Ayer no fue el ‘Día del señorpresidente’. Por primera vez en la historia, un presidente pospuso la entrega del informe y con esto se aleja aún más de aquel conocido ritual en el que el mandatario se dejaba querer, levitaba y lo apapachaban por los logros de su gestión que, muchos o pocos, servían de pretexto para el besamanos.
Desde Vicente Fox comenzó la fractura, cuando los legisladores de oposición le impidieron entrar al Congreso a rendir su último informe de gobierno. Calderón siguió en la misma tónica y no entró, y ahora Peña Nieto de plano ni dejó que se abriera el documento y prefirió esperar a hacer su propia fiesta, con 1,500 invitados (200 más que el anterior) y un informe con 150 hojas más, pero que parecen no decir nada.
Aún no conocemos a detalle el contenido del informe, a pesar de la lluvia de spots y pautas en redes sociales pagadas por la presidencia, pero sí conocemos algunos datos esenciales, como que hoy hay dos millones de pobres más en nuestro país, pues pasaron de 53.5 millones en 2012 a 55.3 millones en 2014, y contando.
Pero la pobreza no es porque no haya dinero, sino porque el 0.12% más rico del país concentra la mitad de la riqueza patrimonial de los hogares mexicanos, y que el 21% del ingreso total de los mexicanos va a parar a los bolsillos del 1% de la población.
Siguiendo con el ingreso, el salario mínimo actualmente no alcanza más que para una cuarta parte de lo que alcanzaba en la década de los 70s, lo cual orilló a que tan solo en el último año 697 mil mexicanos se refugiaran en el sector informal de la economía, al no contar con trabajo ni ingresos dignos. Un ejemplo de esto último son las trabajadoras domésticas, pues el 34.5% de ellas gana menos de un salario mínimo.
A nivel macroeconómico la situación no es mejor. El Banco de México ha ‘ajustado’ el pronóstico de crecimiento de un mediocre “entre 2% y 3%” a un raquítico “entre 2.5% y 1.7%”, mientras que en los últimos 12 meses la moneda se ha depreciado un 25%.
En cuanto a las finanzas de esta administración también hay preocupación, pues el endeudamiento se disparó mucho más que en los sexenios anteriores y ya alcanza 6.9% del PIB, y vienen los recortes, que desde 2015 ya se dejó sentir con un tijerazo de 1,100 millones de pesos a Conaculta, un 10% de su presupuesto, mientras que a Comunicación Social se destinaron sin empacho 10.800 millones de pesos, un derroche lleno de opacidad, que de pilón no da resultados, pues apenas el 34% de la ciudadanía aprueba la gestión de Peña, el nivel más bajo de los últimos sexenios.
Los escándalos encabezados por el presidente y su polémica mansión de 7 millones de dólares facilitada por Grupo Higa, el contratista favorito del sexenio, así como las otorgadas a sus hombres más cercanos, Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong, han orillado a nuestro país a ocupar el puesto 103 de 175, situándose como uno de los más corruptos del mundo.
En cuanto a delincuencia, el 34% de los hogares mexicanos denunció un delito durante 2013, 1360 personas desaparecieron en los primeros cuatro meses de 2015, y van siete periodistas asesinados tan sólo en este año.
Además está la fuga de ‘El Chapo’ a través de un supuesto túnel de un kilómetro y medio, la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, de los cuales 42 siguen sin aparecer, mientras que el 30% de los migrantes que cruzaron nuestro territorio fueron víctimas de algún delito, perpetrados principalmente por autoridades o en colaboración con ellos. Así las cosas.
Cuando veas a tu vecino sus barbas cortar… es el mensaje en Palacio, donde también están en cuenta regresiva para presentar el quinto informe de actividades del gobernador César Duarte, quien de nuevo sacará la mejora en la seguridad y la infraestructura educativa como dos de sus principales cartas, así como cuestiones relacionadas con empleo, economía e inversiones, donde al estado no le ha ido mal.
Seguro habrá detractores, las mataderas siguen, no al ritmo de antes pero siguen. La pobreza se puede negar todo lo que se guste, pero ahí sigue y ahí seguirá, en parte por errores de la administración local, pero también en gran medida por factores más amplios como el naufragio de la economía nacional e internacional, y una serie de inercias difíciles de erradicar en seis años, además de un claro desinterés por hacerlo.
César Duarte tiene algunos logros como gobernador, pero sus principales logros son más bien políticos, pues en esto no se discute que tiene una enorme habilidad y lleva un imparable ritmo de trabajo, pero existe cierta preocupación por la salud del mandatario, pues en los últimos días, aseguran, se le ha visto cansado, golpeado y decaído. Todo apunta que aún resiente las secuelas del helicopterazo que sufrió cuando llevaba a la periodista Dolores Ayala a su rancho en Balleza, en compañía de su esposa Bertha Gómez, aunque otros afirman que esto fue sólo la gota que derramó el vaso de la ardua labor que lleva desde hace años.
Por cierto, parece ser que fue un error humano el que provocó la caída del helicóptero, según la versión del fiscal Jorge González Nicolás, lo cual podría repercutir en el cauce de las investigaciones, ya que el piloto maniobró peligrosamente de noche en la zona serrana.
La mala racha del mandatario podría extenderse al 15 de septiembre, en el que tienen planeada una rechifla, pero no se sabe si la está instigando el PAN, priístas del grupo contrario o ambos, quienes ya están moliéndole por haber invitado por enésima vez a Juan Gabriel, el cantante favorito del gobernador.