La artritis reumatoide es una enfermedad que se presenta de manera más frecuente en mujeres de 40 a 55 años de edad, produciendo un intenso dolor, inflamación y sensación de rigidez en articulaciones, por tanto la Secretaría de Salud hace un llamado a la población para atender este padecimiento desde los primero síntomas.
Este padecimiento crónico inflamatorio es incurable y difícil de prevenir al ser de causa desconocida, por lo que la única medida es la atención especializada desde los primeros síntomas de inflamación de manos, muñecas, codos, hombros, rodillas, tobillos y dedos de los pies, durante cuatro a seis semanas seguidas.
Esta enfermedad debe tratarse de forma integral con atención clínica, psicológica y de rehabilitación, ya que los pacientes pueden sufrir depresión por la vergüenza que les causa la deformidad de los dedos.
La rehabilitación contribuye a reducir el riesgo de discapacidad y deformidad, sobre todo de los dedos de miembros inferiores y superiores, permite a los pacientes realizar sus actividades diarias y elevar su calidad de vida.
La artritis reumatoide puede generar complicaciones, una de las más frecuentes es la resequedad del ojo por producción deficiente en cantidad y calidad de lágrima, llamada queratoconjuntivitis.
La artritis agresiva y de larga duración puede dañar otros órganos porque se inflaman las membranas que envuelven al ojo, corazón, pulmones, ganglios linfáticos, hígado, riñones y con menos frecuencia los intestinos.
Cuando la artritis reumatoide tiene características similares, el tratamiento debe ser individualizado porque cada paciente tiene diferentes manifestaciones y tolerancia a los fármacos, ya que algunos de ellos generan efectos adversos.
El tabaquismo y la infección por virus Epstein barr, pueden detonar la enfermedad en personas que tienen predisposición genética, o agravarla en quienes ya la tienen, aunque también interviene el factor hormonal, ya que es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres.