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Salud y Bienestar

Mariguana domina consumo en jóvenes

La mariguana es ya la primera droga de uso en el país entre los jóvenes que son atendidos en los Centros de Integración Juvenil (CIJ), superando incluso al alcohol y al tabaco.

Entre 2008 y 2014 el consumo de mariguana creció 17 puntos porcentuales al pasar de 70.3 por ciento a 87.4, reveló Carmen Fernández, directora general de los CIJ, durante la presentación del libro Consumo de drogas, riesgos y consecuencias, editado y publicado por la institución que dirige.

En 20 estados, detalló,  el consumo de cannabis superó al del alcohol, mientras que en 25 entidades se colocó como la segunda sustancia de preferencia desplazando al tabaco.

 “Vemos cómo la droga de impacto, la droga por la que acuden las personas que están usando drogas a los 116 Centros de Integración Juvenil pues cada vez es más la mariguana”, dijo ante el comisionado nacional contra las adicciones, Manuel Mondragón y la secretaria de Salud, Mercedes Juan López.

 “El aumento de mariguana es por la baja percepción de riesgo que tienen los jóvenes sobre los daños que ocasiona.”

Al respecto, la secretaria de Salud, Mercedes Juan, adelantó que los resultados de la encuesta estudiantil realizada por el Instituto Nacional de Siquiatría y la Conadic, respecto al consumo de drogas en jóvenes de secundaria y bachillerato —que en breve será presentada—, arrojan que 17.2 por ciento ha probado alguna vez alguna droga lícita o ilícita

Para Manuel Mondragón, esto muestra que la sociedad y las autoridades están fallando en la tarea de prevenir el consumo de drogas.

“Los adolescentes y los jóvenes están aumentado su consumo tanto de sustancias legales como ilegales. Nuestro esfuerzo debe estar muy enfocado a los adolescentes y jóvenes, porque lo que antes no se veía ahora lo estamos observando, porque aquí se comprueba que entre los chavos, adolescentes en secundaria y preparatoria, está presente el alcohol, está presente el tabaco, está presente la mariguana y ya empieza a haber presencia de otras drogas como la cocaína, el crack y las metanfetaminas”, ?advirtió.

“No hemos hecho nuestra chamba todos los mexicanos… no hay nadie, quien sea, que esté exento a hacer su parte en relación a drogas y en relación a prevención, la madre, el padre, el maestro, el joven, el líder de una comunidad, los empresarios, los industriales, los jefes de empresa, todos tenemos que hacer nuestra parte y no la hemos hecho, hace 20 años, el discurso era otro, nuestra incidencia era baja, las personas se iniciaban a los 19 años, hoy la incidencia es mayor, no está desbordada, tampoco hay que asustarnos, pero la edad de comienzo es de los 12 y 13 años, es decir no hemos hecho nuestra parte todos”, expuso.

Excélsior

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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