Además de la depresión por estar lejos de quienes consideran sus padres, los infantes que fueron arrebatados de los brazos de sus familias biológicas y vendidos a parejas que buscaban un hijo para adoptar, también sufrieron malos tratos en su estancia en la Casa Hogar UNACARI.
Moretones en sus extremidades, rasguños en el rosto, golpes contusos y rozaduras en sus ingles, son algunas de las lesiones físicas que a simple vista presentan los menores que fueron remitidos a los albergues públicos del DIF Sonora, mientras la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) definía el estatus legal de las 14 personas entre parejas y madres solteras, que accedieron a pagar entre 80 a 150 mil pesos para agilizar los trámites de adopción.
Pero además, los padres tutores refieren que los niños también presentan daño emocional por las semanas que pasaron lejos del seno familiar y las casas de crianza.
Los niños estuvieron casi un mes en el albergue UNACARI, desde el 8 de mayo al 4 de junio, nos permitieron verlos hasta que tenían una semana internados y al cargar a la niña esta se quejó de dolor en la parte baja, al revisarla noté que estaba muy rosadita porque ella es alérgica a los pañales normales y requiere unos especiales, yo se los proporcioné al albergue pero no se los ponían, además que tenía golpes y rasguños pero la única explicación que me dieron fue que se los hacían otros niños» , relató una de las madres, cuyo nombre se reserva para ocultar la identidad de los menores de edad afectados.
Fuente Excélsior