Este lunes dio inicio en Cancún la Conferencia sobre Comercio de Armas, encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña.
La reunión, que concluye el 27 de agosto, busca implementar “mejores condiciones de paz y seguridad».
La reunión se realizó en el complejo Moon Palace y de acuerdo con documentos que se entregan en la zona de recepción y registro, el objetivo de los trabajos es regular el comercio de armas a través de su reporte de exportaciones e importaciones entre los países parte.
El embajador Jorge Lomónaco, representante permanente de México ante Naciones Unidas en Ginebra y presidente del proceso preparatorio de la conferencia, dijo que también se busca el cruce de información para ubicar focos rojos en su venta ilegal.
El diplomático indicó que a través de ese mecanismo se podrán prevenir potenciales violaciones a los derechos humanos.
Agregó que entre los retos de la conferencia está lograr que países firmantes como Estado Unidos ratifique su participación, además de incorporar a otros que no han ni firmado su adhesión, como China.
El tratado no pretende disminuir ni incrementar el número de armas, sino más bien, transparentar su uso, pues todos los estados firmantes adquieren obligaciones al ratificar su firma y tendrán de plazo hasta el próximo año para dar un informe detallado sobre las armas con que cuentan”, dijo.
Por su parte, Ana Mc Donald, representante de la coalición Control de Armas, opinó que “lo importante no es el tratado por sí mismo, sino las decisiones que se tomarán durante los próximos días para llevarlo a la práctica”.
Al encuentro asisten 121 países, de esos: 68 son parte, 41 signatarios, pero no han ratificado, como es el caso de Estados Unidos, 12 son observadores, los cuales ni firmaron ni ratificaron como es el caso de China, así como 70 organizaciones no gubernamentales, incluidas 12 de la industria.
Además, se cuenta con la asistencia de 223 delegados de los países parte, 112 de los signatarios, 25 observadores y 99 representantes de la sociedad civil.
Fuente Excélsior