El gobierno de México analiza la posibilidad de recibir a refugiados sirios, afirmó ayer la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Claudia Ruiz Massieu Salinas.
Luego de participar junto con el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, en la ceremonia por los 15 años del Tratado de Libre Comercio Unión Europea-México, que fue organizada por el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), Ruiz Massieu indicó que aunque se tiene la intención, todavía no es tiempo de hablar de un número de personas que obtendrían refugio en territorio mexicano.
“No es algo que se haya determinado. Se está explorando y, repito, México mantiene la convicción de que en el ámbito bilateral debemos encontrar soluciones para las crisis como la que se está viviendo en este momento en Siria, y hemos mantenido así nuestra postura en el ámbito multilateral y hemos, como ya referí, dado donativos para que se atienda la situación humanitaria”, expuso.
La canciller fue interrogada acerca de la calidad migratoria en que serían recibidos 30 estudiantes sirios en los próximos días, como parte del Proyecto Habesha, de una organización civil mexicana.
Sin ofrecer mayores detalles al respecto, la funcionaria recordó que México tiene una larga tradición de abrir sus puertas a refugiados, como fue el caso en su momento con los procedentes de la España franquista, de países del cono sur y a ciudadanos haitianos que resultaron afectados por un terremoto.
“Y estamos atentos, trabajando para estudiar la posibilidad de recibir, en su momento quizá, a algunos refugiados, pero mantenemos nuestra convicción de que el diálogo, la paz y la protección de los derechos de las personas que están en situación de refugio debe prevalecer, y así lo hemos mantenido en los espacios multilaterales, tan reciente como a principio de año en Ginebra, donde se abordó desde la perspectiva multilateral la situación que prevalece en Siria”, dijo.
La secretaria de Relaciones Exteriores recordó también que en 2014 México donó recursos económicos a través de ACNUR, UNICEF y de la Cruz Roja Internacional, con el objetivo de que los campos de refugiados tengan condiciones adecuadas para albergarlos, principalmente en Jordania y Líbano.