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México vs Estados Unidos: cuando un partido de fútbol es mucho más que una rivalidad

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Es el partido que ningún mexicano se imagina perder. No está permitido.
Una derrota contra Estados Unidos está fuera de cualquier ecuación, sueño, pronóstico o broma.
La tensa rivalidad entre México y Estados Unidos se ha convertido en un duelo que tiene pocas comparaciones en el mundo, partidos de sangre caliente, encuentros que se juegan a miles de revoluciones.
Y el de este sábado en el Rose Bowl de Pasadena (California), con boletos agotados desde la semana pasada y más de 90.000 personas en las gradas, no será un choque más.
En juego está la clasificación para la Copa Confederaciones 2017, el torneo antesala del Mundial de Rusia 2018, donde participan los mejores de cada continente.
En juego, en realidad, hay mucho más.
La selección mexicana navega desde hace un tiempo por mares revueltos. Tuvo tres técnicos en una fatídica semana de eliminatorias en 2013, llegó al Mundial del año pasado por la puerta de atrás y de la mano de un histriónico entrenador.
Miguel «El Piojo» Herrera entusiasmó a sus jugadores y al público, se hizo conocido en la Copa del Mundo de Brasil por su intensidad y estuvo cerca de hacer historia con México tras quedar eliminado en el último suspiro de un polémico partido con Holanda
Su vehemencia, que fascinó a muchos, terminó por dejarlo sin trabajo. A fines de julio golpeó a un periodista de la televisión mexicana en un aeropuerto.
Es por eso que El Tri llega al crucial duelo contra Estados Unidos dirigido por un técnico interino, el brasileño Ricardo «Tuca» Ferretti, un hombre con casi tres décadas de experiencia en el fútbol mexicano, pero que apenas tuvo semanas para trabajar con la selección.
Los estadounidenses, de la mano del DT alemán Jürgen Klinsmann —al frente de la selección desde 2011— consiguieron este año un par de resultados impactantes al vencer en amistosos a Holanda y Alemania, pero luego fueron a la Copa Oro y decepcionaron al caer frente a Jamaica en semifinales.
Es clásico y los antecedentes poco importan. Pesa una rivalidad que hace de este choque un partido especial.
«La rivalidad Estados Unidos-México es una de las mejores del fútbol mundial. Para mí es comparable a la que existe entre Alemania y Holanda en términos de la intensidad y emoción que suscita en la afición», dijo esta semana el entrenador alemán.
Pero la enemistad, aunque apasionada como pocas, es relativamente reciente. O, al menos, la paridad no es de larga data.
Pese a que la primera vez que chocaron —en las eliminatorias para el Mundial de Italia 1934— hubo victoria de EE.UU., México lo tuvo de «hijo futbolístico» durante una eternidad.
De 1937 a 1980 el Tri, que llegaba a meterle seis y siete goles, no conoció la derrota.
Fue a partir de la década del noventa que los estadounidenses comenzaron a mejorar —la Major League Soccer, la liga estadounidense de fútbol profesional, nació apenas en 1993— e hicieron que los partidos dejaran de ser trámite y pasaran a disputarse.
Con el correr de los años, los futbolistas estadounidenses dejaron de sentirse intimidados por los vecinos del sur y se descolgaron el cartel de eternos perdedores.
El historial marca que en 64 partidos, México se impuso en 32, igualaron 14 y 18 veces ganó Estados Unidos, con 132 goles del Tri y 75 de los estadounidenses.
«Como seleccionador de Estados Unidos», apuntó Klinsmann esta semana, «me costó comprender lo mucho que significa para nuestra afición. Habíamos ganado algunos partidos contra países de peso, pero la reacción de todo el mundo cuando fuimos al (estadio) Azteca y derrotamos a México por primera vez fue simplemente alucinante».
Eso ocurrió en agosto de 2012, y a México todavía le duele, pero nada como la herida abierta del Mundial de Corea y Japón en 2002.
Chocaron en la segunda fase del torneo y México se vio en cuartos de final antes de superar los octavos.
El lamento por la maldición del quinto partido, ese esquivo cotejo entre los ocho mejores del Mundial, aún perdura en los hinchas mexicanos que dicen que nada podrá subsanar esa derrota, salvo eliminar a EE.UU. en una Copa del Mundo.
Pero este sábado tienen la oportunidad de empezar a cambiar la pisada en una rivalidad que en esta época ha estado dominada por Estados Unidos.
En los últimos 15 años, EE.UU. ganó 13 de los partidos ante México, perdió cinco y empataron en cinco oportunidades.
Una afrenta demasiado grande para México.
A nadie le va a extrañar que este sábado en las gradas haya mayoría de seguidores mexicanos.
Pero para muchos estadounidenses de origen mexicano los choques entre ambos países son cuestión compleja.
«En estos últimos años hemos visto muchas veces a jóvenes estadounidenses de ascendencia mexicana que se ponen la camiseta de México para el choque, y cuando ven que empezamos a hacerlo bien, ¡se la quitan y llevan debajo la de Estados Unidos!», aseguró esta semana Klinsmann, quien nunca perdió en seis cotejos con México (tres victorias y tres empates).
«Un mexicano adicto al fútbol es, entre otras cosas, un masoquista que colecciona agravios, jueves de dolor para los que no hay domingo de resurrección», escribió alguna vez el escritor mexicano Juan Villoro.
México espera que un sábado de gloria de pie a un domingo de celebración.

Fuente Juan Paullier  BBC

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Alertan en Chihuahua por circulación de billetes falsos durante temporada comercial

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La Policía Municipal de Chihuahua alertó a la población sobre la circulación de billetes falsos, particularmente durante la temporada de mayor actividad comercial, y exhortó a la ciudadanía a revisar con atención el dinero en efectivo que recibe para prevenir posibles fraudes.

La corporación recomendó aplicar revisiones simples y rápidas antes de aceptar cualquier billete. Entre las principales medidas se encuentra tocar el papel para identificar el relieve y la textura característica del dinero auténtico, así como verificar la presencia de marcas de agua y hilos de seguridad integrados al billete.

También se aconseja observar con detenimiento los elementos gráficos, como imágenes y figuras, para confirmar que sean nítidos, claros y simétricos, ya que las irregularidades visuales pueden ser una señal de falsificación. Otro aspecto importante es la calidad del papel, el cual debe ser resistente y no presentar características propias de una fotocopia o impresión común.

La Policía Municipal señaló que estas acciones pueden realizarse en cualquier tipo de transacción cotidiana, incluyendo operaciones en comercios establecidos, transporte público, ventas informales o pagos directos entre particulares. Destacó que dedicar unos segundos a revisar cada billete puede evitar pérdidas económicas y contribuir a reducir la circulación de dinero falso.

Asimismo, la autoridad municipal pidió a la ciudadanía mantenerse atenta ante cualquier situación sospechosa relacionada con el uso de billetes apócrifos. En caso de detectar un billete presuntamente falso o un intento de fraude, recomendó comunicarse de inmediato a la línea de emergencias 9-1-1 para recibir orientación o realizar el reporte correspondiente.

La corporación reiteró el llamado a la prevención y a la colaboración ciudadana como una medida clave para enfrentar este tipo de prácticas ilícitas durante periodos de alta actividad comercial.

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