El tema de la semana será el quinto informe de actividades del gobernador Duarte, y ya empezó la polémica no sólo por la rasurada de bigote (que en redes fue señalada como el cambio más relevante del sexenio), o por los soportes de columna que ahora exhibe el mandatario, sino por el abierto tono de confrontación que mantiene hacia su antecesor, a quien escupe en cada spot “para no estar como hace cinco años”.
Las dolencias del gobernador persisten y hasta parecen haberse agravado. Es por ello que hay dudas sobre el formato del informe, el cual priorizará siempre cuestiones políticas y de imagen antes que las médicas, por lo que creen que aunque sea de entrada por salida, será entregado personalmente por el gobernador en silla de ruedas, o bien que podría ser entregado por un subalterno bien preparado como Mario Trevizo.
A Duarte le ha sido prescrito un reposo de al menos tres semanas, pero pinta imposible para un personaje tan activo e inquieto quien probablemente hoy echará la recomendación médica a la basura y aparecerá con Angélica Rivera, la ‘Gaviota’, quien le echará un ojo al programa de rehabilitación física que existe en esta ciudad, aunque se confirmó que será también una visita de entrada por salida, quién sabe si se quede a comer.
El que no quiso ir a desayunar fue Marco Adán Quezada, y al que le desairó los huevitos fue al propio Duarte, quien en un último y poco sincero acercamiento, invitó al exalcalde a la Casa de Gobierno, pero amaneció empachado y le envió a su mandadero, Eloy García Tarín, a quien devolvieron de la puerta. Parece que a ningún bando le interesa mucho acercarse al otro, ambos ya están en un tiro cantado y no se calmarán hasta ganarlo… o perderlo.
Ni en sus más guajiros sueños podría soñar Quezada con que el gobernador retire el apoyo a su delfín, Enrique Serrano, para propiciar un piso parejo a los aspirantes que día a día se acumulan, o que retire los calambrones que le trae con temas como el Aeroshow, su inhabilitación política o la dictaminación de su cuenta pública que mantienen congelada como una carta más en su jugada. Los intereses de ambos están demasiado lejos como para coincidir en algún punto.
Y hablando del delfín Serrano, su situación no podría ser más incómoda en este momento con buena parte del PRI tirándole y él poniéndose de pechito y cocoreándolos con acciones como la entrega de despensas, rubricadas por él mismo, las cuales fueron supuestamente donadas por ‘amigos’, de esos que luego se bañan de suerte y se llevan las licitaciones.
Pero el despensatón no para. En Juárez repartió otras tres mil y aseguró que así seguirá, “cumpliento con los juarenses”, pues lo que más anhela en el mundo no es la gubernatura ni todos los beneficios económicos, políticos y empresariales que conlleva. Él lo único que anhela en la vida es ayudar y servir al prójimo, el poder es para los simples terrenales.
También estará cada 15 días en campaña… es decir, en sus ‘audiencias públicas’, en los que se va dando un baño de pueblo, de esos que tan bien le salen a ‘Teto’ Murguía, y no le importa crisparle los pelos a sus adversarios internos ni externos, o violar todas las reglas habidas y por haber del juego electoral, nada detendrá su sagrada misión de “ayudar”.
Un fiasco, en un fiasco resultó el referéndum que convocó el PAN para echar atrás la llamada Reforma Electoral, que prometía reunir 270 mil firmas y no llegó ni a una ridícula fracción de la meta, pues fueron apenas 20 mil las que se lograron.
La reunión de firmas pasó de noche en el panismo, ya que ayer en redes sociales pudo observar a panistas madrugados que ni se habían enterado de que su partido estaba movilizando a sus fuerzas, sencillamente porque nadie les avisó ni internamente, ya no se diga entre los ciudadanos.
El PAN está resquebrajado, no tiene estrategia para nada y parece ser un barco hundiéndose en la que en vez de hacerse esfuerzos por mantenerlo a flote, cada corsario trata de llenarse los bolsillos con lo que puede del botín para saltar lejos a la primera oportunidad. Si no ¿a quién se le ocurre hacer un referéndum sin considerar que no hay ni disposición ni ganas de nadie para levantar las firmas?
El distanciamiento entre la ciudadanía y los partidos es cada día más evidente, precisamente por eso los partidos temen a la Ley Antibronco, pero al PRI le bastan un puñado ridículo de votos duros para arrasar cualquier elección, mientras que Acción Nacional es un partido sin propuesta política, sin unión y, cada día más, sin razón de ser ni de existir.