Los católicos deben dejar de usar términos condescendientes como «compasión» cuando se refieren a los homosexuales y encontrar formas de recibirlos como hijos e hijas de la Iglesia, dijeron obispos en una gran reunión sobre la familia.
Los comentarios que apoyan un lenguaje más inclusivo para los homosexuales en la iglesia fueron hechos en las primeras dos rondas de intervenciones del encuentro a puertas cerradas, conocido como sínodo, dijeron el martes funcionarios del Vaticano en una conferencia de prensa.
El pedido de más de media docena de obispos a un lenguaje más inclusivo sobre los homosexuales fue un punto destacado, ya que clérigos conservadores se habían asegurado que un reporte interino de una reunión preliminar del año pasado borrara un pasaje que pensaban que era demasiado acogedor hacia los gays.
(Los obispos dijeron que) debe ponerse fin al lenguaje exclusivo y un fuerte énfasis sobre abrazar la realidad tal como es. No debemos tener miedo de situaciones nuevas y complejas», dijo el padre Tom Rosica al resumir algunas intervenciones.
Agregó que los obispos habían llamado a «una nueva forma de lenguaje, en particular al hablar de homosexuales (…) no sentimos pena por las personas gays sino que las reconocemos por quiénes son. Son nuestros hijos e hijas, nuestros hermanos y hermanas, nuestros vecinos y nuestros colegas».
En un documento escrito por el ex papa Benedicto XVI antes de su elección y aún citado por conservadores, el entonces cardenal Joseph Ratzinger describió a los homosexuales como «intrínsecamente trastornados».
Rosica, quien asiste a las reuniones, dijo que los obispos que defienden una Iglesia más abierta para los homosexuales argumentaron que no deben ser tratados como marginados y que la iglesia debe extender «una mano de bienvenida a ellos (como) nuestra carne y sangre».
El sínodo de más de 300 obispos, delegados y observadores, que incluye a 13 parejas casadas, estará reuniéndose por tres semanas en presencia del Papa Francisco para discutir cómo los mil 200 millones de miembros de la Iglesia Católica pueden enfrentar los desafíos que enfrenta la familia moderna.
Desde su elección en 2014, Francisco ha dado una gran esperanza a los progresistas que quieren seguir adelante con su visión de una Iglesia más inclusiva que se concentre en la misericordia más que en el estricto cumplimiento de reglas rígidas que ven como anticuadas.
Fuente Excélsior