Con resultados favorables, investigadores del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) realizan pruebas del veneno de abeja contra más de 100 enfermedades.
El académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Sergio Álvarez Barajas, dijo que se trata de la apitoxina, es decir, el veneno de abeja de la especie Apis mellifera.
El también biólogo y médico adscrito al Departamento de Biología Celular y Molecular del CUCBA manifestó que se ha comprobado su eficiencia como antiséptico, antibiótico y promotor de crecimiento celular.
Agregó que han estudiado sus metabolitos (productos): miel, propoleo, polen, cera y veneno que, separado y en combinaciones con otros productos apícolas, tratan afecciones como hipertensión, diabetes, fibromialgia e infecciones digestivas, respiratorias y oculares.
Indicó que las propiedades de la cera como cicatrizante ya eran conocidas por él, pero las estabilizó y las aplicó en heridas, escoriaciones e intervenciones quirúrgicas.
Explicó que tras elaborar un ungüento con cera y apitoxina (que tiene nueve antibióticos naturales), aceleraron la cicatrización en cuatro días y evitaron infecciones por virus o bacterias.
Señaló que otro avance preliminar demuestra que el uso de la apitoxina y el propoleo son “una poderosa mezcla que destruye la capside (cápsula) del virus del Sida, y promueven el crecimiento de defensas en el organismo”.