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Revista

Los escapes más famosos en el séptimo arte

El reciente escape del narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán del penal de máxima seguridad de El Altiplano, ubicado en Almoloya, Estado de México – sin que nadie se diera cuenta- parece sacado de una película, muy al estilo del filme “Sueño de fuga” que en 1993 protagonizara Tim Robbins.

A lo largo de las décadas la realidad ha nutrido a la ficción- quizás al revés- lo cierto es que una decena de filmes han mostrado escapes imposibles o casi.

Algunos largometrajes han presentado fugas de cárceles, de campos de concentración o prisiones en las que no existe ley, en las que idear un plan de escape les ha costado a los protagonistas años de planeación. Algunos de estos filmes se basan en hechos reales.

El ejemplo más claro es «Escape de Alcatraz», película carcelaria que se basa en los hechos verídicos de 1960, en los que un recluso con una notable inteligencia y especialista en fugas llega a la famosa prisión localizada en la Bahía de San Francisco, de la que hasta ese momento nadie había logrado escapar.

Ahí el delincuente hará alianzas con algunos de sus compañeros prisioneros para idear el plan que les dará la tan ansiada libertad.

Uno de los largometrajes referentes de este tipo de cine es «Papillon» (1973) en la que el protagonista es encarcelado erróneamente acusado de asesinato y enviado a una prisión en la Guyana Francesa.

Al estar recluido el hombre salva la vida del prisionero Louis Dega (Dustin Hoffman), un falsificador de documentos, que demostrará su valía ante «Papillon» a la hora de ayudarle a escapar de la cárcel trazando juntos un plan de fuga y en el negocio del contrabando de frutos cuando este es confinado en una celda de aislamiento.

Hay otros largometrajes basados en ficción como el filme «Sueño de fuga» dirigido por Frank Darabont (Walking Dead), en el que Tim Robbins da vida a un hombre que es acusado del asesinato de su mujer por lo que es condenado a cadena perpetua.

En su encierro se gana la confianza del director de la prisión y el respeto de sus compañeros, especialmente de un especialista en sobornos (Morgan Freeman) con quien crea una amistad.

Ambos se vuelven muy estrechos y tras diversas vicisitudes durante su encierro deciden escapar a un lugar paradisíaco en México, no sin antes vivir una serie de eventos dramáticos previos al «feliz» desenlace. El largometraje está basado en una novela de Stephen King en el cual se aleja de sus obras de terror.

Cinco años más tarde Darabont hizo «Milagros Inesperados», trabajo en el que el director continúa con los dramas carcelarios en el que a una cárcel del sur de Estados Unidos llega un recluso negro acusado de matar y violar niñas.

En «El fugitivo», Harrison Ford se mete en la piel del doctor Richard Kimble, un cirujano que es acusado de matar a su esposa y es condenado a muerte. Mientras es trasladado a la cárcel, el autobús donde viaja sufre un accidente que facilita la fuga de varios presos, entre ellos el propio Kimble.

En 2011 el filme «Celda 211» demostró que no sólo los criminales van a prisión, ya que este trabajo narra cómo el primer día que un celador de una cárcel española de nombre Juan queda atrapado en medio de un motín. Tras el malentendido decide hacerse pasar por un preso más para salvar su vida y terminar con la revuelta.

En 2006 se estrenó «Rescate al amanecer», filme ambientado en 1965 dirigido por el alemán Werner Herzog y protagonizado por Christian Bale, quien encarna a un piloto estadounidense que tras estar en una misión secreta es secuestrado y encarcelado por un banda de guerrilleros.

Tras su captura es llevado a una jungla en Vietman donde además de luchar por seguir con vida, tendrá que idear un plan para escapar de su reclusión.

En 2013 dos héroes de acción, Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger realizaron «El gran escape» en la que Stallone es Ray Breslin, un experto en seguridad carcelaria, que se enfrenta a su mayor reto, escapar de la prisión que él mismo ha diseñado.

En la cárcel conoce al enigmático Church (Schwarzenegger), un tipo que se ha ganado el respeto de todos los presos por ser capaz de mantenerlos cuerdos en los peores momentos.

EN TV 

Mención aparte merece la serie de televisión “Prison Break”, que en su primera temporada narra el complejo plan que su protagonista, Michael Scofield (Wentworth Miller) ejecuta para poder sacar de prisión a su hermano, sentenciado por un crimen que no cometió.

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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