eso te entregaban una tarjeta”, contó.
En ese municipio del Estado de México, añadió, entregaron al menos una tarjeta a cada persona de la tercera edad.
“Eran muchísimas, la mía traía cien pesos. Ellos me especificaron que mi tarjeta podría traer 500 o mil pesos, no fue así, pero me tocó ver en el verificador de tarjetas que había tarjetas con saldos de 500, de 600, una de 700 y de 100 pesos, y algunas más que venían en ceros”.
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