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México

Militares secuestran, amenazan y despojan a empresario de medio millón de pesos

MÉXICO, D.F. (Proceso).- Luego de despojarlo de casi medio millón de pesos en efectivo y de otros valores, el teniente Juan Carlos Mendoza Ortiz le apuntó al empresario con su arma y, ante la risa burlona de otro militar, sentenció: “Ya valiste madre”.

Sucedió el mediodía del 6 de marzo. El lugar: un retén del Ejército en el Circuito Exterior Mexiquense, en los límites con la Ciudad de México.

El contratista de la construcción había retirado minutos antes 428 mil pesos de la sucursal de Banamex en el aeropuerto capitalino, que ese mismo día le habían depositado, y se dirigía a una obra en Ecatepec, Estado de México, cerca de Plaza las Américas, donde tenía previsto pagar a proveedores y empleados.

No pudo hacerlo: los militares lo secuestraron, amenazaron y robaron a campo abierto y a la luz del día.

Y a casi cinco meses de los hechos, luego de vencer el miedo a que se cumplieran las amenazas de desaparecerlo y de matar a su familia si denunciaba, la Procuraduría General de Justicia Militar y la Procuraduría General de la República (PGR) nada han hecho para devolverle su dinero ni para castigar a los militares criminales, pese a que están plenamente identificados.

Más aún: el teniente Mendoza Ortiz y tres de sus presuntos cómplices –Juan José Durán Cárdenas, Enrique Gutiérrez Martínez y Jonathán Martínez Fuentes– están presos en el Campo Militar Número Uno, acusados del secuestro de otro empresario. Pero el Ministerio Público castrense y la PGR ya ni siquiera atienden a la víctima.

La pesadilla para el empresario, cuya identidad consta en las averiguaciones y que aquí se omite por razones de seguridad, inició aproximadamente a las 12 horas del pasado 6 de marzo cuando circulaba, a bordo de su camioneta Dodge Durango blanca, por el Circuito Exterior Mexiquense.

Al aproximarse a la caseta de cobro, a la altura de la avenida Carlos Hank González, vio un retén militar y de policías del Estado de México, quienes le hicieron la indicación de orillarse.

Un soldado le pidió identificarse y le preguntó hacia dónde se dirigía y a qué se dedicaba. Cuando respondía a las preguntas, otro militar, encapuchado y con lentes oscuros, le pidió bajarse del vehículo para revisarlo; al hacerlo, ubicó una bolsa negra de plástico.

De inmediato, el soldado encapuchado le arrebató al empresario las llaves de la camioneta y le ordenó que subiera en el asiento del copiloto, mientras que él ocupó el lugar del conductor, siempre bajo la custodia de otro militar armado.

El encapuchado le preguntó al empresario qué traía la bolsa; éste respondió que era dinero en efectivo, 428 mil pesos, para pagos de nómina y proveedores, pues es contratista en el ramo de la construcción. Le mostró su teléfono, donde constaba que esa mañana le habían hecho el depósito y la hora en la que él hizo el retiro.

“En ese momento me arrebata de mis manos mi teléfono para quedar incomunicado, lo empieza a revisar y al mismo tiempo me empieza a decir que era un delito federal transportar esas cantidades de efectivo y que para él eran de procedencia ilícita”, declaró el empresario, primero ante la justicia militar y luego ante la PGR.

Consta en la averiguación previa PGR/SEIDO/UEDICS/171/2015, iniciada por el agente del Ministerio Público Federal Gustavo García Contreras, y en el expediente SC/83/2015-VII, levantado por el mayor René Catana Méndez, agente investigador militar, cómo el soldado encapuchado amenazó al empresario con llevarlo ante la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO):

“(El militar le dijo) que él era la autoridad en ese momento e indicándome que su papá era general y que también tenían empresas y sabían todo acerca de movimientos bancarios. Yo insistiéndole que el dinero era de procedencia lícita. Él no me hacía caso y refería que me iban a poner a disposición. Este sujeto me empieza a amedrentar diciéndome que me iba llevar la chingada y que gracias a mí se iba a colgar una medallita a su favor.”

El militar hizo una pausa para hacer una llamada, con el teléfono del empresario, a alguien que llamó “jefe” y, al colgar, le pidió entregarle su cartera, reloj y una cadena de oro, mientras le decía que le daría la oportunidad de acreditar el origen del dinero, pero de lo contrario, dijo, “iba a cargarme la chingada”.

Sólo para eso le devolvieron al empresario su teléfono: Llamó a su cliente y, cuando comenzaba a hablar con él, el militar le arrebató el aparato para hablar con aquél y ordenarle que llegara en 10 minutos.

En ese momento otro militar sin capucha, al que identifica sin dudar como el teniente Juan Carlos Mendoza Ortiz, subió a la camioneta en el asiento trasero. “Me apunta con su arma y me dice que ya había valido madres y que no me pusiera pendejo”.

El despojo

En la espera, según el testimonio del empresario, el otro militar le decía que con él se iba a colgar “una estrellita”, porque “estaban agarrando puro ‘pendejo inocente’. Después de eso intenté bajarme de mi camioneta por temor a cada una de las cosas y amenazas que decía. Acto seguido, me grita diciéndome que no me bajara, que él era la autoridad y que me iba a esposar y a meterme un ‘pinche plomazo’”.

Cuando el cliente del empresario llegó, acompañado de un abogado, los militares les dijeron que sólo querían hablar con uno de ellos. Tras varios minutos de diálogo con el litigante, éste le comunicó al empresario retenido que, para no consignarlo ante la SEIDO, debía entregar 80% de los 428 mil pesos.

“Se nos hizo muy descabellada esa oferta, ya que no era dinero ilícito”, expuso la víctima, a quien los militares decían que ellos tenían todo controlado y que “literalmente estábamos en sus manos, refiriendo que si no hacíamos caso nos iban a desaparecer a todos”.

En su declaración, asentó: “Sin tener otra opción, decidimos otorgarles ese dinero que solicitaban, ya que después de amedrentarnos y de sus amenazas temíamos por nuestra integridad. Inmediatamente me piden que vayamos a mi vehículo, al cual se suben los dos militares y yo. Adentro del mismo toman la bolsa de dinero y sólo me dejaron aproximadamente 35 mil pesos en la bolsa”.

Antes de dejarlo libre, los militares se negaron a devolverle sus pertenencias y lo amenazaron: “Diciéndome que si hacía algo en contra de ellos, ya tenían registrados todos mis movimientos e iba a ir a mi casa a matar a todos y a cada uno de mi familia”.

Pero, a pesar de los consejos de amigos y familiares para que se olvidara del asunto, y aun contra su propio temor de que podría haber represalias contra él y su familia, el empresario presentó la denuncia ante la Procuraduría General de Justicia Militar, el 12 de marzo, y luego lo hizo ante la PGR.

Además, el mismo día en que presentó la denuncia, envió al secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, un escrito en que detalla cómo ocurrió lo que él define como robo, secuestro y amenazas a manos de los militares.

La respuesta llegó una semana después, el 20 de marzo, firmada por el general brigadier Juan Roberto Sánchez Fragoso, jefe de la Sección Primera del Estado Mayor de la Defensa Nacional, y es escueta: “Esta Secretaría tomó nota de sus señalamientos y se realizan las acciones a fin de proceder conforme a derecho”.

Pero han pasado los días, las semanas y los meses, y ni la justicia militar ni la civil han resuelto nada.

Fuente: Proceso.

México

Familia del Chapo Guzmán: la razón detrás de su entrega voluntaria

Al menos diecisiete integrantes de la familia de Joaquín «El Chapo» Guzmán, incluido su círculo más cercano, se entregaron voluntariamente a la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) el pasado 9 de mayo en el puerto fronterizo de San Ysidro, uno de los cruces más importantes entre México y Estados Unidos.

Información exclusiva del periodista Luis Chaparro, publicada en su portal Pie de Nota, revela que entre los familiares del narcotraficante que presuntamente cruzaron la frontera se encuentra Griselda López Pérez, quien en la década de los ochenta se convirtió en su segunda esposa y con quien tuvo cuatro hijos, entre ellos Ovidio Guzmán, «El Ratón», y Joaquín Guzmán López, «El Güero», ambos actualmente bajo custodia de las autoridades estadounidenses.

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Imágenes de la familia Guzmán en el puerto fronterizo de San Ysidro.  Créditos: Especial

También habrían cruzado varios sobrinos, una hija del Chapo, un nieto de nombre Archivaldoy uno de sus yernos. La familia habría llegado con varias maletas y más de 70 mil dólares en efectivo (equivalente a poco más de 1 millón 370 mil pesos mexicanos). El grupo habría volado desde Culiacán hasta Tijuana, para luego desplazarse a la garita de San Ysidro, donde ya los esperaban agentes del FBI.

Esta información, varias fotografías del grupo de personas y un video del momento previo a su entrada a territorio estadounidense, han sido difundidas por el periodista, en su canal de YouTube, durante la mañana de este lunes. En el video, Luis Chaparro también detalla que en el cruce fronterizo había por lo menos un francotirador vigilando el paso de la familia.

¿Pero qué sabemos de esta supuesta entregapactada? ¿Está relacionada con la próxima audiencia de Ovidio Guzmán, programada para el 6 de junio? ¿O forma parte de un acuerdo de colaboración con las autoridades estadounidenses? En Quinto Poder te contamos los detalles.

¿Por qué la familia del «Chapo» Guzmán se entregó a Estados Unidos? Esto sabemos

Hasta ahora, el gobierno mexicano no cuenta con información oficial sobre el ingreso a Estados Unidos de los 17 familiares de Joaquín«El Chapo» Guzmán. «No hay más que lo que ha salido en las notas […]. Ya se está solicitando a través de la Fiscalía esa información«, declaró la presidenta Claudia Sheinbaum durante su conferencia de prensa de este lunes, al ser cuestionada sobre el caso.

La mandataria recordó que la extradición de Ovidio Guzmán se concretó en 2023 y subrayó que el gobierno estadounidense tiene la obligación de compartir información con la Fiscalía General de la República (FGR) sobre el seguimiento de investigaciones como la que involucra al hijo del «Chapo».

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La mandataria dijo desconocer las causas del traslado de la familia Guzmán a EE.UU. Créditos: Especial

Días antes, se dio a conocer que OvidioGuzmán habría llegado a un acuerdo con las autoridades estadounidenses para modificar su declaración de culpabilidad, como parte de una negociación judicial. De acuerdo con diversas versiones, a cambio habría solicitado garantías para trasladar a su familia a Estados Unidos con residencia permanente.

Como parte de este posible acuerdo de colaboración, Ovidio se declararía culpable de los cargos en su contra durante una audienciaprogramada para el 9 de julio. De concretarse, podría ingresar al Programa de Testigos Protegidos, lo que implicaría beneficios legales. Analistas advierten que su cooperación tendría consecuencias directas en el proceso judicial contra Ismael «El Mayo» Zambada.

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Ovidio Guzmán habría pactado trasladar a su familia a Estados Unidos.  Créditos: Especial

Por su parte, el periodista especializado en narcotráfico Luis Chaparro señaló que la entrega voluntaria de los familiares podría indicar que «Los Chapitos» están perdiendo control en la disputa por el poder en Sinaloa, o que el conflicto está por escalar, lo que habría motivado al grupo a poner a salvo a sus allegados.

La eventual colaboración de la familia Guzmán con el FBI, así como su posible ingreso al Programa de Protección de Testigos de Estados Unidos, podría representar un giro de alto impacto en la estructura del Cártel de Sinaloa y en los procesos judiciales vinculados al narcotráfico.

El futuro de la familia Guzmán

El acuerdo de culpabilidad alcanzado por Ovidio Guzmán en Estados Unidos no solo marcó un giro en su proceso judicial, sino también en el destino de su familia. Sobre «El Ratón» pesan al menos una docena de acusaciones: cinco en Chicago, seis en Nueva York y una más en el Distrito de Columbia, la mayoría por tráfico de fentanilo, cocaína y metanfetaminas.

La entrega de sus familiares y su posible ingreso al Programa de Protección de Testigos indican que los Guzmán estarían apostando por una nueva estrategia: la cooperación con el gobierno estadounidense a cambio de beneficios legales y garantías de seguridad.

Mientras tanto, Iván Archivaldo Guzmán, el hijo mayor del «Chapo», continúa prófugo. Según reveló este lunes The Wall Street Journal,escapó en febrero de un operativo en Culiacán a través de un túnel escondido en el baño de su casa, emulando las fugas de su padre. El Departamento de Justicia de Estados Unidos lo identifica como uno de los principales traficantes de fentanilo del mundo y ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.

Especial
El hijo mayor del Chapo Guzmán se encuentra prófugo en Costa Rica.  Créditos: Especial

De acuerdo con el periodista, José Luis Montenegro, Iván Archivaldo actualmente  se encuentra en Costa Rica, a donde habría llegado por tierra tras esconderse en Badiraguato con apoyo de su tío, Aureliano Guzmán Loera, «El Guano».

Con Ovidio dispuesto a colaborar con las autoridades y parte de su familia ya bajo custodia del FBI, el futuro del clan Guzmán apunta a una ruptura interna. Lo que hasta hace poco parecía un imperio intocable, hoy muestra  señales de fractura.

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