Nada por aquí, nada por allá. Así se la han pasado los abogados del Congreso del Estado en su infructuosa búsqueda para notificar a Marco Adán Quezada sobre la denuncia en su contra por el accidente ocurrido durante el Aeroshow, un asunto sin precedentes en la entidad, pues pocas veces se ha visto tanto esfuerzo de toda la maquinaria estatal por resolver un asunto, que huele mucho más a político que a jurídico.
Fueron nueve víctimas y decenas de heridos. Un hecho lamentable, propiciado por la ineptitud de los organizadores, las aparentes corruptelas y el hacer todo al vapor, pero aún así no deja de resultar evidente que lo que se persigue es despojar a Quezada de sus derechos políticos y neutralizarlo, antes que hacer justicia para las víctimas y sus familiares, un tema donde la autoridad estatal tiene muchísimos, pero muchísimos pendientes.
Según trascendió, los notificadores buscaron a Quezada en Cuauhtémoc, su tierra natal. Luego, el martes, fueron a su casa en Rincón de Las Lomas, donde aseguran que sí estaba pero no quiso salir a atender, así que le avisaron que irían el miércoles, pero tampoco fue posible encontrarlo, así que fue Fernando Tiscareño quien les notificó sobre el caso, pero aquí hay dudas pues el procedimiento señala que debe ser notificado personalmente.
Quezada ha sido claro en su ánimo de dar la cara por el asunto, pero eso no lo hace ingenuo y sabe que con los tres poderes en contra necesita recurrir a estrategias para ganar tiempo y defenderse mejor, pues el tiro está duro.
Tan duro está el tiro que, corren los rumores, ya le pidieron a ambos grupos políticos, el de Balleza y el de Delicias, que le bajen dos rayitas a su pleito pues a final de cuentas el más perjudicado es el partido, pero quienes encabezan ambos bandos están enzarzados en pleno duelo y ninguno está dispuesto a bajar las manos para que lo arrolle el otro.
Así, levantó suspicacias la ausencia del ex gobernador Reyes Baeza, ahora titular del ISSSTE, durante la reunión del Consejo Nacional de Salud, convocada en Chihuahua por Pedro Hernández, a quien el deliciense le mandó decir que muchas gracias, pero que estaba muy ocupado estrenando su cargo como funcionario de primer nivel y con muchos pendientes, eso sí, con la cortesía que lo caracteriza, y con el director médico Rafael Navarro para llevarle cualquier recado.
Esto significa que de ahora en adelante tendrán que tomarlo en cuenta sobre cualquier asunto relacionado con la dependencia que encabeza, y que no es menor, y a la vez el ex mandatario les exige, sutilmente, un poco más de respeto pues nos cuentan que lo querían más para avalar decisiones tomadas desde Palacio que para participar en ellas, y así no es la cosa.
Más que culpas y culpables, hay intereses en ambos grupos que hacen difícil la reconciliación, pues ambos quieren completito el pastel o al menos las mejores rebanadas, pero podrían dejarlos sin pastel si siguen así, por lo que se está buscando una tercera reunión entre Reyes Baeza y César Duarte para calmar o hacer como que calman sus diferencias, como lo hicieron ya en la casa de Gobierno o en la campaña de Tony Meléndez.
El punto clave es ¿quién será el candidato del PRI a la gubernatura? ¿Estará Reyes dispuesto a dejar que le maltraten y le hagan menos a su gente? ¿Duarte renunciará a su ‘derecho divino’ de imponer candidato? La salida más viable, lógica y democrática sería dejar que las bases decidan, que escojan a su mejor gallo, que apechuguen los que pierdan y que aseguren la gubernatura, pero eso, desde luego, no va a ocurrir.
El que sí acudirá al Consejo Nacional de Salud es el gobernador César Duarte, quien desobedecerá un poquito a los médicos para reunirse con otros médicos, ¡pero cómo no! Si estará presente la secretaria de Salud, Mercedes San Juan, quien fue recibida por la esposa del gobernador, Bertha Gómez.
El mandatario está haciendo un gran esfuerzo y, si todo sale bien, esta será su primera reaparición pública, aunque eso sí, breve y supervisada por sus médicos, quienes le han advertido que no puede pasar mucho tiempo sentado, de pie o en alguna posición que no sea reposo pues estuvo duro el golpe que se llevó, pero ni así ha descuidado los asuntos que trae entre manos.
El que traerá entre manos no tan buenos asuntos será Eduardo Guerrero Durán, hasta esta semana titular de la Fiscalía de Ejecución de Penas y Justicia, quien fue nombrado comisionado del Prevención y Readaptación Social de la Segob, nada más y nada menos que por Miguel Ángel Osorio Chong.
Este nombramiento viene de la mano con otros más polémicos aún, como el de Arturo Escobar, ex diputado y vocero del Partido Verde Ecologista de México, como director de Prevención y Participación Ciudadana de la Segob, un nombramiento que sacó ámpula pues este personaje no sólo ha propuesto aplicar la pena de muerte en México, sino que él mismo ha estado implicado en delitos no sólo electorales, sino penales, como cuando le encontraron más de un millón de pesos en los bolsillos y dijo que no eran suyos, sin que se haya aclarado nunca el incidente. Pura joyita.
En el caso de Eduardo Guerrero, se habla de un reconocimiento al orden que impuso en los penales de Chihuahua, que eran una total anarquía donde el único control lo ejercían los propios criminales. Hoy ya no son constantes los motines y las fugas, y por eso lo enviaron en reemplazo del anterior director, quien salió por la fuga de ‘El Chapo’.
Y hablando de la fuga de ‘El Chapo’, hay inquietud en la frontera por una serie de reportes que hablan de un nuevo reacomodo de fuerzas criminales: «La huida de Joaquín Guzmán Loera podría potencialmente instigar mayor violencia en la frontera, de manera similar a los incidentes que siguieron a la primera vez que escapó de prisión el capo, en 2001», dijo Robert L. Harris, comandante del DHS, en audiencia de seguridad en la Cámara de Representantes.
Destacó también que la lucha entre el Cártel de Juárez, que sigue controlando buena parte del flujo de droga, y el de Sinaloa, que a sangre y fuego se ha abierto espacios, podría contar con el grupo de los Beltrán Leyva como nuevo jugador en este criminal tablero donde en vez de perderse piezas, se pierden vidas, muchas vidas.